La percepción más común sobre cómo se moldea nuestra forma de pensar es la de que es causada por elementos ambientales, como lo son la familia, la escuela y el contexto social.
Sin embargo, la ciencia parece discrepar. Son varios los aspectos propios de nuestra forma de pensar que parecen depender de nuestros genes, lo cual ha motivado a los investigadores a abordar un asunto muy complejo: la ideología política.
¿Es heredable la ideología política? En las últimas cinco décadas se ha intentado resolver esta cuestión, dando una respuesta que nos da que pensar.
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¿Hasta qué punto es heredable la ideología política?
Desde hace tiempo, psicólogos y científicos interesados en la política han tratado de averiguar cuáles son los condicionantes para que una persona sea partidaria de una u otra corriente ideológica. La ideología política es el conjunto de creencias que una persona tiene en cuanto a su idea de cómo debería ser una sociedad ideal, además de tener un proyecto político de cómo alcanzarla.
Como se desprende de esta definición, este aspecto de cada individuo es algo sumamente complicado, lo cual ha hecho que se haya cambiado no solo la forma en cómo estudiarla, sino también la forma en cómo era tratada como constructo.
Tradicionalmente, la ideología política era vista como un constructo unidimensional, con un contínuum yendo desde más liberal a más conservador, se ha visto que realmente es multidimensional, implicando aspectos variados más propios de dimensiones económicas y sociales.
Varios estudios en psicología se han centrado en entender y explicar cómo la personalidad y los factores motivacionales influyen en la ideología política. En colaboración con esto, los científicos políticos se han enfocado en varios factores que podrían estar detrás de sentir predilección por uno u otro proyecto político, incluyendo la socialización de la familia, variables demográficas y, en concordancia con lo visto por los psicólogos.
Pero quizás el factor más sorprendente que se ha tenido en cuenta ha sido el de la genética conductual. Las investigaciones que se han centrado en este aspecto han tratado de dilucidar si la ideología política es heredable, objeto de estudio que ha ido ganando un mayor protagonismo en las últimas cinco décadas.
Estudios de gemelos
Los estudios de gemelos son una herramienta clásica a la hora de averiguar cuál es la heredabilidad de rasgos de personalidad, enfermedades y otros aspectos. La idea básica detrás de ellos es comparar lo visto en los gemelos monocigóticos, es decir, los que son genéticamente idénticos o clones el uno del otro, con los gemelos dicigóticos, quienes comparten aproximadamente la mitad de los genes y son, en esencia, como cualquier otro hermano.
Generalmente, cuando se ve que en los gemelos monocigóticos hay una mayor similitud entre un rasgo concreto en comparación con los hermanos dicigóticos, los investigadores toman este hecho como evidencia de que ese rasgo en concreto depende de factores genéticos, factores que ambos gemelos idénticos han heredado.
Gracias a estos estudios, es posible medir la heredabilidad de un determinado rasgo, es decir, el grado de variación de ese rasgo atribuido a la genética. No se debe confundir esta idea con la de cuál es la proporción heredada de ese rasgo, sino al porcentaje que depende a la genética. Para entenderlo mejor, si decimos que un determinado rasgo tiene una heredabilidad del 0,30, estamos diciendo que cerca del 30% de las diferencias vistas en los individuos es atribuible a factores genéticos, mientras que el 70% restante sería debido o bien a factores ambientales o bien a fenómenos estocásticos.
En cuanto a la cuestión de la ideología política, varios estudios han reportado que la heredabilidad de este aspecto estaría cerca del 40%. Igualmente, también se han tenido en cuenta algunos aspectos que, en cierta medida, están relacionadas con la ideología política, como pueden ser las reglas sociales, el orden y el patrón de conducta, los cuales se ha visto que también son heredables.
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La ideología a lo largo de la vida
Pese a que los estudios de gemelos son útiles, una forma de conocer cómo de heredable es un rasgo es observar cómo de estable es a lo largo de la vida de un individuo y comparándolo con la población general.
En cuanto a esto, se tiene una idea bastante dividida en la población general. Hay quienes consideran que la ideología política es un fenómeno muy inestable a medida que se va creciendo, lo cual defendería la idea de que los factores ambientales fueran los que tienen más peso. Por el otro lado, los hay quienes consideran que la ideología es un aspecto muy estable a lo largo de la vida, o que al menos tiene un desarrollo predecible, lo cual defendería la idea de que es altamente heredable.
Sin embargo, y como prácticamente todo a la hora de explicar la conducta y personalidad, la ideología política es un factor resultante de la combinación de genética con ambiente y, de hecho, hay períodos vitales en los que uno u otro cobran más protagonismo.
Durante la infancia y la adolescencia, la ideología política está más influida por la socialización familiar, las compañías en la escuela y tiempo libre además de el haber sido testigo de vivencias emocionalmente tensas, aunque no necesariamente traumáticas.
Llegada la adultez y en adelante, los genes parecen cobrar más peso. Esto podría deberse especialmente al hecho de que, tras haber superado la mayoría de edad, muchas personas se desprenden de su núcleo familiar principal, yendo a vivir en un piso de alquiler estando estudiando en la universidad o trabajando en otro municipio.
¿Cómo se relacionan los genes con la política?
Las investigaciones también han puesto el foco de atención en cómo los genes estarían detrás de los mecanismos psicológicos implicados en la ideología política. Es decir, que es lo que hace que un conjunto de trozos de ADN acaben haciendo que aparezcan los rasgos de personalidad y formas de ver el mundo que nos definan como, por ejemplo, personas progresistas o conservadoras.
Pese que existe una sólida evidencia de que hay una base genética para la ideología, no se ha encontrado una relación directa entre los genes y nuestra visión política del mundo. Esto no es de extrañar, dado que la ideología política es una cuestión demasiado compleja como para esperar que un solo gen o un conjunto reducido de ellos expliquen que seamos votantes de un partido u otro.
Sin embargo, sí que tiene sentido averiguar cuál es la relación indirecta entre genes e ideología. La ideología está muy influida por aspectos como los rasgos de personalidad, la habilidad cognitiva, el estilo cognitivo y la religiosidad, aspectos que varias investigaciones han mostrado que tienen un alto componente hereditario. En base a esto tiene sentido, pensar que la ideología es heredable, pues aspectos que la definen lo son.
Referencias bibliográficas:
- Dawes, C. T., y Weinschenk, A. C. (2020). On the genetic basis of political orientation. Current Opinion in Behavioral Sciences, 34, 173-178.
- Tuschman, A., (2013) Our Political Nature: The Evolutionary Origins of What Divides Us. Estados Unidos. Prometheus.
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