Cómo actuar cuando un hombre juega contigo: 4 consejos

Veamos qué podemos hacer para detectar estos casos de manipulación emocional y evitar que nos dañen.

Cómo actuar cuando un hombre juega contigo
Claves para saber qué hacer ante estos casos de manipulación en la relación de pareja o en la amistad.

Gracias a las emociones y los sentimientos somos capaces de conectar con los demás y empatizar, pero esto también tiene sus inconvenientes. Entre otras cosas, las emociones abren una nueva vía por la que somos vulnerables psicológicamente, porque nos hace capaces de ilusionarnos con proyectos que en realidad son un engaño.

Es por este hecho que muchas personas que acuden a terapia psicológica lo hacen con una pregunta en mente: ¿cómo actuar cuando un hombre juega contigo? Aunque tanto los hombres como las mujeres pueden llegar a manipular emocionalmente a otras personas, cuando lo hace alguien perteneciente al género masculino se suelen dar ciertos hechos con más probabilidad, así que merece la pena ver cuáles son.

Así pues, en este artículo intentaremos dar respuesta a esta cuestión relacionada con los casos de manipulación emocional cuando quien manipula es un hombre.

Señales de que juegan con tus sentimientos

Una de las claves de la manipulación emocional que se da cuando un hombre juega con tus sentimientos es que lo que ocurra no resulta evidente, especialmente desde el punto de vista de la víctima.

Las esperanzas de tener una relación significativa e íntima con el otro hace que aquellas cosas que podrían estar delatando sus verdaderas intenciones pasen más inadvertidas.

Sin embargo, hay algunas señales que, analizadas del modo más objetivo posible, nos ayudan a saber si lo que está ocurriendo es que efectivamente hay un hombre que juega contigo (o lo intenta). En muchos casos, se servirá de los roles de género masculinos tradicionales, ya que estos están históricamente ligados al concepto de autoridad y de racionalidad: es decir, que para ellos resulta más fácil hacer ver que están en lo cierto y son los demás los que se equivocan o están demasiado confusos. Veámoslo.

1. Usa el gaslighting

El gaslighting consiste en achacar las acciones negativas de uno mismo a interpretaciones erróneas de quien es testigo de estos comportamientos.

De hecho, la persona que utiliza el gaslighting para manipular a otra es capaz de culpar a la víctima por sentirse mal ante lo que ocurre, regañándola por no prestar atención o por “ser débil” o demasiado susceptible.

2. Promete muchas cosas pero no lo cumple

Es habitual que las personas manipuladoras finjan un interés en la otra persona que simplemente no es real. Tan solo se trata de una manera de ganarse su favor, al darle esperanzas y motivos para no romper la relación.

Esto puede ser detectado llevando la cuenta de las ocasiones en las que aparecen promesas incumplidas. Por suspuesto, las infidelidades son un ejemplo claro de compromiso roto en aquellos casos en los que se ha establecido una relación de pareja con esa persona.

3. No se fija en los detalles

Tanto en hombres como en mujeres, cuando se juega con los sentimientos del otro se tiende a hacerlo sin interesarse realmente en cómo es la víctima; tan solo se memorizan los detalles imprescindibles para que no sea evidente que no existe la intención de considerarla un ser querido.

Por eso, poner atención en si pone esfuerzo en recordar detalles acerca de cómo somos, lo que nos gusta y lo que no, cuál es nuestro pasado y demás matices que crean nuestra identidad, veremos si formamos parte de las cosas que más valora o si tan solo finge amor o aprecio por nosotros de una manera interesada, instrumental, para mantener las apariencias.

¿Cómo actuar cuando un hombre juega contigo?

Para saber qué hacer en estos casos, sigue los siguientes consejos y recomendaciones paso a paso.

1. Adopta una sana distancia

Para lograr tener un punto de vista lo más objetivo y neutral posible acerca de lo que ocurre, debes centrarse en los hechos tal y como sabes que han pasado, y a partir de ellos sacar conclusiones.

Debes evitar adoptar como punto de partidas afirmaciones como “no me quiere” o “juega conmigo”, dado que estas son ideas que en todo caso concluiremos una vez hemos considerado todo lo que ha pasado, pero no antes.

Por eso, es bueno que crees listados y esquemas que describan la situación. Cuando veas una afirmación en la que hay implícita una interpretación muy subjetiva de los hechos, elimínala y sustitúyela por otra.

2. Toma una decisión

Una vez hayas logrado tener una descripción más o menos objetiva de lo que ocurre, párate a pensar si el grado en el que esa persona ha jugado con tus sentimientos merece dejar de verla o hacerle saber lo que sientes y dejarle un tiempo razonable (para ambos) para que corrija su actitud.

En caso de que decidas romper para siempre la relación de amistad o de pareja que teníais, o que pasado un tiempo no haya cambiado significativamente a mejor, pasa al siguiente consejo.

3. No te obsesiones por lo que pueda pensar

En las situaciones en las que decidimos cortar la relación que teníamos con alguien, normalmente nos encontramos con un dilema que plantea dos opciones: darle prioridad a los propios sentimientos, o darle prioridad a los sentimientos del otro.

En este caso, es muy importante poner el foco en lo que uno siente, y desprenderse así de la responsabilidad de hacer que la otra persona se sienta de determinada manera.

Si en vez de eso cedes a las ganas de hacer que la otra persona nos perciba tal y como queremos que lo haga, estaremos alimentando una dinámica por la que seguimos dependiendo del otro. Dicho de otro modo, si haces eso, en realidad das margen a que sigan jugando con tus emociones.

4. Evita culparte

En estos casos es fácil caer en el error de culparse a uno mismo por no haber conseguido que la relación funcionase.

Sin embargo, esto tan solo es una consecuencia del hecho de que han jugado con nosotros y han generado una dinámica de dependencia en la que una parte da mucho y la otra no da casi nada. El hecho de haber analizado los hechos del modo más objetivo posible nos protegerá contra estos pensamientos negativos.

  • Rubin, Z. (1973). Liking and Loving: an invitation to social psychology. New York: Holt, Rinehart & Winston.
  • Phelps, S., Austin, N. (1987). The Assertive Woman. Impact Publishers.

Psicólogo

Licenciado en Sociología por la Universitat Autónoma de Barcelona. Graduado en Psicología por la Universitat de Barcelona. Posgrado en comunicación política y Máster en Psicología social.

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