Pensemos en una presentación a la que acudimos sobre psicología, por ejemplo. Cuando salgas de la presentación, ¿qué crees que recordarás mejor, la información del principio, la del medio o la del final?
Pues curiosamente, y si la presentación no es muy larga, recordarás mejor la información inicial y la información final. En este artículo hablaremos de este último caso, el llamado efecto de recencia.
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Efecto de recencia: ¿qué es?
Como veíamos en el ejemplo, cuando estamos expuestos a cierta cantidad de información, nuestra capacidad de atención y recuerdo es más elevada al principio; decae en la mitad y vuelve a crecer al final.
El efecto de recencia se da cuando la información facilitada al final es la que mejor recordamos. Esto hace referencia a la memoria a corto plazo. Sin embargo, cuando la información que se recuerda mejor es la que iba al principio, estamos hablando entonces del efecto de primacía.
Listas de palabras
Pero el efecto de recencia aparece en otros paradigmas o situaciones, y, de hecho, cuando se empezó a estudiar la memoria a corto plazo, se emplearon experimentos a partir de la técnica del aprendizaje serial (por ejemplo recordar listas de palabras). Mediante esta prueba, se comprobó que la probabilidad de recordar un ítem variaba en función de su posición en la lista.
El efecto de recencia hace alusión al hecho de recordar mejor los últimos ítems de la lista en comparación con los ítems de posiciones iniciales (es decir, los primeros ítems escuchados o leídos en la prueba; el llamado efecto de primacía).
Usando listas y a partir de la técnica del recuerdo libre (donde se pide al sujeto qué palabras recuerda), se descubrió el efecto de recencia.
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Vida cotidiana
Sin embargo, y como hemos visto al principio del artículo, el efecto de recencia se puede extrapolar a otras situaciones de la vida cotidiana, que implican que “recordemos” cierta información. Es decir, es un concepto más amplio que el simple hecho de “recordar los últimos ítems de una lista” (aunque también incluya esto último).
Así, siguiendo este principio, las cosas aprendidas o escuchadas más recientemente se recuerdan más y mejor. Por contra, cuanto más tiempo pasa entre la información escuchada (o vista, leída, etc.), y la evocación de dicha información (pedir al sujeto que la evoque), más difícil será que ocurra. Es decir, menos probable será que recuerde dicha información.
Por ejemplo, si a un estudiante le preguntamos por un tema la misma tarde que lo ha acabado de estudiar, será mucho más probable que recuerde el tema y lo sepa explicar, que si se lo pedimos a la mañana siguiente o la tarde siguiente.
Otro ejemplo es que es más fácil recordar un número telefónico marcado hace unos minutos, que un número que marcamos el día anterior. Estos son ejemplos que ilustran el efecto de recencia.
Ámbito académico
De esta forma, vemos como la última información que adquirimos, generalmente es más memorable para nosotros, la recordamos mejor. Por otro lado, se sabe que revisar la información de forma frecuente, así como utilizar resúmenes, ayuda a fijar el material o la información en la mente, y por lo tanto a evocar más fácilmente la información cuando nos la pidan (a recordar mejor).
Podemos aplicar el efecto de recencia en el ámbito académico y de aprendizaje; por ejemplo, determinando la secuencia temporal de las clases, lecciones o temas a impartir, según la importancia dentro del curso escolar.
Investigaciones
El fenómeno del efecto de recencia, junto al efecto de primacía también comentado, han sido interpretados siguiendo el modelo multialmacén de Atkinson y Shiffrin (1968). Según este modelo, dichos efectos reflejan las operaciones de dos sistemas de memoria independientes: la memoria a corto plazo (en el caso del efecto de recencia) y la memoria a largo plazo (efecto de primacía).
Esto ocurre así porque, si pensamos en una lista de “X” palabras que nos leen (por ejemplo 10) y que debemos recordar, al preguntarnos por ella, ocurre que:
1. Efecto de primacía
Recordamos mejor las primeras palabras de la lista (esto se debe a la memoria a largo plazo, porque ya han pasado varios segundos, incluso minutos, desde que escuchamos las palabras).
2. Efecto de recencia
Recordamos también mejor las últimas palabras de la lista (debido a la memoria a corto plazo, ya que ésta incluye unos pocos segundos desde que se escucharon las palabras hasta que nos preguntaron por ellas).
Patologías
En algunas poblaciones patológicas se ha encontrado que el efecto de recencia (en tareas de aprendizaje serial) es más preponderante que el efecto de primacía. Estas poblaciones han sido de personas con amnesias de varias etiologías y en personas con demencia tipo Alzheimer.
Referencias bibliográficas:
- Garzon, A. y Seoane J. (1982). La memoria desde el procesamiento de información.
- De Vega, M. (1990). Introducción a la Psicología Cognitiva. Alianza Psicología. Madrid.
- Martín, M.E. et al. (2013). Relevancia del efecto de posición serial en el diagnóstico diferencial entre el deterioro cognitivo leve, la demencia de tipo Alzheimer y el envejecimiento normal. ScienceDirect, Neurología, 28(4), 219-225.
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