Efecto Ranschburg: qué es y qué demuestra sobre la memoria

El efecto Ranschburg nos muestra cómo funciona la memoria humana, y el olvido asociado a esta.

Efecto Ranschburg

El efecto Ranschburg, llamado también inhibición de Ranschburg, es un curioso fenómeno de la memoria que se da en contexto experimental. Consiste en omitir o presuponer palabras, dígitos o elementos que se parecen mucho entre sí y que el cerebro, a posteriori, interpreta como uno mismo.

La primera descripción de este fenómeno tiene más de un siglo de historia, aunque las investigaciones científicas no lo han abordado demasiado en profundidad. A continuación descubriremos más a fondo cómo sucede y qué factores influyen en su aparición.

¿Qué es el efecto Ranschburg?

El efecto de Ranschburg es un fenómeno de la memoria que se da cuando, ante la recepción de varios estímulos repetidos o similares, no se es capaz de recordar todos ellos.

A nivel experimental este fenómeno se da cuando se presenta una secuencia con varias palabras o números repetidos y que, al intentar recordarlos a posterio, la persona tiende a cometer más errores u omitir elementos.

Este fenómeno se ha relacionado con lo que se ha denominado estrategias de adivinación. Estas estrategias consistirían en que la persona, cuando tiene que acordarse de aquello que se le ha presentado, trata de recordar intentando adivinar uno de los elementos de la secuencia.

Si ese elemento era parecido a otro, la persona es probable que decida no decir ese elemento, puesto que pensará que, en realidad, se va a equivocar. Piensa que el elemento que cree recordar es, en realidad, una repetición inventada por ella misma.

El efecto de Ranschburg puede confundirse con la ceguera por repetición, pese a que no son lo mismo. La ceguera por repetición hace referencia a la incapacidad para recordar un elemento repetido que se presenta en una secuencia o conjunto de palabras con sentido. La persona omite por completo el elemento o palabra repetida, puesto que su repetición es percibida por el cerebro como algo superfluo.

Un ejemplo de ceguera por repetición se daría cuando leemos la siguiente frase: “Cuando ella tiró la tinta había tinta por todos sitios”. Esta frase tiene sentido, y tiene una palabra repetida, en este caso “tinta”. Como el cerebro no lee palabra por palabra, sino que hace un barrido rápido, haciendo que el cerebro se imagine lo que está leyendo basándose en palabras principales. En este caso, como la palabra tinta está repetida dos veces, su segunda aparición no es vista, es decir, es como si fuéramos brevemente ciegos para esa palabra.

Orígenes del concepto

El efecto Ranschburg recibe este nombre de su descubridor, el psiquiatra húngaro Paul Ranschburg, quien lo describió por primera vez en 1901. Este psiquiatra estaba especialmente interesado en la memoria en los procesos psicopatológicos y neurológicos. Un año más tarde consiguió recibir atención internacional con la publicación de un artículo en el que describía más a fondo este fenómeno.

Originalmente lo denominó inhibición homogénea, puesto que es la dificultad de recordar a corto plazo elementos similares o idénticos en una lista a memorizar. Gracias a Ranschburg se pudo comprender la dificultad de recordar listas con elementos que se parecían, dado que en listas con elementos diferentes es más probable que se recuerde mejor todos los elementos que se han presentado al sujeto.

Un ejemplo

Para comprender mejor el efecto Ranschburg, vamos a ver un caso práctico en el que se puede dar el fenómeno. A continuación vamos a ver una lista con palabras de tres letras sin sentido con estructura CVC.

BEX, DOV, DEX, BOV, DEV, BOX, DOX

Esta lista de palabras es potencialmente inductora del efecto Ranschburg, básicamente porque son muy parecidas entre ellas. Solo hay dos tipos de consonantes inciales (B y D) dos tipos de vocales intermedias (E y O) y dos tipos de consonantes finales (V y X). Estas siete palabras son muy parecidas y, debido a esto, si le indicáramos a un sujeto experimental recordar las siete es bastante probable que se confundiera. Omitiría algunas de ellas, pensando que o bien se las inventa o bien ya las ha dicho.

En cambio, en la siguiente lista, donde también aparecen palabras sin sentido con estructura CVC, es mucho menos probable que se dé el efecto Ranschburg.

DEG, VOK, NUX, ZAJ, KIF, BEL, TON

Al igual que sucede con la lista anterior, estamos ante siete palabras de tres letras, pero estas son claramente diferentes entre sí. Todas ellas empiezan y acaban con diferentes consonantes, y solo se repiten las vocales E y O. Intentar recordar estas palabras sin sentido es más fácil, dado que cada una de ellas es llamativa con respecto a las demás, facilitando su memorización y recuerdo.

