El otro día hablamos sobre el complejo de Cenicienta, un fenómeno social y psicológico que lleva a muchas mujeres a tratar de encajar en el papel de mujer frágil, dependiente y a la espera de su príncipe azul.
Parte de la existencia del complejo de Cenicienta se debe a que, culturalmente, el rol de mujer dependiente sigue siendo valorada como algo deseable y próximo a la virtud y la pureza. De hecho, hasta no hace tanto se consideraba que el momento cumbre de la vida de toda persona de género femenino era casarse y pasar a cuidar un hogar (es decir, atarse al ámbito de lo doméstico).
Es por eso que resulta positivo destacar las cualidades de roles femeninos caracterizados por el carácter, la asertividad y la capacidad de liderazgo que tan revolucionarios pueden llegar a parecer a día de hoy, aunque aparezca mentira, en el mundo de las relaciones de pareja y personales.
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Reivindicando la mujer independiente
¿Y si le añadimos la palabra “independencia” a un concepto que tradicionalmente ha sido asociado a la sumisión al hombre? Independientemente de si eres hombre o mujer, heterosexual o no, es bueno reflexionar acerca de los motivos por los que merece la pena enamorarse de la figura de la mujer independiente y autónoma, que no es interesante para agradar a los demás, sino principalmente para agradarse a sí misma.
A continuación veremos algunas de las razones por las que reivindicar la figura de las mujeres empoderadas.
1. Saben lo que quieren en una relación
Al conocerse mejor que nadie y tener claras sus perspectivas sentimentales, la mujer empoderada no se anda con chiquitas sobre las características que buscan en una pareja, o incluso sobre defectos y cualidades en dicha relación hipotética.
2. Se plantean metas que tratan de definir
Otra de las razones por la que enamorarse de la mujer independiente tiene que ver con las ambiciones propias, ilusiones de futuro y convicciones en diferentes áreas de su vida, cosa que resulta mucho más atractiva que estar con una persona con pocas inquietudes, o conformista. No hay nada más sano que estar con una persona a la que admiras y que brinda la posibilidad de vivir nuevas sensaciones.
3. Se impulsan hacia la superación
Una mujer independiente se impulsará a sí misma y a las personas que forman parte de su vida, intentará lograr sus propios objetivos y la felicidad de los individuos que la rodean. El motivo de esto es su fuerza de voluntad, necesaria para vivir consecuentemente una filosofía de vida marcada por la autosuficiencia.
4. Son honestas
Aquí nos encontramos con otro rasgo característico de una mujer que se empodera, y es que va con la verdad por delante. No intentarán suavizar cualquier problema que exista con su pareja si eso significa perpetuar una relación tóxica, sino que enfrentan la solución diciendo exactamente lo que sienten y piensan. Y con ello… ¡hasta luego drama!
5. Aprenden de los demás
El aprendizaje constante resulta liberador, y por eso las mujeres independientes están motivadas y orientadas hacia la adquisición de nuevos conocimientos. Eso no solo enriquece sus vidas, sino que también permite a los demás tener cerca a una persona con la que compartir muchos temas de conversación interesantes y estimulantes. De hecho, desarrollar un criterio propio es algo necesario para evitar la manipulación por parte de otras personas.
Por supuesto, no se trata de llegar a acumular conocimiento y habilidades para impresionar a una potencial pareja: se valora este progreso como un tipo de crecimiento personal que resulta positivo por sí mismo. No para agradar a alguien, sino para agradarse a una misma. Este aspecto define el modo en el que las mujeres independientes se relacionan con su autoestima.
6. Se preocupan por los demás
Habitualmente se cae o se quiere caer en el error de que la mujer independiente y empoderada tiende a despreocuparse de los individuos que la rodean. Sin embargo, esto no es así. El hecho de sufrir la presión de unos restos culturales que siguen anclados en el machismo hace que esta clase de personas estén habituadas a tejer redes de solidaridad con los demás. Están allí cuando se las necesita y donde haga falta.
7. Saben escuchar y dar consejos
Debido a sus experiencias vividas, darán el mejor consejo en cosas en las que son expertas, ya que tienen pleno conocimiento de las personas que las rodean, así como de ellas mismas gracias al hecho de haber desarrollado un grado de autoconocimiento relativamente alto (consecuencia de haber afrontado muchos retos de forma autónoma).
8. Las compañeras perfectas para viajar
Nada más adecuado que la compañía de la mujer autosuficiente, pues es la más conveniente para esos viajes y aventuras en las que perderse por zonas desconocidas sin un plan predefinido y es amante de todas las cosas que le permitan ver el mundo desde otro punto de vista.
La emancipación psicológica
Muchos datos estadísticos e informes que tienen que ver con el ámbito doméstico aseguran que las mujeres tardan una media de cuatro años más en independizarse de su hogar familiar que el sexo masculino. Sin embargo, emanciparse tanto económica como psicológicamente es un paso que las mujeres empoderadas se fijan como objetivo y que, allí donde se dan las circunstancia apropiadas, consiguen realizar.
Por supuesto, esto no se consigue simplemente trabajando de forma individual. Si la mujer independiente resulta algo tan "exótico" es, entre otras cosas, porque comportarse de forma tan autónoma como un hombre sigue estando penalizado en muchos sentidos. Por ejemplo, en las reuniones de trabajo las trabajadoras que dan su opinión con la misma frecuencia que sus colegas masculinos del mismo rango son mal vistas, según algunas investigaciones.
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