Sufro de ansiedad y no sé qué hacer: ¿qué recomienda la Psicología?

Consejos para superar la ansiedad y aprender a gestionar las emociones.

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El trastorno de ansiedad es el diagnóstico más frecuente en Salud Mental, y no es para menos, ya que, realmente, la ansiedad, es un sentimiento absolutamente normal ante situaciones difíciles o desconocidas hasta ahora, que pueden suponer un peligro, un perjuicio de nuestro estado actual.

La ansiedad, no sólo es necesaria sino beneficiosa, porque nos invita a la acción, a tomar una decisión y hacer algo para volver a estar a salvo. Y, para eso, se estimulan ciertos mecanismos fisiológicos para que nuestro cuerpo responda con rapidez. El corazón late más deprisa, los músculos se tensan, sube la temperatura corporal, sudamos y las pupilas se dilatan para agudizar la vista. En definitiva, mejora nuestras capacidades y nuestro rendimiento para tener el máximo de posibilidades de éxito.

¿Y por qué me siento tan mal?

Pues porque la ansiedad es una respuesta primaria, puro instinto de supervivencia, pero nosotros ya no vivimos en la selva ni nos tenemos que enfrentar a un león. Los peligros son más sutiles, menos evidentes, y, además, a diferencia del resto de seres vivos, que también tienen ansiedad, nosotros tenemos conciencia de las posibles consecuencias de un mal resultado y, a mayor incertidumbre, más miedo sentimos y más síntomas físicos padecemos.

Y, entonces, a mayor intensidad, puede ocurrir el efecto contrario. Si la ansiedad es muy elevada, en vez de facilitar una toma de acción, nos bloquea. Sufrimos y nos quedamos paralizados. Y si se convierte en crónica, nos hace la vida imposible, nos indica que algo en nosotros está fallando. Nos encontramos ante un innecesario estado de alerta perpetuo.

Esto es lo que, en la práctica clínica, llamamos trastorno de ansiedad. Es una sensación de angustia mantenida en el tiempo, con síntomas físicos que se van complicando, una sensación de indefensión y de no poder hacer nada y un estado de ánimo que alterna el miedo y la tristeza.

¿Cuál es la razón de esta ansiedad?

Lo primero, es descartar otros problemas que pueden tener los mismos síntomas físicos, pero que nada tienen que ver con la angustia. Ahora que ya sabemos que la ansiedad es una reacción innata ante un peligro, hay que analizar cuál es la amenaza, ante qué estímulos internos o externos se activa y qué lo mantiene en el tiempo. Puede ser un acontecimiento, cualquier comentario de alguien, un pensamiento, o, simplemente, un recuerdo. Así, por ejemplo, tenemos:

  • Determinadas ideas, esquemas, pensamientos, creencias o representaciones internas que hemos desarrollado desde pequeños sobre nosotros y el mundo, que hacen que lo percibamos como peligroso, o a nosotros como insuficientes. Evidentemente esto puede convertir nuestra existencia en un sufrimiento en la medida en que nos sentimos incapaces para hacer frente a la vida cotidiana.

  • Lealtades o aprendizajes dentro del entorno familiar que nos han enseñado a vivir con miedo o con sentimientos de incapacidad. Así, unos padres miedosos ante la vida pueden transmitir a sus hijos miedo y ansiedad.

  • Experiencias traumáticas anteriores, tales como abusos, pérdidas, agresiones o accidentes, que pueden encapsularse como foco constante de ansiedad, aunque ya no estén presentes.

  • Experiencias de inseguridad afectiva en la infancia dando lugar a dependencia emocional e incapacidad de hacer frente a la vida sin la seguridad y cercanía de los demás. Por el contrario, haber vivido bajo una excesiva sobreprotección familiar, impide el desarrollo de recursos personales en la vida.

  • Una vida en entornos laborales, sociales o familiares exigentes, sin flexibilidad, lo que puede crear una ansiedad permanente por temor a cualquier error. O ser demasiado perfeccionista o autoexigente, con un constante miedo al error, a la imperfección, al no ser suficiente.

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¿Qué problemas se derivan de la ansiedad?

Por supuesto, cada uno de nosotros vivimos la ansiedad a nuestra manera, pero, en general, los problemas más frecuentes que encontramos en consulta son:

  • La timidez o fobia social, con un miedo e inseguridad en las relaciones sociales.
  • La ansiedad generalizada, caracterizada por una ansiedad y preocupación persistente y desproporcionada constante.
  • Fobias e hipocondrías.
  • Ataques de pánico.
  • Trastornos del estado de ánimo
  • Trastornos psicosomáticos como, por ejemplo, dolores crónicos, problemas gastrointestinales, infecciones recurrentes o alergias.

