Tercas, cabezonas, de mente cerrada… estos y algunos más son adjetivos que describen muy bien cómo son las personas intransigentes. Es complicado convivir con ellas, sobre todo porque se aferran tanto a su punto de vista y se cierran tanto a escuchar y comprender las opiniones ajenas que interactuar con ellas es sumamente difícil.
No es un trastorno mental ni un problema psicológico. Simplemente, hay personas de fuerte personalidad, incapaces de cuestionar sus puntos de vista hasta el punto de que, a pesar de no ser una condición clínica, pueden provocar problemas de convivencia.
Vamos a analizar cómo son las personas intransigentes, qué características las definen y cómo hacerles frente.
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¿Qué son las personas intransigentes?
La palabra “intransigencia” significa respetar los límites prefijados. Su adjetivo, ser intransigente, se utiliza para calificar un carácter o personalidad que no transige ni indulta. Cuando hablamos de una persona intransigente nos referimos a alguien que no está dispuesto a ceder, ni cambiar su posición para llegar a un acuerdo o cerrar un debate.
Las personas intransigentes no aceptan que otro individuo pueda tener la razón y, por ello, tampoco reconocen que los argumentos del otro puedan ser válidos. Se podría decir que están en constante oposición, les gusta el conflicto y son muy cabezonas.
Antes de nada, cabe aclarar algo. Si bien la intransigencia más radical no es un rasgo de personalidad deseable, sí que todos tenemos el derecho a mostrarnos así alguna vez, sobre todo cuando hay algo que no nos gusta en lo más absoluto o que es muy desacorde con nuestro sistema de creencias. Hay que hacerlo de forma asertiva, es decir, respetando las opiniones de los demás pero siendo sinceros con lo que no nos gusta o que consideramos que no sintoniza con nuestros valores. Pero, también, es importante no hacer de esto una constante en nuestra propia conducta.
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Características de las personas intransigentes
Estas son las principales características de las personas intransigentes.
1. Inflexibilidad cognitiva
La inflexibilidad cognitiva la podemos definir como la incapacidad para cambiar de pensamiento. Ser cognitivamente inflexible es un obstáculo para aprender pues, a lo largo de nuestra vida, es necesario estar abierto a nuevas ideas para poder expandir nuestro conocimiento y estar dispuesto a prestar atención a opiniones o hechos que no se corresponden con lo que hospedamos en nuestra mente.
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2. Reactancia psicológica
Otra característica de las personas intransigentes es la reactancia psicológica. Esta idea propuesta por el psicólogo americano Jack Brehm define a las situaciones en las que se rechazan de forma automática normas, afirmaciones o sugerencias ajenas a las propias al interpretarse estas ideas como amenazas a la propia libertad. En otras palabras, es la tendencia de llevar la contraria a todo aquel que contradiga nuestros valores.
3. Constante alerta
Las personas intransigentes están en constante alerta. Son individuos muy susceptibles a los comentarios y comportamientos ajenos, interpretando cualquier acción como una potencial amenaza a su dignidad. Por ello, están constantemente preparadas para contraatacar ante cualquier comentario, por muy inocente y nada malintencionado que sea, que hayan percibido como una crítica personal.
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4. Conservadurismo cognitivo
El conservadurismo cognitivo hace referencia a la situación en que una mente se niega a cambiar de opinión o pensar de forma distinta. Este conservadurismo puede llegar a ser tal en el caso de las personas intransigentes que, aun encontrándose en una situación en la que se requiere de cierta flexibilidad y apertura de mente para poder avanzar, son incapaces de hacer ese cambio de ideas tan necesario.
5. Patológica necesidad de control y predicción
Las personas intransigentes muestran una persistencia poco razonable con respecto a ciertos pensamientos, algo asociado a una obsesiva necesidad de control y seguridad. Estas personas se aferran a sus ideas, sesgos y estereotipos porque necesitan que el mundo sea predecible. Todo lo que se salga de su visión cuadriculada de cómo funciona el mundo, lo perciben como una amenaza y reaccionan negativamente ante ello.
6. Sesgo de confirmación
Este tipo de personas son víctimas del sesgo de confirmación, es decir, buscan o solo interpretan aquella información que confirmen sus opiniones, en vez de valorar todos los datos. Aquella información que refute sus puntos de vista la tomarán como falsa o de menor importancia.
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Cómo tratar con una persona intransigente
Es bastante probable que en tu entorno social haya una o varias personas intransigentes. Si es el caso y te preguntas cómo lidiar con ellas, lo primero que deberías hacer es no huir de la situación y no contraatacar con la crítica. En vez de reconocer y responder a sus malas intenciones, debemos poner el foco de atención en nosotros, trabajando nuestra autoestima y conciencia. Así, podremos reafirmar nuestro comportamiento y opiniones ante la tozudez del otro y estar tranquilo cuando se muestra tan cognitivamente inflexible.
Al tratar con este tipo de personas, es muy recomendable aplicar las siguientes estrategias:
1. Reconsiderar seriamente la relación
Si esa persona intransigente te hace más mal que bien, es oportuno reconsiderar seriamente la relación y distanciarse en caso de que sea necesario.
2. El respeto ante todo
Es fundamental hacer uso del respeto personal en todo momento. No importa cómo responda el otro, debemos seguir siendo respetuosos con él o ella pues, de no ser así, es como si le diéramos la razón.
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3. Asumir que probablemente no logremos nada
Cuando converses o discutas con una persona intransigente, es sano asumir que en la mayoría de las veces no vas a lograr nada. No hay que obsesionarse por convencerlos pues, al fin y al cabo, no dejan de ser personas obsesionadas con sus propias ideas y eso es muy difícil de cambiar.
4. Dejarle hablar y escuchar
En vez de discutir con ellos, déjales hablar y escucha a todos sus argumentos sobre lo que estéis conversando. Generalmente, las personas intransigentes aportan argumentos muy débiles basados solo en sus propias creencias, no en los hechos. Si los escuchamos bien, será fácil tenerlos presentes a la hora de abordarlos con información que los contradiga.
5. Exponer los efectos de su comportamiento
Es útil exponerle a las personas intransigentes, de forma sencilla y clara, los efectos que puede tener su conducta. Toda persona que se niega a debatir o llegar a acuerdos sufrirá, tarde o temprano, las consecuencias.