El alto nivel de estrés que padecen las sociedades modernas causa un alto desgaste mental, pero en teoría cabe esperar que ciertos tipos de personalidad nos protejan más de estos efectos y nos ayuden a ascender a los mejores puestos de trabajo. Los rasgos de personalidad, a fin de cuentas, están muy relacionados con el modo en el que experimentamos nuestra vida laboral.
Hace pocos días, se publicó el trabajo de "Is personality related to permanent earnings?" ("¿Está relacionada la personalidad con el nivel de ingresos?") de la revista online Journal of Economic Psychology, de la mano de Terhi Maczulskij y Jutta Viinikainen. En este informe, se explica cómo las características de nuestra personalidad pueden llegar influir de manera directa en nuestro salario y trayectoria profesional.
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La personalidad y el nivel de ingresos
En el mundo de la economía, se ha incidido en numerosas ocasiones en la personalidad de los individuos para determinar el éxito o fracaso de cada trabajador, dependiendo de sus características psicológicas como la empatía, el afecto o la estabilidad emocional. Para determinar la correlación personalidad-salario, se hace un cruce de diversas variables.
Como punto de partida, se toman los datos del CentER Saving Survey, del Centro de Investigación de la Economía, de la Universidad de Tilburg (Holanda), un panel de datos que ofrece información sobre la personalidad. Pero, además de la personalidad, también se tienen en cuenta las diferencias entre el género masculino y femenino. A partir del análisis de estos datos se han encontrado curiosidades; por ejemplo, que los hombres tienen la tendencia a considerar negativamente la empatía para tener éxito salarial, mientras que las mujeres lo valoran positivamente.
La amplia mayoría de los estudios realizados en cuanto al efecto de la personalidad en el futuro laboral, concluyen, a grandes rasgos, con los mismos preceptos: el efecto de la personalidad puede incidir con creces en el éxito profesional en base al dinero que se gana, estando esta influencia por encima de la del nivel cultural que se adquiere en nuestro entorno.
El neuroticismo, que viene a ser una baja carga de control emocional, y la estabilidad emocional (planificación, prudencia, confianza) son de largo los factores más explicativos de la relación con el éxito laboral, medidos por la promoción, valoración y salarios. Un trabajo llevado a cabo en los Estados Unidos con 5000 individuos, demostró en el 2014 que el autocontrol en la adolescencia era un buen predictor del éxito o fracaso laboral.
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La personalidad, ¿factor exclusivo?
Volviendo al tema descrito en la introducción, de la mano de Terhi Maczulskij y Jutta Viinikainen (2018), estos investigadores incluyen un nuevo elemento para determinar y concretar el estudio de la personalidad. Recurren a los estudios previos y cruzan los datos con los estudios con gemelos homocigóticos (con el mismo ADN) o dicigóticos (con diferente ADN). Se procedió a un estudio de casi 5000 individuos gemelos, siendo el 53% de ellos mujeres.
En términos absolutos, los resultados han sido reveladores. Comparando a los gemelos monocigotos de los dicigotos, los primeros presentan muchas más similitudes entre ellos en lo que a salario, personalidad y demografía se refiere, mientras que los segundos presentan más disparidad en esos términos.
Esta investigación también muestra que el nivel de neuroticismo de cada persona es un factor determinante. Según resultados, este ha sido el rasgo de personal con un efecto mayor en las posibilidades de ganar más o menos, cualesquiera que sean la cultura y educación de los individuos, aunque se muestra especialmente relevante en las mujeres. En concreto, cuanto menos nivel de neuroticismo, mayor posibilidad de ganar mucho dinero. Los autores afirman que la personalidad es un elemento clave en el éxito laboral, pero que tampoco es exclusivo, puesto que factores biológicos también inciden en nuestra personalidad misma.
En definitiva, se podría decir que todo está conectado. La personalidad está influida por los efectos biológicos; el entorno cultural provoca un desarrollo concreto en la personalidad y, en última instancia, nuestro nivel cognitivo representa una clara evidencia de cómo nos movemos en el mercado laboral. A mayor educación, asertividad, felicidad y autocontrol, más ricos y realizados nos sentiremos.