La búsqueda del placer o la diversión puede llevar a alguien a tomar decisiones que, a la larga, pueden tener consecuencias no tan positivas. Una de ellas es el chemsex, una práctica sexual que involucra el uso de sustancias psicoactivas para intensificar la experiencia sensorial durante el acto sexual.
A lo largo de este artículo, exploraremos algunos los riesgos asociados al chemsex, entre ellos los efectos nocivos que tanto las sustancias utilizadas como las prácticas sexuales en sí mismas pueden tener en la salud física y mental de quienes las llevan a cabo.
¿Qué es el chemsex?
El chemsex es un término que combina las palabras "químicos" y "sexo" y se refiere a la práctica sexual que implica el uso de drogas psicoactivas con el fin de intensificar sensaciones, perder inhibiciones y prolongar el placer durante relaciones sexuales, que pueden durar horas o incluso días.
Aunque no es una práctica nueva, el chemsex ha experimentado un granaumento en los últimos años, especialmente entre la comunidad de hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres. Esta práctica se vincula principalmente con el consumo de drogas estimulantes como metanfetamina, cocaína, MDMA y sales de baño, aunque también se pueden usar otras sustancias como GHB, ketamina y poppers.
Las razones que llevan a alguien a probar el chemsex son variadas. Algunos buscan superar la timidez, intensificar la excitación y el deseo sexual, o explorar nuevas sensaciones. Algunas personas lo perciben como una manera de huir de la monotonía, del estrés o de dificultades personales. Sin embargo, es importante señalar que las repercusiones del chemsex pueden tener consecuencias graves a corto, mediano o largo plazo.
Chemsex en España: algunas cifras
Revisar las estadísticas es una manera de entender la situación de una forma mucho más objetiva. Por ejemplo, el estudio HomoSalud202 realizado en España reflejó una serie de datos sobre los hombres que han practicado chemsex para entender mucho mejor el fenómeno. Allí se encontraron resultados muy interesantes.
Las motivaciones principales asociadas al consumo de sustancias incluyeron: incrementar el deseo sexual (88,3%), liberarse de inhibiciones en el ámbito sexual (85,7%), mejorar la sensación de placer (54,3%) y aumentar la intensidad de las sensaciones (52,5%). Entre ellos, que 27.5% de los hombres encuestados, que practican sexo con otros hombres, asumieron consumir drogas en los últimos 12 meses al momento de tener relaciones, y 9.4% de ellos lo hicieron en contexto de chemsex.
En los 12 meses previos a la realización del estudio, aproximadamente el 68,6% de los individuos que practicaron chemsex lo hicieron al menos una vez al mes.. Por su parte, un 22,3% reportó haber gastado una cantidad considerable o excesiva en la adquisición de drogas.
Esta, probablemente, sea la estadística más impresionante en materia de salud física y mental: el 90,9% de los participantes que practicaron esta actividad informaron que experimentaron cambios en su estado físico después de una sesión. Fatiga (50%), falta de energía y de fuerza (30,9%) y somnolencia (19,9%). En cuanto al aspecto psicológico, las sensaciones más comunes reportadas por los participantes fueron tristeza (29,1%), sensibilidad aumentada (21,1%), apatía o falta de motivación (33,6%), irritabilidad (18,9%) y disminución del deseo sexual (15,51%).
Además, el 16,5% de los usuarios de chemsex en el período mencionado admitieron haber experimentado una sobredosis por consumo de drogas, principalmente relacionada con el uso de GHB o GBL. Va quedando un poco claro, entonces, que después de la diversión a veces quedan consecuencias no tan divertidas ni tan amables con el cuerpo y la mente de quienes practican chemsex, sobre todo de manera recurrente.
Desventajas del chemsex
El chemsex, lejos de ser una práctica inofensiva, esconde una serie de peligros que pueden poner en riesgo la salud física y mental de las personas. Entre los principales riesgos encontramos:
Riesgos físicos del chemsex
A nivel físico, estas prácticas pueden generar:
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Sobredosis y efectos secundarios: El consumo de drogas psicoactivas puede incrementar significativamente el riesgo de experimentar una sobredosis o reacciones adversas graves, como infartos, accidentes cerebrovasculares, convulsiones e incluso la muerte, especialmente cuando se combinan con otras sustancias o alcohol.
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Enfermedades de transmisión sexual (ETS): Las prácticas sexuales sin protección durante el chemsex aumentan considerablemente las posibilidades de contraer enfermedades de transmisión sexual, como el VIH, la hepatitis B y la hepatitis C.
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Desnutrición y deshidratación: La sensación de desinhibición y euforia provocada por las drogas puede llevar a descuidar la hidratación y la alimentación, lo que puede causar desnutrición, deshidratación severa y otros problemas de salud.
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Afecciones en órganos: El uso prolongado de drogas como la metanfetamina y la cocaína puede causar severos daños a órganos vitales como el corazón, el hígado, los riñones y el sistema nervioso.
Riesgos psicológicos del chemsex
A nivel psicológico, estas prácticas pueden generar:
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Ansiedad, depresión y desequilibrios mentales: Las sustancias usadas en el chemsex pueden provocar o agravar síntomas de inquietud, tristeza y desequilibrios mentales, especialmente en personas con tendencia a padecer estas condiciones.
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Dependencia: El chemsex presenta un alto potencial adictivo, lo que puede conllevar a generar una dependencia física y emocional de las sustancias usadas, con serias repercusiones en la vida personal, familiar y laboral del individuo.
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Conductas arriesgadas: Bajo la influencia de las drogas, las personas pueden adoptar conductas sexuales peligrosas, como el sexo sin protección o con múltiples parejas, lo que aumenta el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual.
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Violencia y abusos sexuales: La pérdida de inhibiciones y la sensación de euforia, junto con la distorsión de la percepción y el juicio, pueden incrementar la agresividad y la probabilidad de sufrir o cometer actos violentos y abusos sexuales durante las relaciones íntimas.
Conclusiones
En conclusión, es importante también tomar en cuenta que aún falta mucho por investigar sobre el chemsex. El informe sobre el chemsex en España realizado en 2019 por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social reveló en los últimos años la investigación se ha enfocado principalmente en el grupo de hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, sin poder excluir la posibilidad de que la práctica y sus efectos también estén presentes en otros grupos.
En este sentido, una aproximación interdisciplinaria para la creación de estrategias novedosas orientadas a la prevención, mitigación de riesgos y minimización de daños sería lo más apropiado. Sin embargo, al final del día, buena cuota de la responsabilidad de nuestro bienestar está en nuestras propias manos. Recuerda que el placer sexual no debe estar ligado a riesgos para tu cuerpo y mente. Explorar alternativas sanas y consensuadas para disfrutar de la intimidad es posible. ¡Procura que tu salud física y mental sean tu prioridad!