La nueva mirada a la maternidad: del sacrificio al autoconocimiento

Repensar la maternidad desde la autenticidad, el respeto y el crecimiento personal.

La nueva mirada a la maternidad: del sacrificio al autoconocimiento

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A lo largo de la historia, se ha considerado que la maternidad es algo inherente a la condición de ser mujer. Era una idea prácticamente incuestionable que, además, iba también asociada a determinados valores y expectativas. Una de las imágenes más extendidas socialmente es la de la madre que todo lo sacrifica por sus hijos/as y que siempre les antepone.

Sin embargo, en la actualidad, la idea de que no hay nada más importante para una mujer que sus criaturas —a quienes debe entregarse por completo y por quienes debe sacrificarlo todo— es cuestionada. Afortunadamente, cada vez son más las mujeres que pueden analizar y tomar decisiones sobre la forma en la que quieren vivir su maternidad.

En este artículo exponemos la nueva mirada sobre la maternidad que se abre camino en nuestra sociedad. Para ello, hablamos sobre temas como el mandato del sacrificio, la madre ideal y la mujer invisible, las emociones que despierta la maternidad y el autónomo miento como acto de amor. Para finalizar, hablamos sobre maternidad desde un lugar más real y humano.

El mandato del sacrificio, la madre ideal y la mujer invisible

Históricamente se ha asociado a la mujer con la maternidad. Plantearse si ha deseo o no de serlo no era, para la gran mayoría de mujeres, una opción. Además, se entendía la maternidad como un sinónimo de abnegación y sacrificio que implicaba prácticamente la negación de la propia identidad de la mujer —más allá del rol materno—.

Para ser considerada una “buena madre” una mujer debía entregarse a la crianza y a la familia por completo. Esto se traduce en la idea de que una “buena madre” debe estar siempre disponible para su familia y siempre dispuesta a renunciar a sus propios deseos individuales. Estas ideas se han transmitido durante siglos y están muy arraigadas a nivel colectivo.

Como consecuencia, la mayoría de mujeres han sufrido muchísimo —y muchas de ellas todavía sufren— intentando alcanzar un ideal de perfección que es inalcanzable. Hoy en día, es frecuente que una gran cantidad de mujeres todavía exprese que siente culpa si necesita tiempo para sí misma. Lo mismo sucede si sienten emociones contrapuestas y lo viven en silencio, con mucho malestar, por miedo a ser más juzgadas todavía.

Como resumen, podríamos decir que la maternidad bajo este mandato social ha llevado a muchas mujeres a ser anuladas y reducidas únicamente al rol materno de cuidadora. Aspectos individuales como la identidad, la sexualidad, el pensamiento, la creatividad y la espiritualidad, entre otros, dejaban de ser relevantes.

La sombra sale a la luz: las emociones que se despiertan en la maternidad

Con frecuencia, tendemos a pensar que uno de los aspectos más difíciles de la maternidad es el hecho de tener delante a una criatura que no habla y depende de nosotras para sobrevivir. Sin embargo, hay otros muchos aspectos de la experiencia que es la maternidad que quizá pasan más desapercibidos y que pueden llegar a ser igual de retadores.

Desde los ideales y las expectativas que la sociedad tiene sobre las mujeres que son madres, la presión que se siente al sentir que todo el mundo opina y juzga cualquiera de las decisiones que se tomen hasta toda la transformación que se da a nivel interno. Sin duda, la maternidad es un viaje que nos sacude en todas las áreas de nuestra vida.

La maternidad atraviesa a todas las mujeres, remueve emociones, facilita que se recuerden ciertas historias del pasado y que estén más disponibles determinados aspectos del yo que se mantenían en el inconsciente hasta el momento. Es decir, esta experiencia nos confronta con emociones reprimidas, aspectos que negamos de nosotras mismas, heridas de la infancia, así como mandatos y patrones familiares.

