¿Tiendes a pensar que tus logros se deben en realidad a un golpe de suerte o cualquier otro factor externo? ¿Sueles valorar lo que el resto de personas consiguen pero, cuando se trata de tus propios éxitos parece más difícil? ¿Te genera malestar pensar de forma recurrente que no mereces alguna de las cosas que hay en tu vida?
Si has respondido que sí, te invitamos a quedarte y seguir leyendo. Algunas personas tienen dificultades para poder valorar sus propios logros y esto tiene un fuerte impacto en los diferentes ámbitos de su vida.
En este artículo veremos, de forma breve, qué entendemos por "valorar nuestros logros". Además, abordaremos las causas que pueden originar esta dificultad, así como también hablaremos sobre las posibles consecuencias que se pueden ocasionar. Finalmente, planteamos algunas estrategias que pueden resultar útiles para empezar a cambiar.
¿Qué significa darle valor a los propios logros?
Por lógico que pueda parecer, consideramos importante poner de manifiesto el siguiente aspecto. Al hablar de valorar nuestros propios logros hacemos referencia a poder reconocernos y apreciar los objetivos y las metas que hemos conseguido.
En este sentido, es importante resaltar que los progresos que hacemos en el día también son importantes. A veces, algunas personas, tienden a valorar únicamente los "grandes éxitos" y esto puede acabar generando malestar emocional.
Reconocernos todo lo que vamos logrando en el día a día, valorar nuestro esfuerzo, tiene múltiples beneficios a nivel psicológico y emocional. Incrementa la sensación de satisfacción personal y, por lo general, contribuye a mantener la motivación y la persistencia. Además, suele ser un motor para continuar conociéndonos y desarrollándonos a nivel personal o en cualquier otra esfera de la vida.
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¿Por qué no valoramos nuestros logros?
Uno de los principales aspectos a tener en cuenta es que vivimos en una sociedad en la que los estándares relacionados con la productividad y el éxito son, en muchas ocasiones, poco ajustados a la realidad. Asimismo, se potencia mucho la competitividad y la comparación con el resto de personas y esto puede dificultar que valoremos nuestros propios logros.
A nivel individual, son muchos los factores que pueden estar interfiriendo en el hecho de que una persona tenga dificultades para valorar sus propios logros. Es elemental que cada persona haga la introspección necesaria para poder comprender cuáles son los suyos concretamente dado que esto también va a ser importante a la hora de generar estrategias para cambiar.
A continuación se mencionan algunos de los aspectos principales que se han observado en repetidas ocasiones y que suelen relacionarse con estas dificultades personales:
- Perfeccionismo y elevada autoexigencia.
- Inseguridad personal o en algún ámbito concreto.
- Falta de confianza en las propias habilidades o capacidades.
- Miedo a fracasar.
- Baja autoestima.
- Interpretaciones erróneas sobre el propio esfuerzo.
- Insatisfacción constante.
- Miedo a que el resto de personas le consideren poco válido/a.
- Falta de reconocimiento externo.
El síndrome del impostor/a
Al hablar de la dificultad para reconocer y valorar los propios logros, es fácil llegar al concepto "el síndrome del impostor". Si bien no se considera un trastorno de salud mental, sí ha cobrado importancia en el ámbito en los últimos tiempos debido al elevado malestar emocional que genera en las personas que lo sufren.
Con este término se hace referencia a la dificultad que sienten algunas personas para valorar sus propios logros, junto con el miedo constante de ser "descubiertos" y expuestos como fraudes o impostores/as.
Se relaciona con factores como dudas constantes en relación con las propias habilidades, basar los éxitos en la suerte o factores externos, la presencia de un elevado perfeccionismo, miedo al fracaso y a no estar a la altura y, por supuesto, sentirse un fraude y tener miedo a que el resto de personas se den cuenta y le expongan.
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Consecuencias de no valorar nuestros logros
El hecho de no valorar nuestros propios logros puede tener un fuerte impacto en nuestras vidas. Por un lado, puede deteriorar y mermar aspectos cruciales en nuestro bienestar emocional como son el autoconcepto y la autoestima. Además, es probable que también se acaben deteriorando otros aspectos como la motivación e incluso la productividad.
Las consecuencias que se producen a nivel emocional en las personas pueden afectar las diferentes áreas de la vida de una persona. Las dificultades producidas pueden desencadenar sintomatología a nivel psicológico e incluso se pueden desarrollar problemáticas de salud física.
Teniendo todo esto en cuenta, podemos ver que las consecuencias pueden generar un grave impacto negativo que abarque desde el ámbito más personal hasta el académico o laboral y, por supuesto, también el relacional. El hecho de no poder darnos el valor que merecemos puede interferir en la forma en la que sentimos que nuestro entorno nos percibe.
Estrategias para empezar a valorar nuestros logros
Las estrategias que pueden ser útiles para empezar a valorar nuestros logros pueden variar en función de cada persona puesto que, tal y como hemos visto anteriormente, los motivos que generan dicha dificultad también varían. En este sentido, el autoconocimiento, la capacidad de auto-observación y reflexión son esenciales.
Si estás atravesando este tipo de problemática y sientes que el malestar te desborda, te animamos a pedir ayuda a un/a profesional especializado/a. A continuación se mencionan brevemente algunas de las propuestas:
- Establecer metas realistas y asequibles.
- Registrar los logros diariamente.
- Analizar objetivamente de dónde vienen esos logros.
- Celebrar o recompensar nuestros logros.
- Identificar las propias fortalezas.
- Pedir retroalimentación al entorno.
- Reflexionar sobre los errores y el aprendizaje que aportan.
- Valorar logros anteriores.
- Reconocer el esfuerzo invertido en la consecución de los objetivos.
- Tomar consciencia del diálogo interno.
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