Una nueva tecnología permite curar lesiones cerebrales mediante ultrasonidos

La innovadora técnica sin cirugía que detiene el avance de lesiones cerebrales graves.

Tecnología permite curar lesiones cerebrales con ultrasonidos
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Imagina poder tratar lesiones cerebrales graves sin necesidad de abrir el cráneo ni exponer al paciente a los riesgos de la cirugía o la radiación. Esto está cada vez más cerca de convertirse en realidad gracias a una innovadora tecnología desarrollada por científicos de la Universidad de Virginia. Utilizando ultrasonidos enfocados y microburbujas, los investigadores han logrado detener el crecimiento de cavernomas cerebrales, una de las lesiones vasculares más complejas y peligrosas del sistema nervioso.

Este avance no solo promete transformar el tratamiento de estas malformaciones, sino que también abre la puerta a una nueva era en la medicina neurológica, donde la precisión y la seguridad pueden ir de la mano para mejorar la vida de miles de personas.

¿Qué son los cavernomas cerebrales?

Los cavernomas cerebrales, también conocidos como malformaciones cavernosas cerebrales (CCM, por sus siglas en inglés), son agrupaciones anómalas de vasos sanguíneos que se forman en el cerebro, la médula espinal o, con menor frecuencia, en otras partes del cuerpo. Estas lesiones tienen una apariencia similar a una frambuesa, ya que están compuestas por pequeños vasos sanguíneos dilatados y de paredes delgadas que se agrupan formando una especie de “racimo”. A diferencia de otros tipos de malformaciones vasculares, los cavernomas no suelen tener tejido cerebral normal entre los vasos, lo que los hace particularmente vulnerables a sangrados.

En la mayoría de los casos, los cavernomas permanecen asintomáticos y pueden pasar desapercibidos durante toda la vida de una persona. Sin embargo, cuando se manifiestan, los síntomas pueden variar ampliamente dependiendo de la localización y el tamaño de la lesión. Entre los síntomas más comunes se encuentran dolores de cabeza persistentes, convulsiones, debilidad muscular, alteraciones en la visión, dificultades en el habla e incluso hemorragias cerebrales potencialmente mortales. En ocasiones, los síntomas pueden aparecer de forma repentina, especialmente si ocurre un sangrado dentro del cavernoma.

Existen dos formas principales de cavernomas: los esporádicos, que suelen presentarse como lesiones aisladas y sin antecedentes familiares, y los hereditarios o familiares, que se caracterizan por la presencia de múltiples lesiones y una predisposición genética, afectando a varias personas dentro de una misma familia. Esta variante genética es especialmente preocupante, ya que las lesiones pueden multiplicarse a lo largo de la vida, aumentando el riesgo de complicaciones neurológicas graves.

Tratamientos actuales y sus limitaciones

El manejo de los cavernomas cerebrales ha representado un reto considerable para la medicina moderna, principalmente por la delicada ubicación de estas lesiones y la diversidad de síntomas que pueden provocar. Tradicionalmente, la opción más utilizada ha sido la cirugía cerebral, especialmente cuando el cavernoma representa un riesgo inminente de hemorragia o causa síntomas graves como convulsiones incontrolables. Sin embargo, la cirugía implica abrir el cráneo y manipular tejido cerebral, lo que conlleva riesgos significativos: infecciones, hemorragias, daño a áreas sanas del cerebro y un periodo de recuperación prolongado. Además, no siempre es posible extirpar completamente la lesión, lo que deja abierta la posibilidad de recurrencia.

Otra alternativa es la radiocirugía estereotáctica, una técnica que utiliza haces de radiación altamente focalizados para intentar destruir el cavernoma. Aunque menos invasiva que la cirugía tradicional, la radiocirugía no está exenta de riesgos. Puede provocar inflamación, edema cerebral y, en algunos casos, necrosis del tejido circundante. Además, su eficacia a largo plazo sigue siendo objeto de debate, y no todos los pacientes son candidatos a este procedimiento, especialmente si las lesiones se encuentran en áreas profundas o críticas del cerebro.

Estas limitaciones dejan a muchos pacientes sin opciones terapéuticas satisfactorias, especialmente aquellos con múltiples cavernomas o lesiones en zonas de difícil acceso. Por ello, la búsqueda de tratamientos menos invasivos, más seguros y eficaces se ha convertido en una prioridad en la investigación médica actual, abriendo la puerta a tecnologías innovadoras como el ultrasonido focalizado.

La revolución de los ultrasonidos enfocados

En los últimos años, la tecnología de ultrasonidos enfocados ha emergido como una de las alternativas más prometedoras para tratar lesiones cerebrales complejas, como los cavernomas. Esta técnica, que no requiere incisiones ni radiación, utiliza ondas sonoras de alta precisión dirigidas a un área específica del cerebro. El avance clave radica en la combinación de ultrasonidos con microburbujas, pequeñas burbujas llenas de gas que se inyectan en el torrente sanguíneo y actúan como agentes amplificadores del efecto del ultrasonido.

Cuando las microburbujas circulan por los vasos sanguíneos del cerebro y se exponen a los ultrasonidos enfocados, vibran de manera controlada. Esta vibración permite abrir temporalmente la barrera hematoencefálica, una especie de “escudo” natural que protege al cerebro de sustancias potencialmente dañinas. Originalmente, los investigadores buscaban aprovechar esta apertura para facilitar la entrada de medicamentos o terapias génicas directamente al tejido cerebral afectado. Sin embargo, durante los ensayos preclínicos, se observó un fenómeno inesperado: incluso sin administrar fármacos, la simple exposición de los cavernomas a ultrasonidos enfocados junto con microburbujas parecía estabilizar las lesiones y detener su crecimiento.

