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Pérdida del deseo sexual: posibles causas y soluciones

Entendiendo las causas y soluciones para recuperar el deseo sexual perdido.

Pérdida deseo sexual

La pérdida del deseo sexual es un tema más común de lo que se suele hablar, afectando tanto a hombres como a mujeres en diferentes etapas de la vida. Aunque puede ser temporal, en algunos casos se convierte en un problema persistente que impacta la autoestima, la calidad de vida y la relación de pareja. Las causas de esta disminución del deseo pueden ser diversas, abarcando aspectos psicológicos, relacionales, físicos y médicos.

Entender las posibles razones detrás de este fenómeno es clave para abordarlo de manera efectiva. Este artículo explora las principales causas de la pérdida del deseo sexual y propone soluciones que abarcan desde tratamientos médicos y terapias psicológicas hasta cambios en el estilo de vida y mejoras en la intimidad de la relación.

Causas de la pérdida del deseo sexual

Como hemos comentado, los motivos por los que el deseo sexual puede verse disminuido son muy amplias y variadas. En este apartado, comenzaremos delimitando algunas de las principales causas posibles de la pérdida o disminución del deseo sexual.

1. Factores físicos o médicos

La pérdida del deseo sexual puede estar vinculada a diversas causas físicas o médicas, siendo los desequilibrios hormonales una de las más frecuentes. En hombres, niveles bajos de testosterona suelen afectar negativamente la libido, mientras que en mujeres, alteraciones en estrógenos y progesterona, especialmente durante la menopausia o después del parto, también pueden disminuir el interés sexual. Además, los problemas de tiroides, como el hipotiroidismo, afectan tanto a hombres como a mujeres, reduciendo la energía y el deseo sexual.

Enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión o las afecciones cardiovasculares pueden interferir en la función sexual, ya sea directamente por su impacto en el flujo sanguíneo o por la fatiga y el estrés que generan. Asimismo, las condiciones que causan dolor crónico, como la artritis o la fibromialgia, dificultan mantener una vida sexual activa y placentera.

Los medicamentos también juegan un papel importante. Fármacos como los antidepresivos, los anticonceptivos hormonales y algunos antihipertensivos tienen como efecto secundario común la reducción de la libido. En estos casos, es fundamental consultar al médico para evaluar posibles ajustes en el tratamiento.

2. Factores psicológicos

El deseo sexual está estrechamente vinculado al bienestar emocional, por lo que los factores psicológicos suelen desempeñar un papel crucial en su gestión y disminución. El estrés cotidiano, derivado de demandas laborales, económicas o personales, es uno de los principales enemigos de la libido. Cuando la mente está sobrecargada, es difícil conectar con el deseo y disfrutar de la intimidad.

La ansiedad, ya sea generalizada o relacionada con el desempeño sexual, también puede inhibir el deseo. El miedo a no cumplir expectativas genera un círculo vicioso de evitación y frustración. Asimismo, la depresión, con sus síntomas de apatía, fatiga y baja autoestima, puede apagar por completo el interés sexual.

Por último, problemas relacionados con la autoimagen y la inseguridad personal, muchas veces arraigados en experiencias pasadas, dificultan la disposición hacia la intimidad. Estos factores emocionales suelen requerir intervención terapéutica para ser abordados de forma efectiva.

3. Factores relacionales

Las dinámicas internas de una relación de pareja pueden influir de forma significativa en el deseo sexual. Los conflictos no resueltos, como discusiones frecuentes o resentimientos acumulados, suelen generar distanciamiento emocional que impacta directamente en la intimidad física. Sin una base de confianza y conexión emocional, el deseo tiende hacia la disminución.

La falta de comunicación es otro factor clave. Cuando las parejas no expresan sus necesidades, fantasías o inquietudes sobre su vida sexual, se genera un ambiente de insatisfacción y desconexión irresuelto. Esto puede dar lugar a malentendidos, expectativas no cumplidas y una percepción de rutina en la relación.

Por otro lado, la monotonía en las relaciones sexuales, especialmente en parejas de largo plazo, también contribuye a la pérdida de interés y química sexual. Sin innovación o esfuerzo por mantener la chispa, la experiencia puede volverse predecible, haciendo que el deseo disminuya progresivamente. La solución para mejorar la comunicación y buscar maneras de renovar la intimidad.

4. Factores externos

El estilo de vida desempeña una influencia importante en la pérdida del deseo sexual. La falta de ejercicio y una alimentación poco saludable pueden generar problemas de salud que afecten la libido, como el sobrepeso o la fatiga crónica. Además, el consumo excesivo de alcohol y drogas puede inhibir tanto el deseo sexual como la capacidad para disfrutar de la intimidad. El estrés relacionado con el trabajo y otros factores externos también contribuyen, ya que afectan la energía y la capacidad para relajarse. Mantener hábitos de vida saludables es crucial para preservar una vida sexual activa y satisfactoria.

Soluciones para la pérdida de deseo sexual

Como hemos visto, los motivos de la pérdida del deseo sexual son muy específicos de cada persona y situación relacional. Sin embargo, existen manera de manejar su impacto y trabajar en pareja para recuperar la intimidad.

