Si hay algo que caracteriza a la psicoterapia, es su capacidad para adaptarse a muchos tipos de problemas y dificultades. A fin de cuentas, en la consulta del psicólogo, paciente y profesional abordan experiencias muy diferentes entre sí: casos de fobias, baja autoestima, crisis de pareja, perfeccionismo extremo, depresión, trastornos del aprendizaje… Todos estos fenómenos se plasman a través de síntomas y formas de malestar muy variopintas, y que no pueden ser solucionadas aplicando las mismas “recetas”.
Sin embargo, no sorprende que los psicólogos se adapten a cada caso particular; su trabajo consiste en estudiar las particularidades del paciente y de su modo de vida, y por otro lado, tanto la manera de pensar como de comportarse de las personas es necesariamente plural y flexible. Todo el mundo piensa, siente y vive la vida a su manera.
Ahora bien, dentro de la habilidad de los psicólogos para ajustar sus servicios a cada motivo de consulta y paciente específico, hay modalidades de intervención más versátiles que otras.
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¿Cómo se logra adaptarse a los problemas de cada paciente en psicoterapia?
Todos los psicólogos especializados en psicoterapia dedican la primera parte del proceso terapéutico a conocer mejor a su paciente y a lo que le ha llevado a buscar ayuda profesional. Esto se logra a través del diálogo, y tomando medidas para que la persona que ha acudido a la consulta (o que recurre el psicólogo mediante el formato de terapia online por videollamada) se pueda relajar y adoptar una actitud de honestidad, sabiendo que puede expresarse sin miedos y que no va a ser juzgada.
Esta primera fase de recopilación de información es crucial para poder ayudar a la persona, pero por sí misma resulta insuficiente. En primer lugar hay que transformar esa información acumulada en una hipótesis de trabajo, y en segundo lugar hay que compartirla con el paciente y aplicar un programa de intervención personalizado con la finalidad de darle solución.
¿Cómo lograrlo? En este punto, hay dos grandes opciones. Una es partir de un paradigma de psicoterapia y analizar la información desde ese prisma para en primer lugar hacer una descripción del problema a abordar, luego crear una hipótesis de los elementos que causan el problema del paciente, y finalmente proponer soluciones. Esto implica dejar que la información aportada por el paciente quede transformada por el esquema explicativo de ese paradigma, y que el objetivo a alcanzar también quede expresado en unos términos muy particulares, asociados a esa orientación teórico-práctica (por ejemplo, el modelo cognitivo-conductual).
La otra opción es no adscribirse a un solo paradigma y poner el foco en dar solución a los problemas de los que el paciente se queja, sin dejar que estos queden totalmente re-interpretados por un marco de interpretación concreto. De este modo, el psicólogo puede combinar varios recursos teóricos y prácticos para describir el problema sin limitaciones conceptuales y abordarlo sin limitaciones procedimentales. En esto se basa lo que se conoce como psicoterapia integradora.
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¿Qué es la psicoterapia integradora?
Tal y como su nombre indica, la psicoterapia integradora es un modelo de terapia psicológica en el que se pone énfasis en la necesidad de combinar y hacer compatibles varias técnicas y estrategias de intervención para “integrarlas” en una solución diseñada a la medida del paciente, desde una filosofía caracterizada por el pragmatismo.
En vez de adscribirse a un paradigma concreto y hacer encajar en este el caso planteado por el paciente, la psicoterapia integradora invita a dar un paso atrás, adoptar un punto de vista general y más amplio del problema, y combinar recursos para ajustarse lo mejor posible a las características de la persona, de su contexto de vida, de sus expectativas, etc.
Así pues, se evita caer en limitaciones teóricas, utilizando en cada caso las técnicas y soluciones que han mostrado mayor efectividad para ese tipo de problema concreto. Por ello, la psicoterapia integradora se caracteriza por su heterogeneidad y la pluralidad de recursos a los que da acceso.
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Por un lado, el Master en Psicoterapia Integradora tiene un año lectivo de duración y su 12ª edición empieza el 27 de septiembre de 2021. Puede ser realizado en el centro de Institut Mensalus, ubicado en Barcelona, como desde casa a través de conexiones en directo con el aula. Incluye ejercicios prácticos y sesiones de observación y participación en terapia con pacientes reales, bajo la supervisión de los profesionales del centro. Al ser completado, otorga a los alumnos un Título Propio Universitario por la Universidad Nebrija de Madrid.
Por el otro, el Postgrado Online Profesionalizador en Psicoterapia Integradora tiene 6 meses de duración y empieza el 25 de octubre de 2021. Este programa de formación es 100% online y da la posibilidad de observar casos reales de procesos terapéuticos mediante clases de supervisión. Tal y como ocurre con el Master, al ser completado también otorga a los estudiantes un Título Propio Universitario por la Universidad Nebrija de Madrid.
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