Este hallazgo fortuito marcó un punto de inflexión en la investigación. Tras varios años de experimentos, los científicos confirmaron que el efecto era real y reproducible: los cavernomas tratados con ultrasonido y microburbujas prácticamente dejaban de crecer. Aunque el mecanismo exacto aún no se comprende completamente, se sospecha que la vibración de las microburbujas podría desencadenar una respuesta biológica en las células anómalas de los cavernomas, reduciendo su proliferación y, en algunos casos, dificultando la aparición de nuevas lesiones, especialmente en pacientes con predisposición genética.

Además, este tratamiento no solo es mínimamente invasivo, sino que también podría tener un efecto “escudo” a largo plazo, protegiendo el cerebro de la formación de nuevos cavernomas. Esta revolución tecnológica abre la puerta a una nueva era en la neurocirugía, donde las intervenciones pueden realizarse sin bisturí y con riesgos considerablemente menores para el paciente.

Resultados del estudio y validación

Los resultados obtenidos por el equipo de la Universidad de Virginia han sido sorprendentes y han generado un gran entusiasmo en la comunidad científica. En los experimentos realizados con modelos animales, específicamente ratones con cavernomas cerebrales, la aplicación de ultrasonido focalizado junto con microburbujas logró detener el crecimiento del 94% de las lesiones tratadas. Este dato es especialmente relevante si se considera que, en el mismo periodo de tiempo, los cavernomas de los ratones no tratados aumentaron su tamaño hasta siete veces. La diferencia en la evolución de las lesiones pone de manifiesto la eficacia del nuevo enfoque y su potencial para cambiar el paradigma terapéutico.

Otro aspecto destacable es que los modelos animales utilizados presentan una forma de la enfermedad mucho más agresiva que la que se observa habitualmente en los seres humanos. A pesar de ello, la respuesta al tratamiento fue contundente, lo que sugiere que la técnica podría ser aún más efectiva en pacientes reales. Además, en algunos casos, los investigadores observaron que el tejido cerebral tratado no solo se estabilizaba, sino que también mostraba menor tendencia a desarrollar nuevas lesiones en el futuro. Este efecto preventivo abre la posibilidad de que el ultrasonido focalizado pueda utilizarse no solo como tratamiento, sino también como herramienta de prevención en personas con predisposición genética a desarrollar cavernomas múltiples.

La viabilidad de trasladar esta tecnología a la práctica clínica ha sido evaluada mediante simulaciones en pacientes humanos que ya han recibido radiocirugía estereotáctica. Los resultados indican que el procedimiento es factible con equipos médicos que ya existen en hospitales avanzados. Actualmente, el equipo de investigación cuenta con financiación significativa para seguir explorando el mecanismo detrás de este fenómeno y avanzar hacia la realización de ensayos clínicos en humanos, el paso necesario para que la técnica pueda llegar a los pacientes que más la necesitan.

Futuro y próximos pasos

El desarrollo de la tecnología de ultrasonidos enfocados para tratar cavernomas cerebrales ha abierto un horizonte prometedor, pero aún quedan pasos importantes antes de que se convierta en una opción terapéutica habitual. El siguiente gran reto es la realización de ensayos clínicos en humanos. Estos estudios serán fundamentales para confirmar la seguridad y eficacia observadas en los modelos animales y para ajustar los protocolos de tratamiento a las particularidades de los pacientes reales. Se espera que, si los resultados son positivos, las primeras fases de los ensayos puedan comenzar en los próximos años, con la vista puesta en una posible aprobación por las autoridades sanitarias hacia finales de la década.

Paralelamente, los investigadores están explorando nuevas posibilidades que ofrece esta tecnología. Una de las líneas más interesantes es la combinación del ultrasonido focalizado con la administración de fármacos o terapias génicas, aprovechando la apertura temporal de la barrera hematoencefálica para potenciar aún más el efecto terapéutico y, quizás, erradicar completamente las lesiones.

Además, el éxito obtenido en el tratamiento de cavernomas ha despertado el interés por aplicar este método en otras enfermedades neurológicas, como el alzhéimer o ciertos tipos de tumores cerebrales, donde la dificultad de acceder al tejido afectado ha sido siempre una limitación.

  • Fisher, D.G., Cruz, T., Hoch, M.R. et al. Focused ultrasound-microbubble treatment arrests the growth and formation of cerebral cavernous malformations. Nat. Biomed. Eng(2025). https://doi.org/10.1038/s41551-025-01390-z

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Javi Soriano. (2025, mayo 20). Una nueva tecnología permite curar lesiones cerebrales mediante ultrasonidos. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/neurociencias/nueva-tecnologia-permite-curar-lesiones-cerebrales-mediante-ultrasonidos

Psicólogo

Javi Soriano es graduado en Psicología por la Universidad de Valencia y está acabando un Máster en Investigación Psicosocial. Le interesa todo lo que tiene que ver con las personas y la sociedad, pero le encanta leer y escribir sobre temas relacionados con el género, la sexualidad y las minorías. Es una persona muy curiosa a la que le encantan los debates y aprender de los demás.

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