El médico y fisiólogo Josef Breuer es conocido sobre todo por utilizar por primera vez el método catártico en el célebre caso de Anna O., que inspiraría a su discípulo Sigmund Freud a crear el psicoanálisis. No obstante, las concepciones de Breuer diferían de las de Freud en aspectos centrales.
Breuer es una figura relevante en la historia de la neurofisiología y del psicoanálisis. En este artículo repasaremos su biografía, sus aportaciones a estos dos campos y su relación con Freud; para ello es necesario describir también el papel destacado de Anna O. en el campo de la histeria.
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Biografía de Josef Breuer
Josef Breuer (1842-1925) estudió Medicina en la Universidad de Viena y durante sus primeros años de práctica profesional trabajó como ayudante de Johann von Oppolzer y posteriormente de Karl Hering, un fisiólogo conocido por sus estudios sobre la percepción visual y los movimientos oculares.
Breuer realizó importantes aportaciones en el campo de la neurofisiología. Durante su colaboración con Hering describió el papel del nervio vago en la respuesta respiratoria; esto daría lugar al concepto del “reflejo de Hering-Breuer”, que sigue vigente en la actualidad.
Asimismo fue uno de los primeros en proponer que el equilibrio depende del movimiento del fluido en los canales semicirculares del oído interno y de la información que el cerebro recibe en relación a estos desplazamientos.
Durante buena parte de su vida Breuer trabajó como médico de familia y como médico personal de muchos intelectuales residentes en Viena, entre ellos el filósofo y psicólogo Franz Brentano. Además fue profesor de fisiología en la Universidad de Viena, donde instruyó a Sigmund Freud, con quien colaboraría más adelante.
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El caso de Anna O.
En 1880 Breuer empezó a tratar a Bertha von Pappenheim, una paciente de histeria que tuvo un rol fundamental en el surgimiento del psicoanálisis. Pasaría a la historia como “Anna O.” ya que éste fue el seudónimo que le otorgaron Breuer y Freud en su obra conjunta Estudios sobre la histeria, la piedra angular del psicoanálisis temprano.
Según Breuer, Pappenheim tenía dos personalidades que se diferenciaban cada vez más a medida que avanzaba el tratamiento. Mientras que la primera era triste y aprensiva, la segunda tenía un carácter más infantil y explosivo. Este caso es uno de los primeros ejemplos registrados del trastorno de identidad disociativo (o “personalidad múltiple”).
Breuer notó que los síntomas de Pappenheim, que consistían sobre todo en parálisis, mudez y ceguera parciales, remitían de forma temporal cuando hablaba sobre ellos bajo hipnosis y les atribuía una causa. La paciente también se sentía aliviada cuando hablaba sobre sus sueños o sus alucinaciones, y fueron sus propias preferencias las que guiaron a Breuer.
Pappenheim llamaba a este tipo de intervención “cura del habla” o “limpieza de chimenea”; así nació el método catártico, consistente en hipnotizar al paciente para que recordara el evento traumático que desencadenó el síntoma (o para que inventara tal recuerdo) y así eliminar las emociones negativas asociadas, y en consecuencia el síntoma.
Freud y los “Estudios sobre la histeria”
El caso de Anna O. inspiró a Sigmund Freud para escribir el libro Estudios sobre la histeria en colaboración con su maestro Breuer. En esta obra, que apareció en 1895, se describe el tratamiento de Bertha von Pappenheim y cuatro mujeres más mediante la hipnosis y el método catártico.
A nivel teórico, Freud y Breuer defendieron dos hipótesis distintas en el libro: mientras que el primero opinaba que la histeria se debía siempre a recuerdos traumáticos relacionados con la sexualidad, según Breuer también podían existir causas neurofisiológicas.
Al contrario de lo que se cuenta en “Estudios sobre la histeria”, Anna O. no se recuperó completamente mediante el tratamiento de Breuer sino que acabó siendo internada. No obstante, con el tiempo sus síntomas se aliviaron y se convirtió en una personalidad destacada en el feminismo alemán de la época, así como en una firme opositora del psicoanálisis.
La relación entre Breuer y Freud se deterioró rápidamente. Freud no sólo mostraba una confianza en el método catártico que Breuer consideraba injustificada, sino que mitificó el caso de Anna O. para promocionar lo que se convertiría en el psicoanálisis. Hacia el final de su vida Breuer vio a Freud por la calle e hizo un amago de saludarlo, pero su discípulo lo ignoró.
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El legado de Breuer
La “cura del habla” que Breuer desarrolló con la inestimable colaboración de Bertha von Pappenheim se convertiría en la semilla del psicoanálisis de Freud y, en consecuencia, de la psicoterapia convencional del siglo siguiente.
Las hipótesis de Breuer con respecto al caso de Anna O. dispararon el interés por los procesos inconscientes, especialmente en torno a la etiología de la histeria y otras neurosis. Sin embargo, Breuer se distanció de Freud porque no estaba de acuerdo con su énfasis en los traumas psicosexuales como causa única de estos trastornos.
Breuer consideraba que la hipnosis y el método catártico podían facilitar la creación de falsos recuerdos, aunque estos fueran sentidos por los pacientes como verdaderos. Muchos críticos posteriores de Freud darían la razón a Breuer y a su aproximación más precavida.
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