A pesar de que siempre se ha vendido la imagen de las madres como seres absolutamente felices y rebosantes de amor, la maternidad va más allá. Es normal que aparezcan emociones como la frustración, el enfado, el miedo y el agotamiento, entre otras. Es necesario que normalicemos la ambivalencia puesto que es algo que se da con frecuencia.

Nombrar estas emociones permite que tomemos consciencia de ellas, podamos atenderlas y, de este modo, dejen de “trabajar” desde el inconsciente. Además, hablar de lo que nos sucede como madres —especialmente con otras madres— puede ayudarnos a darnos cuenta de que no estamos solas, sino que hay más mujeres atravesando algo similar.

El autoconocimiento es un acto de amor

Es comprensible que la idea de ponernos delante de nuestra “sombra” pueda asustar o imponer en un primer momento. Sin embargo, si lo pensamos bien, la maternidad —y todo lo que trae consigo— es una gran oportunidad para encontrarnos con nosotras mismas. Puede ser la puerta que nos lleve al autoconocimiento.

Una mayor conciencia sobre nosotras mismas nos permite escucharnos, darnos lo que necesitamos y relacionarnos desde un lugar más regulado. Al contrario de lo que nos han dicho durante tanto tiempo, establecer límites no es algo egoísta, es algo que nos cuida y, como consecuencia, cuida a nuestro hijos e hijas.

Además, cuanto más nos conocemos a nosotras mismas y más hemos integrado nuestra propia historia, más oportunidades tenemos de cambiar todos aquellos patrones que nosotras vivimos y que no nos gustan para nuestras criaturas. Maternar desde la consciencia nos permite romper con las dinámicas que no nos hacen bien.

Una maternidad más real, humana y sin dejar de ser una misma

Nos han inculcado la idea de que una madre debe ser “perfecta”, hacerlo todo bien, no desbordarse nunca, ser fuerte y el pilar de todo el mundo. Sin embargo, cuando nos permitimos ser humanas —equivocarnos, pedir ayuda y mostrarnos vulnerables—, estamos ofreciendo una versión más real del amor y las relaciones a nuestros hijos e hijas.

El apego seguro no es aquel en el que hay desencuentros, sino aquel en el que se repara el daño que se ha cometido. Esta nueva mirada de la maternidad pone, por fin, el foco en el vínculo, el respeto y la escucha. La conexión con nuestras criaturas va por delante de los mandatos sociales o las expectativas de nuestro entorno.

La experiencia de la maternidad es diferente para cada mujer y, por ello, cada una debe maternar desde sus valores y el significado personal que le dé. Ser madre no implica —o no debería— que el resto de los roles que desempeñamos y de las otras partes que nos componen se pierdan.

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  • Gutman, L. (2008). La maternidad y el encuentro con la propia sombra. RBA Libros.
  • Gutman, L. (2008). Crianza: Violencias invisibles y adicciones. RBA Integral.
  • Rich, A. (2021). Of woman born: Motherhood as experience and institution (Nueva ed., con prólogo de Eula Biss). W. W. Norton & Company
  • Roig, P. (2022). Madre: Escúchate, compréndete y date lo que necesitas. Bruguera (Ediciones B).

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Nerea Moreno. (2025, septiembre 8). La nueva mirada a la maternidad: del sacrificio al autoconocimiento. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicologia/nueva-mirada-maternidad-del-sacrificio-al-autoconocimiento

Psicóloga

Nerea Moreno es graduada en psicología, con mención en psicología clínica, por la Universidad de Barcelona. Cursó el Máster en Psicología General Sanitaria con la Universidad Autónoma de Barcelona. Posteriormente, se formó como experta en psicología de las emergencias y catástrofes. Tanto esta formación como la experiencia laboral en el campo, supusieron para Nerea el descubrimiento de un nuevo mundo: el trauma. Desde entonces, trabaja desde un enfoque integrador y no ha parado de formarse en trauma, sistema nervioso, apego, duelo y emociones.

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