Si algo ha caracterizado a la filosofía a lo largo de la historia, ha sido la gran cantidad de paradigmas de pensamiento que ha creado.
Entre los grandes pensadores han nacido las teorías filosóficas más originales, geniales e incluso alocadas, y muchas de ellas han dejado una marca en nuestro modo de interpretar la realidad y nuestras relaciones personales.
Las 10 teorías filosóficas más relevantes
No todas las teorías filosóficas han tenido el mismo peso; algunas han sidso olvidadas rápidamente, mientras que otras, desfasadas o no, siguen resonando en nuestra conciencia ayudan a entender parte de nuestras vivencias en momentos determinados. A continuación daremos un breve repaso por ellas.
1. Teoría de las ideas de Platón
Este filósofo de la Grecia antigua es uno de los más recordados por la influencia que ha tenido en la cultura occidental cientos de años antes de que existiera.
La creencia de que los sentidos nos engañan y que la realidad existe independientemente de nuestras opiniones y puntos de vista quedó formulada en la teoría de las ideas de Platón de forma extensa, lo cual distanció a este pensador de los sofistas, quienes profesaban un relativismo muy conveniente para hacer negocio con cursos de oratoria.
Por otro lado, esta teoría filosófica tiene sus raíces en la concepción particular que Platón tenía de la realidad: para él, lo que de verdad existe son ideas perfectas de las cosas, y lo que solemos entender por materia no es más que un espejismo, un reflejo imperfecto de esas esencias que tratan de imitar.
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2. Teoría del eterno retorno de Nietzsche
El filósofo alemán Friedrich Nietzsche plasmó su pensamiento vitalista mediante su teoría del eterno retorno. Esta se basa en la idea de que la vida a la que hay que aspirar es aquella que desearíamos que se repitiese infinitas veces, no solo en lo relacionado a lo que ocurre en nuestro alrededor, sino incluyendo también a nuestros pensamientos y emociones en ese bucle eterno.
3. El alma en el cuerpo, de René Descartes
Descartes fue uno de los principales representantes del dualismo, la doctrina según la cual la realidad está compuesta por al menos dos elementos de la misma categoría jerárquica que son independientes entre sí.
Este pensador francés, en concreto, desarrolló extensamente una teoría según la cual en cada ser humano hay un cuerpo y una sustancia espiritual que lo dirige y que es la fuente de nuestra consciencia.
4. Teoría pragmática de William James
William James no solo fue uno de los filósofos más importantes de su tiempo, sino que además fue uno de los fundadores de la psicología como ciencia. Una de sus ideas más revolucionarias fue que nuestras creencias tienen un efecto real sobre el tipo de vida que experimentamos. Creer en una cosa u otra puede ser lo que nos lleve a morir o a construirnos unos estándares de vida muy buenos. Su manera de pensar fue un llamamiento a actuar como si nuestras acciones marcasen la diferencia para permitir que esta norma se cumpla gracias a nuestras aspiraciones y creencias.
5. Teoría de la educación equitativa de Mary Wollstonecraft
En el siglo XVIII el sentio común dictaba que hombres y mujeres debían recibir una educación diferente que se adaptase a sus distintas "naturalezas". Esta idea fue cuestionada por Mary Wollstonecraft, que hizo algo revolucionario: poner en duda la idea de que el hecho de que hombres y mujeres se comporten de modo distinto signifique que eso debas ser así en todos los casos o, incluso, promovido socialmente.
En definitiva, esta referente del feminismo más temprano señaló que, independientemente de nuestras características biológicas, todos somos seres humanos y por defecto merecemos un trato igual al margen de cualquier discriminación.
6. Teoría del buen salvaje de Rousseau
Jean-Jacques Rousseau fue uno de los mayores críticos de la Ilustración, y cuestionó la idea de que el progreso científico produjese más bienestar social en términos de desarrollo humano y estándares de vida para todos. En vez de eso, señaló que la creación de sociedades marcadas por la complejidad de las relaciones personales y por la creación de jerarquías y normas podía suponer un retroceso.
Para este pensador, el efecto del desarrollo de las civilizaciones podía hacer que dejemos de tener en cuenta la humanidad de las personas y las empecemos a tratar como recursos para obedecer a un "bien común". A esta dinámica le opuso la idea del buen salvaje, encarnada por los niños y niñas que, al no haber sido socializados del todo, se comportarían de un modo más ético y más puro que los adultos corrompidos por las convenciones, al menos según esta autor.
Por otro lado, eso no significa que Rousseau creyese que en algún momento de nuestra historia la ausencia de civilización haya traífo consigo la paz. Es, en todo caso, una situación hipotética que sirve para ejemplificar el modo en el que según este filósofo las sociedad nos embrutece.
Posteriormente, la teoría del buen salvaje ha sido muy criticada por grandes referentes de la psicología evolucionista, como por ejemplo Steven Pinker. Sin embargo, esta idea sigue siendo un referente simbólico en nuestra manera de pensar.
7. La horquilla de Hume
David Hume es, probablemente, el representante más importante de la filosofiá empirista, según la cual el conocimiento es construido a través de nuestras experiencias e interacciones con la realidad, y no tanto mediante la reflexión y el aislamiento.
Una de sus grandes aportaciones a la historia fue su teoría sobre la horquilla del conocimiento. Esta establece que el conocimiento está compuesto por enunciados demostrativos, que son evidentes por sí mismos, y otros que son probables y que nos hablan sobre propiedades del mundo que nos rodea. Las primeras son fundamentalmente regidas por la lógica formal, mientras que las segundas son generadas por la experiencia. La s primeras son siempre verdaderas, pero no nos dicen nada sobre lo que ocurre en la naturaleza, mientras que las segundas sí nos hablan sobre aspectos concretos de nuestras vidas, pero no tienen por qué ser ciertas.
Para Hume, es necesario conocer las limitaciones y las ventajas de cada una de estas dos formas de conocimiento para no mezclarlas y llegar a conclusiones que nos harán caer en problemas.
8. Teoría metafísica de Spinoza
Benedictus de Espinoza fue uno de los grandes filósofos de la Europa del siglo XVII, y propuso una visión mística sobre el mundo que nos rodea. Su concepción de lo divino le llevó a defender la idea de que todos los elementos de la naturaleza son igualmente sagrados y espirituales, ya que todos ellos forman, a la vez, a Dios. Para Spinoza el alma no era algo exclusivo de los seres humanos, sino que estaba por todas partes: en las plantas, en las rocas, en los paisajes, etc.
9. La mística de los números de los pitagóricos
Los pitagóricos fueron una secta helénica cuya relación con el mundo de las matemáticas iba mucho más allá del interés puramente intelectual. Creían que todo en la naturaleza sigue las reglas de los números, y que la esencia de todo lo que existe enstá en estos elementos. Así, las matemáticas eran concebidas como el elemento sagrado que estructuraba la materia y las ideas.
Esta devoción por los números y sus relaciones puede ser entendida si tenemos en cuenta que las matemáticas parecen describir las mecánicas formales del mundo: sus leyes se aplican en cualquier momento y en cualquier lugar, de modo que parece que creen "la forma" de la materia.
10. La teoría del tao de Lao Tsé
Lao Tsé es una de las figuras más influyentes de la historia de China, y lo es por un buen motivo; desarrolló una concepción de la naturaleza que se basa en la idea de que todo fluye tal y como debe hacerlo, sin intervención humana. Según esta filosofía, lo deseable es no interferir con el desarrollo natural de las cosas, moderar las propias ambiciones y vivir con humildad sin salirnos del camino de la virtud.
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