1. Soluciones médicas

Cuando la pérdida de deseo sexual tiene una causa médica, es fundamental abordarla mediante soluciones y técnicas adecuadas. En muchos casos, el tratamiento médico puede implicar la regulación hormonal. En mujeres, la terapia de reemplazo hormonal (TRH) durante la menopausia, que incluye estrógenos y progesterona, puede ser útil para restaurar el deseo sexual. En hombres, los suplementos de testosterona pueden ser eficaces cuando los niveles de esta hormona son bajos, aunque siempre bajo la supervisión de un médico, ya que un exceso puede tener efectos secundarios.

En los casos en los que las enfermedades crónicas afectan la libido, tratar la condición subyacente es clave. Por ejemplo, controlar la diabetes, la hipertensión o los trastornos cardiovasculares mediante medicamentos y cambios en el estilo de vida puede mejorar la función sexual.

Si los medicamentos son responsables de la disminución en el deseo sexual, es importante hablar con el médico para ajustar la medicación o buscar alternativas a estos fármacos. Algunos antidepresivos y antihipertensivos, por ejemplo, tienen efectos secundarios sexuales, y un cambio de fármaco podría minimizar estos problemas.

En general, consultar a un profesional de la salud es esencial para identificar y tratar adecuadamente las causas físicas de la pérdida de deseo sexual, siempre adaptando las soluciones a las necesidades individuales de cada paciente.

2. Intervenciones psicológicas

Cuando la pérdida del deseo sexual tiene un origen psicológico, las intervenciones terapéuticas son fundamentales para restaurar la libido. La terapia cognitivo - conductual (TCC) es una de las más efectivas para tratar la ansiedad, el estrés o la depresión que pueden estar interfiriendo con la vida sexual. Esta modalidad de terapia ayuda a identificar y modificar los pensamientos negativos y las creencias irracionales relacionadas con el deseo sexual, reduciendo la ansiedad y mejorando la autoestima.

Si la pérdida del deseo está relacionada con una baja imagen corporal o traumas emocionales previos, la terapia centrada en la autoestima puede ser beneficiosa. Los pacientes aprenden a trabajar en su autoaceptación y en la reconexión con su propio cuerpo, lo cual es esencial para recuperar el deseo sexual.

En las parejas, la terapia sexual puede ser clave para mejorar la comunicación y resolver conflictos que afecten la intimidad. Los terapeutas sexuales ayudan a las parejas a identificar las barreras emocionales y físicas que limitan el deseo, ofreciendo estrategias para reavivar la conexión emocional y sexual.

3. Cambios en el estilo de vida

Adoptar un estilo de vida saludable es una de las soluciones más efectivas para mejorar el deseo sexual. El ejercicio regular, por ejemplo, aumenta el flujo sanguíneo y mejora la función cardiovascular, lo que puede tener un impacto directo en la libido. Además, la actividad física ayuda a reducir el estrés, mejora el estado de ánimo y aumenta los niveles de energía, factores clave para mantener una vida sexual activa y satisfactoria.

Una alimentación equilibrada, rica en nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y ácidos grasos saludables, también es fundamental para el bienestar sexual. Alimentos como los frutos secos, el pescado, las frutas y las verduras no solo mejoran la salud en general, sino que también favorecen la producción de hormonas sexuales y mantienen una situación corporal saludable.

Además, practicar técnicas de relajación como la meditación o el yoga puede ser útil para reducir la ansiedad y el estrés, que a menudo son factores que inhiben el deseo sexual. Dormir lo suficiente y evitar el consumo excesivo de alcohol o sustancias también son importantes, ya que estos hábitos afectan negativamente la energía y el interés sexual.

4. Mejora de la intimidad en la relación

Reavivar la intimidad en una relación de pareja es esencial para superar la pérdida del deseo sexual. La clave está en fomentar una comunicación abierta y honesta sobre las necesidades, expectativas y deseos sexuales. Hablar de lo que les gusta, lo que les gustaría exportar y lo que no sienten cómodos haciendo puede aliviar la presión y mejorar la conexión emocional, facilitando una mayor intimidad.

También es importante dedicar tiempo exclusivo para la pareja. El estrés de la rutina diaria y las responsabilidades puede alejar a las parejas, pero reservar momentos para estar juntos sin distracciones ayuda a reconectar. Esto puede incluir citas, salidas o simplemente invertir tiempo de calidad en pareja sin expectativas sexuales, reforzando el vínculo emocional.

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Javi Soriano. (2024, diciembre 13). Pérdida del deseo sexual: posibles causas y soluciones. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicologia/perdida-deseo-sexual-posibles-causas-y-soluciones

Psicólogo

Javi Soriano es graduado en Psicología por la Universidad de Valencia y está acabando un Máster en Investigación Psicosocial. Le interesa todo lo que tiene que ver con las personas y la sociedad, pero le encanta leer y escribir sobre temas relacionados con el género, la sexualidad y las minorías. Es una persona muy curiosa a la que le encantan los debates y aprender de los demás.

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