Los primeros auxilios psicológicos son la fase inicial del tratamiento psicológico que pone en marcha un profesional cualificado para atender los problemas que pueda tener una persona que ha pasado recientemente por un episodio de angustia, malestar psicológico o trauma.
Hay que tener en cuenta que aunque décadas de investigación científica hayan permitido desarrollar programas de psicoterapia muy ambiciosos y que se desarrollan a lo largo de varios meses, los problemas de salud mental no tienen por qué amoldarse a los ideales de condiciones de trabajo de los psicólogos, y muchas veces es necesario priorizar la inmediatez de la intervención. Por ejemplo, ante situaciones de catástrofes naturales, accidentes de tráfico, atentados, violencia doméstica, etc.
Dicho esto, algunas de las claves de los Primeros Auxilios Psicológicos pueden ser tomados como referencia por parte de amigos y familiares de la persona que ha sufrido una crisis, aunque debe tenerse en cuenta que este tipo de acciones no pueden sustituir el apoyo que brinda un psicólogo.
¿Cómo dar Primeros Auxilios Psicológicos?
Son muchas las causas por las que una persona puede requerir una intervención de primeros auxilios psicológicos, entre las principales son los casos de estrés o la vivencia de situaciones estresantes, los traumas, los accidentes de todo tipo, las rupturas de pareja, las muertes de familiares o la comunicación de enfermedades graves.
En el argot profesional, los primeros auxilios psicológicos son conocidos también como una “intervención en crisis”, ya que se trata de un momento en el que el paciente es especialmente vulnerable y requiere una respuesta profesional rápida y eficaz.
Por otro lado, los primeros auxilios psicológicos resultan imprescindibles especialmente para aquellas personas que se ven más afectadas por los problemas, situaciones o episodios que han tenido que vivir y que hayan afectado a su salud mental de una u otra forma.
En estas líneas encontrarás los consejos más importantes que deben ser tenidos en cuenta para dar unos primeros auxilios psicológicos fijándonos en cómo lo hacemos los profesionales.
1. Escucha activamente
La escucha activa es una de las habilidades más importantes que debe poner en práctica cualquier psicólogo que se precie, una actitud que nos permite tanto a los profesionales como a las personas corrientes alcanzar un entendimiento total de todo lo que nos quiera comunicar el paciente o nuestro interlocutor.
Para escuchar activamente debemos tener la predisposición de entender cualquiera de las demandas del cliente y también de ayudar a la persona con cualquier cosa que necesite, fijándonos tanto en su discurso verbal como en su comunicación no verbal.
En esta primera fase de escucha aún no debemos dar ningún consejo ni posicionarnos de ninguna forma, sino que es momento de dejar que la persona se exprese y se desahogue con total normalidad y que nos comunique todo lo que necesite.
Además de eso, es importante repetir las partes más importantes de su discurso y preguntar siempre que no entendamos lo que nos ha dicho o bien cuando necesitemos obtener más información sobre partes relevantes de sus primeras explicaciones.
- Artículo relacionado: "Escucha activa: la clave para comunicarse con los demás"
2. Respeta los silencios
Los silencios son fases muy importantes dentro del discurso de una persona y deben ser tratados con especial atención por parte del profesional, sobre todo si esta se encuentra en una situación de crisis o de gran sufrimiento psicológico.
Es por eso que todo buen psicólogo debe saber interpretar correctamente cada uno de los silencios de su paciente, ya que mediante su análisis se puede llegar a entender cómo la persona se siente realmente y cuál es el estado exacto de su salud mental.
3. Ayúdate de la comunicación no verbal
La comunicación no verbal es todo aquello que expresamos sin hablar, así como todos los elementos del discurso de la otra persona que pertenecen al ámbito de lo no verbal.
Para que la propia presencia del terapeuta sirva como elemento terapéutico es importante valorar el funcionamiento de los siguientes elementos de la comunicación no verbal: mantener una postura relajada y dirigida hacia el interlocutor, mirar a los ojos, evitar realizar otras actividades mientras escuchamos y mantener un gesto facial relajado.
Hacer uso de una buena comunicación no verbal nos permitirá apoyar de la mejor manera al cliente que está sufriendo, brindarle nuestro apoyo y ejercer un efecto terapéutico solamente con nuestra presencia.
- Quizás te interese: "Las 5 claves prácticas para dominar el lenguaje no verbal"
4. Ofrece ayuda
Otra de las etapas que debemos tener en cuenta a la hora de brindar un servicio de primeros auxilios psicológicos es el de ofrecer ayuda a la persona que lo está pasando mal, pero también indicarle el tipo de ayuda que le ofreceremos.
Es decir, que verbalizar la estrategia que vamos a seguir como profesionales para ayudar a la persona también tiene una función terapéutica, así como explicitar qué espera el paciente de nosotros y enumerar cuáles son las fases por las que transitará la persona hasta su curación.
5. Gestiona el llanto
Gestionar el llanto es otra de las formas que tienen los profesionales de la psicología de brindar unos primeros auxilios psicológicos de calidad. La labor del psicólogo debe ser la de facilitar el llanto en todo momento y si es necesario, ofrecer un sincero abrazo.
Al igual que con los silencios, debemos aprender a gestionar el llanto de aquella persona que lo está pasando mal y favorecer que tenga su tiempo para expresarse, algo que tiene también una gran función terapéutica en sí misma.
El llanto alivia a las personas, les permite desahogarse, relajarse y también asumir lo ocurrido; permite bajar la guardia y favorece tanto la comunicación como la expresión de sentimientos.
- Artículo relacionado: "¿Qué es la Inteligencia Emocional?"
6. Respeta el ritmo de cada persona
Es habitual que cada persona viva su malestar psicológico de distinta manera: mientras que algunos clientes se abren muy rápido y son capaces de expresar lo que sienten muy directamente: es posible que algunas personas necesiten más tiempo para comunicarse.
Frente a esto, el terapeuta deberá identificar los tiempos de la persona en cuestión y adaptarse a su ritmo, teniendo en cuenta de qué manera esta asimila todo lo que le ha ocurrido y qué tipo de ayuda será más necesaria para ella.
Algunas personas pueden necesitar estar solas y en esos casos es importante que no las avasallemos y les dejemos su tiempo para sanar. En ocasiones, la ayuda terapéutica puede ofrecerse simplemente acompañando y estando allí, siempre que el cliente lo necesite, sin presionar ni forzar a nadie a que esté acompañado si no quiere.
Azor & Asociados
Azor & Asociados
Psicología clínica, pericial y aeronáutica
7. Alargar la ayuda
En ocasiones puede ser de gran utilidad brindar un proceso terapéutico de ayuda psicológica al poco tiempo de haber ocurrido la crisis de salud mental o el episodio traumático de la persona; no obstante, en algunos casos esta ayuda debe seguir ofreciéndose durante algún tiempo.
Las personas que recientemente han pasado por un período de malestar, trauma o tormento psicológico es posible que necesiten ayuda durante algún tiempo indeterminado. Es por eso que como terapeutas nos corresponde brindar esa ayuda y hacer todo lo posible para que dejen de tener pensamientos rumiantes, angustiosos o negativos sobre lo que les ha ocurrido.
Newsletter PyM
La pasión por la psicología también en tu email
Únete y recibe artículos y contenidos exclusivos
Suscribiéndote aceptas la política de privacidad