Valeria se despierta cada mañana revisando su móvil. Vive en una zona cercana al trayecto de una tormenta tropical, y desde que la noticia se hizo viral, no deja de recibir alertas, videos y mensajes.
Su intención es protegerse, pero su ansiedad va en aumento. Se siente incapaz de filtrar lo importante entre la avalancha de información que la abruma. Los detalles sobre posibles riesgos inundan su mente y nublan su capacidad de tomar decisiones con calma. Todo esto ocurre a causa de un fenómeno llamado “infoxicación”:
Como Valeria, muchas personas enfrentan este dilema. Entonces, ¿cuándo buscar información deja de ser útil y se convierte en un abarrotamiento perjudicial?
A continuación, hablaremos sobre cómo afecta la saturación informativa por catástrofes y qué hacer al respecto.
Consumo equilibrado de información vs. infoxicación
Buscar información es necesario, sobre todo si estás en una situación de riesgo, pero todo tiene un límite. Saber hasta dónde buscar y cuándo parar puede hacer la diferencia entre mantenerte tranquilo o sentir como si tu cabeza nunca tuviera descanso.
Cuando llenas tu mente de noticias y más noticias puedes caer en algo que se llama infoxicación. Si no sabes de qué va, te lo explicamos. Este neologismo fue creado para referirse a la sobrecarga informativa, y es un acrónimo de intoxicación por información.
Si existe una sobrecarga, también existe un equilibrio. ¿Cómo se puede lograr? Por ejemplo, al revisar un par de fuentes confiables en momentos puntuales del día, solo para saber lo esencial. Para continuar con la historia inicial, Valeria podría revisar el parte meteorológico por la mañana y en la noche, y con eso sería suficiente.
El problema empieza cuando sientes que tienes que saber todo, todo el tiempo; si pasas horas viendo noticias, saltando entre redes sociales o viendo videos de lo que podría pasar, eso ya es infoxicación.
Cuando tengas la duda, pregúntate: ¿De verdad necesito saber esto ahora mismo? Si la respuesta es no, mejor cierra la app o la página y concéntrate en algo más, preferiblemente que te relaje o que te hace sentir productivo o productiva.
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¿Qué pasa al consumir información en exceso sobre catástrofes?
Pasarte con la cantidad de información que consumes no es inofensivo. De hecho, puede tener efectos bastante desagradables, tanto para tu mente como para tu cuerpo.
1. Ansiedad y estrés
Cuando te expones todo el tiempo a noticias alarmantes, tu cerebro no descansa. Empiezas a sentirte tenso, preocupado y con la sensación de que algo malo va a pasar en cualquier momento. Eso le está pasando a Valeria: no puede desconectar, y su mente está en modo alerta las 24 horas.
2. Confusión para decidir
Si ves información contradictoria o demasiados escenarios posibles, terminas paralizado. Esto es normal cuando hay infoxicación. Por ejemplo, si en un perfil en redes te dicen que evacúes la zona de riesgo y en otro que no, puede que al final no hagas nada porque no sabes a quién creer. Por eso es tan importante ver fuentes confiables.
3. Te saturas emocionalmente
Ver tantas imágenes fuertes o leer historias desgarradoras puede hacer que te sientas insensible o agotado emocionalmente, incluso cuando ni siquiera te encuentres cerca del lugar de los hechos. Es como si tu mente dijera: “Ya no puedo con esto”.
4. Malestar físico
No es secreto para nadie que el estrés, además de afectar la mente, también influye en la salud del cuerpo. Puedes sentir dolores de cabeza, tensión en los músculos y los problemas de estómago pueden llegar a ser bastante comunes.
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5. Desinformación
Con tanto contenido, es fácil caer en noticias falsas o información alarmista solo por la prisa de informar o de saber qué está ocurriendo en cierto lugar. Esto puede empeorar tus decisiones o aumentar tu ansiedad.
¿Cómo evitar la saturación informativa?
Comencemos aclarando algo: no se trata de ignorar lo que pasa, ¡para nada!, sino de aprender a manejar la información de manera más saludable. Aquí tienes algunas ideas:
1. Confía en fuentes confiables
Elige bien de dónde obtienes tus noticias. Sigue solo a medios serios, expertos o autoridades oficiales. Si te llega algo raro o alarmista por WhatsApp, antes de compartirlo, investiga si es cierto.
2. Pon horarios para informarte
No necesitas mirar tu móvil todo el día. Decide un par de momentos para ver qué pasa y luego sigue con tus actividades. Por ejemplo, podrías revisar la mañana y en la noche, nada más.
Si te encuentras en alto riesgo, puedes subir un poco la regularidad, pero sin excederte. Incluso puedes turnarte con alguien de confianza para que se mantengan informados sin dejar de descansar.
3. Filtra lo que consumes
No tienes que leer ni ver todo lo que aparece en tu feed. Si hay una herramienta para organizar noticias o enfocarte en temas importantes, úsala. Y si tienes que silenciar o dejar de seguir algunas cuentas que roben tu paz, hazlo.
4. Silencia notificaciones innecesarias
Es muy fácil caer en el ciclo de revisar tu móvil cada vez que vibra. Mejor apaga las alertas de las apps que no son esenciales.
5. Haz cosas que te relajen
Escucha música, camina por un largo rato, haz varias series de respiración profunda, ¡lo que vaya más contigo! Hacer algo que te guste y que te haga sentir en calma puede ser justo lo que necesitas para despejar tu mente.
6. Habla con alguien
Si sientes que la ansiedad te supera, conversar con alguien de confianza puede ayudarte a calmarte y ver las cosas desde otra perspectiva.
7. Evalúa si la info te sirve
Antes de leer una noticia o ver un video, pregúntate si te aporta algo útil en ese momento. Si no, mejor pasa de largo.
8. Tómate descansos de las pantallas
Dedica un rato a desconectar. Deja el móvil y concéntrate en algo más, como cocinar, leer o simplemente descansar.
Bárbara Zapico Salomón
Bárbara Zapico Salomón
Psicóloga De Pareja, Familia, Niños Y Adultos
9. Acepta lo que no puedes controlar
Hay cosas que están fuera de tus manos, y eso es natural. Enfócate en lo que sí puedes hacer, como preparar un plan o seguir las recomendaciones oficiales.
Si sientes que te estás saturando, pausa un momento, respira y elige lo que es mejor para ti. Al final, estar informado no debería costarte tu paz mental.
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