¿Cómo superar la fobia a los espacios cerrados?

La fobia a los espacios cerrados, también conocida como claustrofobia, es una psicopatología capaz de limitar la autonomía de las personas y de dañar su calidad de vida en prácticamente todos los ámbitos de su día a día. Y es que quien desarrolla este trastorno de ansiedad no se limita a “pasarlo mal” al estar en habitaciones relativamente pequeñas o patios interiores angostos; en situaciones así siente que pierde el control y sus niveles de angustia y estrés se disparan en cuestión de segundos.

Afortunadamente, la fobia a los espacios cerrados puede ser superada si se dispone de la ayuda adecuada, logrando que en pocos meses deje de interferir en la cotidianidad. Por eso, en este artículo encontrarás un resumen de las pautas y las ideas clave a tener en mente para afrontar esta psicopatología, por si te afecta a ti o si está dañando a alguien de tu entorno cercano.

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¿Qué es la claustrofobia?

Tal y como indica su nombre, la claustrofobia queda englobada dentro del concepto de las fobias, categoría que a su vez está entro del concepto de los trastornos de ansiedad. Por ello, esta alteración psicológica se plasma en síntomas de tipo ansioso: temblores, respiración agitada, tensión muscular, pensamientos catastróficos sobre lo que ocurrirá, mareos, irritabilidad, aumento de la presión sanguínea, sudores fríos, y una necesidad de huir del lugar cuanto antes.

Además, en la mayoría de los casos, las fobias comparten los mismos síntomas, que aparecen cuando la persona se expone al estímulo fóbico o se lo imagina de manera más o menos vívida; lo que cambia es aquello que los desencadena (salvo excepciones como la fobia a la sangre, en la que la reacción suele tener algunas características propias).

Como puedes ver, los síntomas vinculados a las fobias mezclan fenómenos fisiológicos (es decir, que afectan a procesos biológicos automáticos e involuntarios como la sudoración, el ritmo del corazón y de la respiración, controlados por el sistema nervioso autónomo) y también alteraciones cognitivas y emocionales, como las creencias irracionales acerca de la supuesta peligrosidad de una situación.

De este modo, en la fobia a los espacios cerrados, una parte de la persona que la sufre sabe que no hay motivos objetivos para preocuparse, pero no puede evitar aferrarse a creencias irracionales sobre cosas malas que le podrían ocurrir en lugares así. Hay una ambivalencia difícil de gestionar y que desgasta psicológicamente al individuo, haciéndole dudar de todo.

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Consejos para superar la fobia a los espacios cerrados

Estos consejos generales te servirán como apoyo para combatir la claustrofobia y hacer que este trastorno desaparezca.

1. Acude a terapia y no te saltes las sesiones

La asistencia a psicoterapia es necesaria para recibir un entrenamiento personalizado en las habilidades de gestión de la ansiedad. Acudir al médico también puede ayudar, pero el uso de psicofármacos no intervendrá en la raíz del problema, dado que su utilidad está centrada en mitigar los síntomas a medio plazo.

Así pues, el resto de consejos que encontrarás aquí deben ser tomados como un refuerzo extra a lo que recomiende el psicoterapeuta, y allí donde ambas cosas sean incompatibles, hay que priorizar las indicaciones dadas por el profesional que lleve tu caso de manera adaptada a tus necesidades.

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2. Sal de tu zona de confort

Asume que para superar la fobia a los espacios cerrados deberás afrontar situaciones psicológicamente incómodas, ya que no es posible vencer a una fobia si no afrontamos aquello que nos da miedo. Ahora bien, eso no significa que debes hacerte pasar una y otra vez por situaciones generadoras de ansiedad (por ejemplo, forzarte a pasar todo tu tiempo libre en habitaciones pequeñas) ni que no debas tener en cuenta el nivel de dificultad de cada uno de estos retos. Debes ser capaz de darte un descanso y de no fijarte metas muy ambiciosas desde el primer día, ya que esto podría hacer mella en tu salud mental, frustrarse, y hacer que te rindas rápidamente.

3. Habla con tus seres queridos acerca delo que te ocurre

No lo trates como un tema tabú: exprésales lo que te ocurre, cómo te hace sentir, y diles que te has propuesto superar la fobia a los espacios cerrados. Hoy en día hay una mayor sensibilización acerca de los problemas de salud mental, y merece la pena darles la oportunidad de que te ofrezcan su apoyo. Además, de esta manera convertirás a tus amigos y familiares en elementos que te motivarán a seguir luchando contra la fobia.

4. Usa técnicas de relajación antes de irte a dormir

Es muy importante poder dormir las horas necesarias, algo que resulta complicado si sufrimos un trastorno de ansiedad. Para que sea más llevadero, puedes incorporar a tu rutina la realización de técnicas de relajación breves durante los últimos minutos del día antes de irte a la cama, como por ejemplo la relajación muscular progresiva de Jacobson. De este modo, serás menos vulnerable al estrés y tendrás una mayor capacidad de resiliencia ante los aspectos incómodos del día a día.

5. No trates de mantener fuera de tu mente la ansiedad

Si intentas impedir que la ansiedad entre en tu consciencia, te volverás más vulnerable a ella. Es mucho mejor aceptar su presencia como algo pasajero, y reorientar tu atención hacia otros estímulos.

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