Las secuelas psicológicas que puede dejar detrás de sí un trauma son capaces de dañar la calidad de la persona afectada durante décadas. Por eso es importante buscar ayuda profesional cuanto antes, recurriendo a la psicoterapia para intervenir sobre la raíz del problema.
En este sentido, una de las herramientas más útiles y eficaces usadas por los psicólogos es la terapia EMDR aplicada en el tratamiento del estrés postraumático; veamos en qué consiste.
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¿Qué es el trastorno de estrés postraumático?
¿Qué es el Trastorno de Estrés Postraumático realmente y qué implicaciones tiene en la salud de la persona que lo padece? Se trata de una alteración de la salud mental que se desencadena cuando una persona vive un evento aterrador y traumático que se repite de manera incesante en su mente; o bien es testigo de una experiencia tan extrema que llega a cambiar su vida para siempre.
Este episodio extremo puede ser de diversa índole, aunque habitualmente se trata de una situación que ponga en peligro la integridad física de la persona (como por ejemplo una guerra, un desastre natural, un accidente automovilístico o también una agresión física o sexual).
En ocasiones, el evento o la situación vivida no tiene por qué poner en riesgo a la persona, simplemente se trata de una experiencia traumática que afecta de manera muy personal a quien la vive (por ejemplo, el fallecimiento de un ser querido, un accidente grave con el coche o el despido de un trabajo que la persona ha tenido durante largos años).
El TEPT puede ser desarrollado a cualquier edad y en personas de cualquier clase o estamento social, no obstante, existen algunos factores que predisponen a tener este tipo de alteraciones psicológicas.
Entre los principales factores de riesgo para el TEPT encontramos: El género (las mujeres tienen mayor riesgo de desarrollarlo a lo largo de su vida), haber tenido traumas en la infancia, tener poco o ningún apoyo social después del evento traumático, sufrir estrés adicional después del evento o tener un historial de problemas mentales o uso de drogas.
Además de eso, otros de los factores que más predisponen a tener un TEPT son haber pasado por un evento traumático que dura mucho tiempo o sentir un miedo extremo durante el evento, así como otras emociones como la impotencia o el horror.
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¿Cuáles son los principales síntomas del TEPT?
Los principales síntomas que se asocian al Trastorno de Estrés Postraumático pueden agruparse en cuatro grandes grupos: los síntomas de Reviviscencia, los de Evasión, los de Hipervigilancia y Reactividad, y los síntomas Cognitivos y del Estado de Ánimo.
1. Síntomas de Reviviscencia
Son aquellos que se producen cuando la persona vuelve a experimentar en su mente los síntomas traumáticos debido a algo que se lo recuerda, y entre ellos se incluyen los flashbacks (sensación de volver a vivir la experiencia), las pesadillas y los pensamientos aterradores.
2. Síntomas de Evasión
Son aquellos síntomas por los que la persona evita situaciones o personas que le recuerdan al evento traumático.
Algunos ejemplos de este tipo de síntomas pueden ser: Evitar lugares, eventos u objetos que recuerdan al evento vivido y también evitar pensamientos o sentimientos relacionados con el mismo evento.
3. Síntomas de Hipervigilancia y Reactividad
Se relacionan con el nerviosismo y la vigilancia extrema que la persona tiene a todas horas tras vivir el trauma.
Algunos ejemplos de este grupo son: Tener dificultades para dormir, sentirse sobresaltado ante cualquier estímulo, sentirse tenso o tener arrebatos de ira frecuentes.
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4. Síntomas Cognitivos y del Estado de Ánimo
Tienen que ver con todos aquellos cambios cognitivos que la persona experimenta y aquellas creencias nuevas que la persona incorpora en su mente tras el evento traumático.
Algunos ejemplos pueden ser: Dificultad para concentrarse o realizar tareas que antes se hacían con facilidad, sentimientos de culpa o remordimiento por lo sucedido y dificultades para recordar detalles del evento traumático.
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¿Cómo se usa la terapia EMDR ante el estrés postraumático?
La terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares, también conocida por EMDR por sus siglas en inglés, es una intervención psicológica que tiene como objetivo fomentar la aparición de cambios en el sistema de memoria el cerebro, haciendo que las células nerviosas responsables del recuerdo del suceso traumático se interconecten entre sí de una manera más funcional, haciendo que la persona pueda integrar plenamente ese recuerdo si sufrir inestabilidad emocional al evocarlo. Eso sí, se trata de una terapia no invasiva y totalmente indolora, fundamentada en la exposición a estímulos y la realización de movimientos.
Así pues, la terapia EMDR es muy usada ante problemas vinculados a los traumas y a la ansiedad, como por ejemplo las fobias y el trastorno de estrés postraumático. Además, como no se fundamenta en el diálogo y la gestión constante de ideas muy complejas, puede ser aplicada también en niños pequeños que aún no tienen las habilidades verbales muy desarrolladas.
Una vez se ha realizado el tratamiento, la persona no “elimina” ni bloquea el recuerdo del suceso traumático, sino que lo evoca sin dejar que le haga perder el control y que active una respuesta de alta ansiedad o angustia que fomente el surgimiento de flashbacks. Como consecuencia, la psicopatología queda neutralizada desde su raíz y los efectos permanecen a largo plazo.
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