Navidad no siempre es un día de alegría y felicidad, como dice la canción. De hecho, muchas veces, en estas fechas pueden aflorar muchas emociones incómodas y tensiones, sobre todo si hay temas por resolver con la familia.
Estar tantas horas juntos y, además con la expectativa de que todo sea “perfecto", a veces nos ponen cara a cara antes esas diferencias que llevamos tiempo dejando de lado.
En las siguientes líneas hablaremos sobre cuáles suelen ser las causas más comunes de esas distintas y cómo afrontar los conflictos familiares pendientes en las navidades para que puedan tener fiestas más felices y armoniosas.
Navidad en familia: ¿felicidad o conflictos?
Cada publicación, cada foto, cada canción de Navidad nos sugiere que estamos en una época maravillosa, llena de luces, colores, comida y música. Y, sí, esto es cierto, pero también es cierto que la convivencia prolongada puede dar pie a problemas familiares que alguna vez se omitieron y que de pronto comienzan a salir bajo el tapete.
En este tiempo, en el que hay tanto por hacer y por organizar, cada integrante de la familia lleva a cuesta cierta melancolía, propias experiencias y problemas, y cuando todos estamos juntos, a veces el ambiente puede ponerse más tenso de lo deseado.
Problemas más comunes en Navidad
Entender los problemas más habituales en esta época puede ayudarte a identificarlos en tu propia familia, e incluso a evitarlos o empezar a trabajarlos. Aquí tienes algunos de los más frecuentes:
- Primero, la organización. Decidir dónde se celebrará la Navidad, quién cocina, qué regalos dar… Todo esto puede ser un dolor de cabeza cuando cada uno piensa distinto.
- Segundo, los temas no resueltos. Así, como cuando la cocina comienza a ensuciarse y dices “mañana la limpio”, lo dejas pasar y se vuelve un desastre, lo mismo puede pasar con los temas nunca hablados con la familia y que pueden transformarse en discusiones.
- En tercer lugar, los temas personales. Cada uno lleva una vida con sus alegrías, dificultades y tristezas que suelen estar a flor de piel en fechas como estas. Por eso es clave ser empáticos para evitar los conflictos.
Cada familia tiene su particularidad y sus asuntos por resolver, pero es importante tener claro que al ponerle nombre a estos conflictos en lugar de esconderlos nos da la oportunidad de resolverlos desde la calma y el entendimiento. O, en su defecto, a establecer los límites necesarios para cuidar de nosotros mismos y de nuestro entorno.
Claves para resolver conflictos familiares antes de Navidad
Lidiar con conflictos familiares tiene su complejidad, pero hay algunos pasos que pueden hacer que la situación mejore y que puedas vivir una Navidad más relajada y, ¿por qué no?, llena de alegría.
Si sientes que tienes temas pendientes con alguien de la familia, puede que sea buen momento para que apliques estas ideas de manera respetuosa y calmada.
1. Habla claro y con mucha honestidad
Hablar con sinceridad, con respeto y sin ambigüedades hace todo más sencillo y transparente en cualquier tipo de relación, incluyendo las familiares. Pasa que muchas veces los conflictos se agravan porque guardamos cosas o acumulamos resentimientos hasta que ya no podemos más y, ¡boom!, ¡explotamos!
¿Cuál es la clave aquí? Que empieces a expresarte sin atacar, y que expliques cómo te sientes para que la otra persona pueda entenderlo, sin que eso se convierta en una pelea. Entonces, por favor, evita los reproches y céntrate en expresar cómo te afecta a ti la situación.
2. Recuerda que debes poner límites
Piensa en hasta dónde quieres involucrarte y cuáles son tus límites para estar tranquilo. Por ejemplo, si no te sientes cómodo participando en alguna actividad o si hay ciertos temas de conversación que te provocan ganas salir corriendo, puedes expresar esto de manera calmada, sin insultos y desde tu verdad. Recuerda que cuidar de tus propias necesidades también es importante y que no tienes que hacer cosas que en verdad no deseas solo por complacer a tu familia.
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3. Sé flexible
Un mantra que te puede dar tranquilidad es: “lo perfecto no existe”. Recuérdate a ti mismo que no todo va a salir como esperas, abre espacio para el error y fluye con los imprevistos. Cuando mantienes una mente abierta y estás dispuesto a ceder en algunas cosas puede que se reduzca la tensión de forma considerable.
4. Respira y gestiona tus emociones desde la calma
Aunque lo veas así en imágenes idealizadas de la temporada navideña, no solo sentirás alegría. De hecho, es completamente natural que sientas una mezcla de emociones bastante fuerte, al ser una época en la que es común sentirse reflexivo, melancólico, feliz o irritado… A veces, un poco de todo junto.
Si, por ejemplo, hay algún episodio familiar del presente o del pasado que te ha estado rondando en la cabeza, tal vez sea un buen momento para: conversar, respirar, pedir perdón, agradecer abrir espacio para una conversación, pero siempre desde la tranquilidad.
5. Mantén a raya los temas polémicos
En todas las familias suele haber uno o varios temas que generalmente acaban en discusiones. A veces, evitarlos es la mejor estrategia, o si surgen, siempre estará la opción de desviar la conversación hacia temas más ligeros.
No se trata de evitar de por vida temas importantes, pero sí es clave tomar en cuenta que hay ciertos asuntos, como política o problemas familiares, que pueden generar conflictos y que es mejor tratarlos en otro momento o en un entorno más privado, ya que se desviarán del objetivo de disfrutar de la compañía de tus seres queridos.
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6. Hazlo sencillo y descansa
¿Dónde está escrito que la Navidad tiene que ser una carrera llena de actividades? ¡En ningún lado! Entonces, por favor, reserva un espacio para descansar o hacer algo que de verdad disfrutes, para que puedas mantener el equilibrio. A veces, un pequeño descanso es justo lo que necesitas para despejarte y mantener la buena energía en el ambiente.
Con honestidad, paciencia y amor puedes hacer que estas reuniones decembrinas sean más relajadas, significativas y libres de conflictos en familia. Cuida de ti mismo y también de tus seres queridos para que todos disfruten de una Navidad mucho más feliz.