¿Cómo se trata la ansiedad?

Dependiendo de cuál sea su origen e intensidad, el tratamiento no siempre será breve, principalmente si se lleva conviviendo con ella mucho tiempo. Eso sí, nadie tiene porqué adaptarse a vivir con ansiedad. En general, existen dos formas principales de tratar la ansiedad, y no son excluyentes.

Por un lado, los Tratamientos Farmacológicos. Los fármacos no curan, simplemente controlan los síntomas de la ansiedad, actuando sobre los mecanismos neurobiológicos correspondientes y sólo durante el tiempo en que se toman. No obstante, son de gran utilidad en momentos de gran sufrimiento y de ayuda durante el tratamiento psicológico. Este tipo de tratamientos no deberían mantenerse de por vida. Si, después de un tiempo, tu ansiedad no llega a controlarse, no te están sirviendo para nada.

Por otro lado, tenemos los Tratamientos Psicológicos. Existen muchos tipos de tratamientos psicológicos. Algunos fomentan la capacidad de autocontrol, mientras que otros analizan y buscan la raíz de la ansiedad. Estos últimos suponen una mayor inversión en tiempo que, no obstante, a la larga merece la pena.

¿Qué puedes hacer si sufres de ansiedad?

Ten en cuenta algunos consejos en este sentido:

  • Ante todo, revisa tus hábitos de vida, como el sueño, una alimentación sana, ejercicio, ausencia de consumo de drogas, exponerse al sol, yoga o meditación, …. Una vida estresante y desequilibrada es, en sí, una amenaza que puede ser la causa del estado en que te encuentras. Pero, sobre todo, es la forma más eficaz para mantenerla en el tiempo.

  • Conoce tus síntomas y acude al médico si tienes dudas. Muchas veces, son la primera señal de que algo no va bien. Recuerda, el cuerpo siempre habla lo que la mente calla.

  • Comparte lo que sientes con gente de confianza o en profesionales que entienden lo que te ocurre. Exprésate en voz alta. Los pensamientos rumiantes en la cabeza son como un grito en una habitación cerrada, producen eco y distorsión, pero se liberan en el espacio abierto con claridad y nitidez.

  • Si la angustia es insoportable y te está provocando problemas en tu vida diaria, acude al médico para que te ayude con un tratamiento farmacológico. Ya sabes, los ansiolíticos no curan la ansiedad, pero sí son una ayuda para disminuir la intensidad de los síntomas y el bloqueo. Si tu ansiedad, por el contrario, es muy incómoda pero soportable, acude a un psicólogo especialista directamente.

  • Nunca te automediques, tu ansiedad no es exactamente la misma que la de tu amiga o tu padre, ni vas a responder igual.

  • Ten cuidado con los productos naturales. Cada día se popularizan y anuncian más productos naturales que se venden en herbolarios, sin respaldo científico terapéutico, como el triptófano, GABA, el hipérico o los derivados del cannabis. Normalmente, se considera que, por ser naturales, son inofensivos. Es un gran error. Son igualmente fármacos, pero sin estudios de control sobre sus efectos secundarios.

  • Si realmente te encuentras muy mal, no busques la solución en los libros de autoayuda. Pueden aclararte, informarte, ayudarte en algunas prácticas, pero nada más. No siempre, tomar conciencia de lo que nos pasa, es suficiente para superarlo.

  • Valora cuidadosamente la información que buscas, como mirar en Google, foros y grupos buscando una ayuda que, a veces, se convierte en un mayor desasosiego e inquietud. Si tienes dudas, pregunta directamente a un profesional que entienda del tema.

En resumen, si sientes que la situación te supera, no te aísles y pide ayuda hasta encontrarla. La soledad sólo genera más angustia y evitar el problema no hace que desaparezca. No eres ni la única, ni la última persona en pasar por un mal momento y no saber resolverlo. No nacemos sabidos y la vida es un continuo aprendizaje.

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Psicoterapeuta De Salud Psicólogos

Málaga
Terapia online

Sonia Palma Rodríguez es médico de familia y psicoterapeuta, especialista en Psicoterapia Breve. CEO de De Salud Psicólogos en Málaga, dispone también de consulta online.

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