La disfunción eréctil psicógena es uno de los motivos más comunes de consulta sexológica. A estas alturas de la historia, es bien conocido el hecho de que existen fármacos para solventar el problema. Sin embargo, esa solución no siempre es la más eficaz ni convence al hombre que padece la disfunción. Quizás por que además se interesa de qué puede estar causándola. Le preocupa conocer las raíces del problema para intentar enfrentarlas. Puede interesarse por analizarlas en cierta medida, y por tratar de resolverlas a un nivel más psicológico.
También es cierto que, un varón que padece disfunción eréctil y que busca terapia sexológica, puede sentirse muy incómodo al explicar su problema. Podemos decir sin lugar a dudas que el atreverse a hablar de ello es un paso importante en su solución, lo cual resulta aún más relevante en el caso de esta disfunción. A menudo les puede producir mucha vergüenza reconocer abiertamente el problema porque la erección se ha asociado durante mucho tiempo con la masculinidad, la virilidad y la potencia masculina.
Mitos y tabúes que no ayudan
Los mitos en torno a la virilidad ciertamente entorpecen la situación. Un varón que tiene problemas de erección puede llegar a sentirse devaluado al pensar que es “menos hombre”. Lamentablemente, son numerosas las ocasiones en que reacciona de esta manera. Lo peor del caso es que se tipo de pensamientos sólo aumentan su inseguridad y su obsesión por conseguir erecciones. Se presiona y, bajo presión, muchas personas funcionan peor o se bloquean.
¿Conflictos de masculinidad en el sexo?
Lo curioso del asunto es que con frecuencia todo empieza por un simple gatillazo (una disfunción eréctil puntual). Tras éste, el hombre en cuestión se apresura a pensar que el problema ha llegado para quedarse. Esta creencia se deriva de la inseguridad y de la falta de autoconfianza, así como de una información sexual inadecuada. El varón se olvida, o no sabe, que cualquiera es susceptible de tener un gatillazo en algún momento. Se trata de algo puntual y puede producirse por diversas causas, como serían el estar cansado, estresado o en una situación incómoda, por citar algunos ejemplos.
Las causas psicológicas de la disfunción eréctil
También puede haber causas más serias, como son aquellas relacionadas con estados depresivos. Por ejemplo, puede ocurrir por el duelo producido tras la muerte de algún ser cercano y querido.
Cabe recordar que una buena parte del problema se desprende de la idea de que el rendimiento, especialmente el del varón, ha de ser prácticamente perfecto. El ser humano, hombre o mujer, no siempre se encuentra en condiciones de rendir adecuadamente en cualquier situación y en todos los ámbitos de su vida, y el sexo es uno de ellos.
En el desarrollo de cualquier persona es importante fomentar una autoestima sana, la cual derivará en una sensación de seguridad y autoconfianza que le permitirá tener relaciones sexuales con plena normalidad. Ello será de utilidad a lo largo de la vida, incluyendo también el terreno sexual. Asimismo, resulta necesario erradicar mitos y creencias que sólo sirven para confundir y presionar tanto a hombres como a mujeres.