Las redes sociales han cambiado la manera en la que forjamos vínculos afectivos. De hecho, la palabra “forjar” tiene una connotación sólida, fuerte, que poco tiene que ver con la dinámica de las relaciones que establecemos en la actualidad.
El sociólogo Zygmunt Bauman corona a este fenómeno como amor líquido: los habitantes del mundo líquido, el pleno siglo XXI, habiéndonos despojado de las nociones modernas de progreso, ahorro y futuro, ahora estamos acostumbrados a que nada en nuestras vidas sea estático, a que no existan certezas, a que todo deba tener un uso instantáneo, en el presente y con poco esfuerzo.
Claro está, estos hechos se encuentran en línea con otros procesos sociales y económicos como la globalización y la instauración de la lógica de consumo. No es de extrañar que la forma en la que nos vinculamos (o, mejor dicho, conectamos) también se haya visto tajada por estas transformaciones. Bauman señala que establecer un vínculo de afinidad en la actualidad tiene como precio a pagar “la dura moneda de la monotonía de lo cotidiano”.
Comprometerse en el largo plazo en relaciones afectivas o amorosas parece ser un riesgo que muchas personas no están dispuestas a asumir. Este escenario ha parido a fenómenos que solemos identificar con anglicismos como el ghosting, el breadcrumbing y el love bombing. Este último significa, literalmente, “bombardeo de amor” y se trata de una forma particular de manipulación que puede ser muy dañina para la salud mental de la víctima. En pos de prevenir tal daño, en este artículo desarrollaremos qué es el love bombing y cómo detectarlo a tiempo.
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Love bombing: ¿qué es?
El love bombing es la tendencia de una persona a “bombardear” a su pareja con muestras de afecto. Cabe destacar que el love bombing es un fenómeno marcado por el uso de la tecnología porque ésta le ha brindado un salto cualitativo a este modo de manipulación: gracias a los teléfonos móviles, es posible estar en comunicación permanente, durante todo el día y a todas horas, vía mensajes de texto, llamadas de teléfono, videollamadas o etiquetas en redes sociales. La era digital nos ha puesto siempre disponibles para los demás, ya que los teléfonos, porteros de nuestras vidas, se encargarán de recibir el mensaje y retenerlo allí hasta que lo veamos.
Las personas que ponen en práctica el love bombing suelen ser individuos con rasgos predominantemente narcisistas. Esto se debe a que están haciendo un esfuerzo en asegurarse de ser las personas más importantes en la vida de sus parejas. Esperan que la admiración que expresan a todas horas por mensajes y llamadas sea recíproca, porque el deseo auténtico del narcisista es obtener la mirada de asentimiento de su pareja, la afirmación de que él o ella también es hermoso, bueno, amado y deseado, o en su defecto, ver que en su chat el otro siempre está escribiendo...
Es importante notar que la persona que manipula a su pareja mediante el love bombing no lo hace de una forma consciente en la mayoría de las ocasiones. No se trata de un sujeto que está desplegando un plan macabro contra su pareja, sino que, por el contrario, es una persona que necesita de la aprobación del otro; que ha aprendido y reforzado a lo largo de su vida a vincularse de ese modo. Si bien el love bombing es un término que se ha popularizado en el plano de las redes sociales, en 2016 se llevó a cabo el primer estudio empírico en el que se puso a prueba este constructo.
En relación con lo expuesto, los resultados indicaron que el love bombing era una estrategia que ponían en juego en sus relaciones románticas aquellos participantes que contaban con baja autoestima y altos niveles de narcisismo. Esto es bastante coherente con investigaciones anteriores que encontraron una fuerte correlación entre el narcisismo y una baja autoestima, rompiendo con el mito de que el narcisista es aquél que posee “altos niveles de autoconfianza”. En verdad, de acuerdo con estos estudios, en el narcisista prepondera el miedo a no ser amado por los demás.
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Reconocer las fases del love bombing para detectarlo
El love bombing no tendría mayores complicaciones si no fuese una dinámica de establecer vínculos tan nociva para la víctima. Y es que la persona que es bombardeada por el afecto del otro puede incluso embriagarse con el amor que recibe. El amor, en tanto emoción, ha sido clave para la supervivencia; es una experiencia interna placentera y es el norte que tendemos a buscar en todas nuestras relaciones.
Algunas personas pueden sentirse abrumadas al recibir una avalancha de demostraciones de amor por parte de su pareja, pero en un primer momento, la mayoría tiende a sentirse a gusto con ello. Por ese motivo, para detectar el love bombing a tiempo es necesario reconocer que su primera fase es la que suele denominarse fase de idealización, donde la persona narcisista lleva a cabo todas las muestras de afecto posibles, habidas y por haber, hechas a medida, tanto que parece ser la persona perfecta con la cual establecer una relación. Algunas pistas que podrían dar cuenta de alguien que tiende a bombardear su amor con fines manipulativos es recibir llamadas, mensajes y regalos a todas horas, querer conocer a los amigos o familiares excesivamente rápido, estar dispuesto a todo por la otra persona —ya que después, exigirá lo mismo a cambio— o apresurar la formalización de la pareja cuando recién están conociéndose.
Sin embargo, cuando la víctima de love bombing comience a demostrar cierta autonomía, el amor del narcisista mutará en control y punición. Ese afecto que solía ser más empalagoso que el chocolate, de pronto, es insípido; o peor aún, está ausente. Se trata de una forma de manipulación emocional, ya que la víctima siente que por concretar determinada conducta —embarcarse en una actividad nueva a solas, reunirse con sus amigos— podría llegar a perder el amor de su pareja, el que tan bien le ha hecho sentir, el amor perfecto. A esta etapa se la llama de devaluación, y se materializa en celos, denigración y en silencios por parte del love bomber.
No se trata de desconfiar de todas las personas cuya forma de demostrar afecto esté basada en ser detallistas o generosas. El love bombing es evidente cuando se produce esta dinámica dual, la ambivalencia entre amor y castigo. Algo característico del love bombing es que es cíclico: se repite una y otra vez, idealización y devaluación. La persona, cuando se encuentra en la etapa idílica, parece incluso olvidarse de lo dolida que se siente cuando el manipulador la denigra. Tomar consciencia de este vaivén es clave para registrar un caso de love bombing que lleva un tiempo desenvolviéndose.
Tomas Santa Cecilia
Tomas Santa Cecilia
Psicologo Consultor: Master en Psicología Cognitivo Conductual
De tal modo, la víctima podría avanzar hacia una fase de descarte en la que finalmente decide acabar con este vínculo. Caso contrario, existe la posibilidad de que sea el mismo manipulador quien decida terminar la relación, ya que habrá encontrado a alguien más a quien manipular con esta estrategia.