Los seres humanos no solamente somos carne y hueso. Como bien se sabe nuestro cuerpo está formado a base de células, y las células están formadas a base de átomos, y los átomos están formados a base de energía, por ende, el cuerpo humano mismo, es energía.
Una forma de interpretar las polaridades que nos conforman es entendiendo que no por ser del sexo femenino, somos pura energía femenina y que no por ser del sexo masculino, somos pura energía masculina. Nuestro genero solo define nuestro cuerpo, pero en esencia, necesitamos de ambos roles para operar en el mundo de manera sana.
Es importante mencionar que en cada persona puede predominar más una más que la otra, sin importar su sexo físico, por ejemplo: pudiese ser que un hombre porte más energía femenina en esencia y sea así como opere en el mundo, o viceversa, así como también una mujer puede ser en la que predomine la energía femenina, o viceversa, y eso no significa que no necesiten de su polaridad masculina para operar.
¿Qué entendemos por polaridades?
Ahora hablemos sobre cada una de ellas, en qué consisten, y qué características tienen. Comencemos por la energía femenina. La energía femenina es la encargada de regir la imaginación, la intuición, la creatividad, el recibimiento, el merecimiento, el autocuidado, el cuidado, el nivel de amor propio, y básicamente todo lo que conforma la conexión personal con uno mismo, incluyendo emociones, autoestima, empoderamiento, etc.
Por otro lado, está la energía masculina, que rige la lógica, la acción, la impulsividad, el análisis, aquella que necesita hacer, dar y proveer. Esta es la energía que nos permite accionar, movernos, trabajar, estudiar, jugar, o cual sea el caso que conlleve movimiento.
Nuestras polaridades energéticas, así como nuestra mente, cuerpo y alma, requieren de cuidados y equilibrio, debido a que el mundo en el que vivimos actualmente esta transaccionando de la ilusión de la separación a la autenticidad de la unidad, es decir que vivimos en un mundo en donde hombre y mujer, son opuestos y no complementarios como deberían de serlo, y esto no se refiere al sexo físico, si no a las polaridades internas de cada persona, es decir, la ilusión de que por ser mujer solamente cuentas con energía femenina, forzando así a las mujeres a reprimir su propia energía masculina, generando daños graves en su mundo emocional, y de igual manera, forzar a los hombres a reprimir y olvidar su energía femenina, causando daños severos en su mundo emocional.
¿Cuáles son las características de una persona con su energía femenina en desbalance?
Buscar aprobación de los demás constantemente (falta de conexión a su intuición), necesidad de demostrar su valor (falta de conexión con su valor personal), les cuesta recibir cumplidos, regalos y apoyo (no sentirse merecedor o digno de recibir, al contrario, se sienten amenazados y débiles), les da miedo sobresalir (miedo a llamar la atención o lucir mucho), adormecen su potencial y se minimizan (no son capaces de explotar su máximo potencial a pesar de que sepan que no están haciéndolo o que tienen más para dar).
¿Cuáles son las características de una persona con su energía masculina en desbalance?
No poder relajarse y estar constantemente al límite (estar todo el tiempo alerta y estresado), estar a la defensiva, reprimir las emociones, miedo de ser vulnerable, miedo a intimar en las relaciones personales (miedo a dejarse ver por dentro), miedo a cometer errores y quedar en ridículo, no conectar con la figura paterna, no confiar en figuras de autoridad, aun sabiendo que tienen buenas intenciones (creer que todas las personas quieren hacer daño).
¿Cuáles son las características de una persona con su energía femenina sana?
Conectados a su intuición, autoconfianza, autoestima, valía, empatía, suavidad/tacto, inclusión, cuidado y autocuidado, apertura, creatividad, flexibilidad, fluidez, capacidad de confiar, vulnerabilidad.
¿Cuáles son las características de una persona con su energía masculina sana?
Claridad, asertividad, objetividad, concentración, dirección, orden, disciplina, estructura, fuerza, provisión, protección, capacidad, sentido de suficiencia, satisfacción, autorrealización, concretar proyectos, sueños, o capacidad para ir por ello.
Conclusiones
En conclusión vivimos en un mundo en donde estos dos elementos fueron separados, haciendo a la humanidad caer en la ilusión de la separación, desbalanceando así al mundo de operar desde la energía femenina sana, honrando la intuición y el poder interno, accionando desde un masculino sano, en servicio del femenino a vivir en un mundo en donde la conexión con la intuición y poder interno (energía femenina), no existe, accionando así desde un masculino desbalanceado, en orden para nutrir al ego humano, por falta de conexión al sagrado femenino.
Balancear y trabajar en la fusión de la energía femenina y masculina dentro de cada uno de nosotros, es volver a nuestra autenticidad y poder interior, dejando atrás una vida de vacíos, accionada desde el ego, y vivir en una vida de conexión accionada desde el alma.


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