En el ámbito de la psicoterapia, la primera entrevista es el primer contacto terapéutico entre una persona aquejada de algún tipo de sufrimiento o malestar psíquico y un profesional de la psicología.
Este es un momento crucial y de gran importancia, que si bien tiene muchos elementos comunes en todas sus versiones, en ella pueden darse marcadas diferencias dependiendo de la teoría o escuela en la que cada terapeuta sustente su praxis.
En este artículo veremos cómo se desarrollan las primeras entrevistas en terapia psicológica, y qué se puede esperar de ellas.
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Las primeras entrevistas en psicoterapia: sus características
En general, podemos decir que en este momento aparecen tres elementos en juego: la persona que realiza la demanda, la causa de la demanda y el terapeuta.
Persona que consulta
Con respecto al primer elemento, la persona que realiza la demanda es alguien aquejado de algún tipo de padecer psíquico o dificultad que de una manera u otra interfiere en su vida o le causa dolor.
Esa persona tal vez haya dudado en tomar esta decisión, dado que no siempre resulta fácil decidir solicitar ayuda a un profesional, y en muchas ocasiones esta decisión llega cuando la persona se siente al límite, ocasionando demandas con urgencia y precipitación. En muchas ocasiones la premura puede ser un obstáculo que frene la posición activa que debe tener una persona ante su tratamiento.
Sea como sea, nos encontramos con alguien que está depositando en el terapeuta sus esperanzas y expectativas para solucionar su problema, necesitando sentirse acogido y protegido en ese primer encuentro.
Motivo de consulta
Estos motivos o padecimientos pueden ser múltiples, en ocasiones es posible incluso que la persona demande por un tercero necesitado.
Podríamos hacer una lista extensa de los motivos por los que se acude a pedir ayuda psicológica, pero digamos que los más comunes son aquellos que tienen que ver con problemas o dificultades en las relaciones con los otros, pareja, familiares o sociales, y sobre todo los derivados de esa relación que mantenemos con nosotros mismos, esa manera particular que poseemos de posicionarnos ante el mundo y que va a marcar toda nuestra vida relacional.
Los síntomas que suelen aparecer van desde insatisfacción personal, dudas y sentimientos contradictorios que oscilan entre el victimismo y la culpabilidad, sensación de impotencia, rabia, frustración, miedos y una larga lista de emociones que van a dar lugar a situaciones de ansiedad, estrés, apatía, estados depresivos, fobias, y en general dolencias que van a interferir en nuestro bienestar tanto psíquico como físico porque no cabe duda que el cuerpo también se resiente.
Terapeuta
Y por último, tenemos al terapeuta, esa persona que acoge al sujeto y su demanda. ¿Cómo sería la actuación de este en esas primeras entrevistas?
En esta fase de la terapia, el terapeuta trabaja para crear un clima de empatía y confianza mediante la calidez y cercanía. Hace saber al paciente que ese es su espacio, que se trata de un lugar confidencial en el que podrá hablar y decir todo cuanto quiera decir sin ser evaluado ni censurado por ello.
Para ello, es necesario que el profesional sepa fomentar la participación del paciente y que este se implique mediante la expresión de sus vivencias, sentimientos y pensamientos.
Podemos decir que esos primeros momentos son de recogida de información sobre la problemática del consultante, de cómo lo vive y de sus expectativas con respecto a la terapia, por lo que se necesita una escucha tan atenta como diferencial, ya que el mismo problema no va a ser vivido igual por cada individuo ni las expectativas serán siempre las mismas. Hay que escuchar no solo el problema en sí, sino esa historia y relato que cada cual trae.
El terapeuta también debe trabajar tanto la angustia del paciente, como la suya misma. Como ya hemos apuntado anteriormente, el paciente puede aparecer con la premura de querer resolver pronto su problema, y esto puede ocasionar en el terapeuta una tentativa de dar respuestas rápidas haciendo intervenciones apresuradas e inadecuadas al no poseer aun la suficiente información. Es necesario en estos momentos echar mano a la experiencia y sobre todo de la ética profesional, que va a guiar no solo lo que haces sino además como lo haces.
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Aspectos clave de estas sesiones
Las principales características de una entrevista inicial en psicoterapia son:
- Establece un punto de partida en la relación terapéutica.
- Recoge una petición de ayuda a la que trata de comprender y dar respuesta.
- Es una técnica previa al diagnóstico.
- Posee una finalidad.
- Se trata de una relación interpersonal con influencia recíproca entre paciente y terapeuta.
Objetivos
En cuanto a los objetivos de las primeras entrevistas en terapia, son los siguientes.
- Fomentar una atmosfera cálida de empatía, confianza y aceptación.
- Saber escuchar, atendiendo tanto a la comunicación verbal como no verbal.
- Contener la angustia del paciente.
- Estimular la expresión verbal de la persona.
- Identificar el problema.
- Establecer objetivos.
- Seleccionar estrategias de intervención.
Cierre de la entrevista
Con toda la información proporcionada en ese primer encuentro, se procede al cierre de la sesión de esa primera entrevista. Esta última fase viene precedida de dos fases anteriores: la fase de inicio, cuyo objetivo se concentra en que el paciente se sienta cómodo ante el terapeuta, así como dispuesto a hablar sin inhibiciones; y una fase intermedia o cima, en la que se recaba la mayor parte de información, se intercambia información, se clarifican los problemas y se toman algunas decisiones.
Tras esas dos fases llega el momento en el que se avisa al paciente de que estamos en el momento final de la entrevista, y se le da la oportunidad de que comunique cualquier cuestión que por un motivo u otro haya podido omitir. Seguidamente se hace un resumen sobre los hallazgos encontrados y junto con el paciente, se programa el plan de actuación. Finalmente se procede a la despedida formal.
Conclusión
Como vemos, hay muchos motivos por los que una persona puede decidirse a pedir ayuda psicológica. Esa persona acude por un síntoma, pero el psicoterapeuta escucha lo que el paciente tiene que decir más allá del problema en sí, ya que esa persona viene con una historia, un contexto, y unos hábitos con ls que va a relatar su malestar desde esa subjetividad que nos caracteriza y que nos hace ser seres únicos e irrepetibles; es desde ahí que habrá que escuchar.
En Iparehum trabajamos desde esa posición de escucha, para poder ayudar a las personas a comprender su malestar y encontrar salidas a este. Nuestro principal objetivo lo tenemos puesto en las relaciones humanas, en ese encuentro con los otros tan fundamental para el ser humano y tan complicado en muchas ocasiones. Ofrecemos ayuda psicológica e intervenimos en prevención y mantenimiento de la salud psíquica tanto individual como de pareja y familiar, además de crear grupos de apoyo para personas que comparten una misma problemática. También trabajamos con una amplia red de colaboradores a los que te derivamos si es preciso. Ante cualquier duda, puedes contactarnos a través de estos datos de contacto.