Investigación sobre este fenómeno

Originalmente, cuando se empezó a abordar experimentalmente este fenómeno se sugirió que su aparición dependía del simple hecho de que hubieran elementos repetidos o similares en una misma secuencia, independientemente de su posición. Sin embargo, parece ser que, además de su similitud o repetición, es la posición en la secuencia lo que influye en el recuerdo u omisión de ciertos elementos.

El efecto Ranschburg disminuye correlativamente a medida que va aumentando el tamaño de la secuencia. A más elementos, habiendo varios que no se parecen entre ellos, menos omisión ocurriría en principio. Sin embargo, si los elementos repetidos o similares se encuentran muy juntos los unos de los otros, independientemente de lo larga que sea la secuencia habrá menos posibilidades de que se dé el efecto Ranschburg.

Por ejemplo, en la secuencia siguiente, en principio, habría menos posibilidades de que se diera el efecto Ranschburg:

TIK, NET, BET, SET, FAL, GAP, FIS

En cambio, en esta secuencia de a continuación habría más posibilidades de que el sujeto experimental omitiera una de las dos sílabas similares:

TIK, NET, FAL, BET, GAP, SET, FIS

Los elementos repetidos o similares que se coloquen al principio o al final de la secuencia mejoran la tasa de detección de los mismos, haciendo que sea menos probable el efecto Ranschburg. Esto tiene sentido porque este efecto es contrarrestado por otros dos muy conocidos en el ámbito de la psicología de la memoria, que son los efectos de primacía y de recencia. El de primacía es el recordar mejor las cosas que se han presentado al principio, mientras que el de recencia es recordar mejor aquello presentado al final.

Error de las estrategias de adivinación

Si bien el término “estrategias de adivinación” no debe considerarse académico, es el que vamos a usar para referirnos a las estrategias que usan los individuos para tratar de recordar por completo una secuencia con elementos similares o repetidos. Las personas, cuando intentamos recordar cosas, intentamos rellenar los huecos con un poco de confabulación, es decir, que en cierta manera nos inventamos recuerdos.

En los casos de las secuencias presentadas para demostrar el efecto Ranschburg sucede que, como hay elementos que se parecen o que son idénticos, en principio nos tendría que resultar más fácil recordarlos. Es decir, como se parecen o son iguales no deberíamos invertir mucho esfuerzo en recordar algo repetido. Sin embargo, ocurre más bien lo contrario. Como sabemos que rellenamos huecos en nuestra memoria pasa que, al recordar algo que nos da la sensación que se parece a algo que ya hemos dicho, suponemos que nos lo hemos inventado, algo que muchos sujetos harían.

La otra explicación de este fenómeno con respecto a las estrategias de adivinación es que al intentar rellenar los huecos nos da la sensación de que no es que nos lo estemos inventando, sino que tenemos un mal recuerdo de alguno de los elementos. Por ejemplo, volviendo a la secuencia BEX, DOV, DEX, BOV, DEV, BOX, DOX tenemos que BEX y DEX se parecen mucho.

Puede darse el caso de que, cuando nos intenten hacer recordar, solo recordemos que había una sílaba que tenía estructura -EX, y no nos acordamos de la consonante de delante. Estamos entre BEX y DEX, pese a que, efectivamente, están las dos sílabas. Como no nos acordamos de que eran dos y no una, decidimos jugárnosla y decimos solo una de las dos sílabas, pensando que tenemos un 50% de posibilidades de acertar.

Referencias bibliográficas:

  • Greene, R. L. (1991). The Ranschburg effect: the role of guessing strategies. Memory & Cognition. 19 (3): 313–317. doi:10.3758/BF03211155. ISSN 0090-502X. PMID 1861617.
  • Hinrichs, J. V.; Mewaldt, Steven P.; Redding, J. (1973). The ranschburg effect: Repetition and guessing factors in short-term memory. Journal of Verbal Learning and Verbal Behavior. 12 (1): 64–75. doi:10.1016/S0022-5371(73)80061-1.
  • Stuart-Hamilton, I (2006). The Psychology of Ageing: An Introduction, Fourth Edition. London: Jessica Kingsley Publishers. p. 104. ISBN 9781843104261.
  • Henson, R. (1998). Item repetition in short-term memory: Ranschburg repeated. Journal of Experimental Psychology: Learning, Memory, and Cognition. 24 (5): 1162–1181. doi:10.1037/0278-7393.24.5.1162. ISSN 1939-1285.

Graduado en Psicología con mención en Psicología Clínica por la Universidad de Barcelona. Postgrado de Actualización de Psicopatología Clínica en la UB.

Psicólogo/a

¿Eres psicólogo?

Date de alta en nuestro directorio de profesionales

Artículos relacionados

Artículos nuevos

Quizás te interese