Cuando se estudia la carrera de psicología, los catedráticos resaltan una y otra vez las normas que se deben seguir en el contexto de la relación terapeuta – paciente. Entre muchas de estas normas está el pacto de confidencialidad y, por supuesto, el código deontológico refleja este conjunto de reglas.
Nuestro paciente tiene derecho a que la información que nos brinde y todo aquello que suceda en el contexto terapéutico sea algo confidencial, y quizá eso es lo que nos pone en muchas ocasiones “entre la espada y la pared”. Y es que hay situaciones en que los psicólogos que ofrecen terapia deben de romper el secreto profesional. Veamos cuáles son.
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Excepciones: cuándo romper el secreto profesional como psicólogo
Primero debemos comprender que el secreto profesional es una parte muy importante del encuadre terapéutico. El simple hecho de hacerle saber al paciente que puede confiar completamente en ti, como su terapeuta, y que todo aquello de lo que se hable y se haga en la sesión será confidencial, afianza las bases para una relación terapéutica positiva y productiva.
Dicho esto, las situaciones excepcionales que llevan a romper el secreto profesional del psicólogo son las siguientes.
1. Abuso Sexual y Físico
Estar preparados para atender todo tipo de casos es algo que solo la experiencia puede dar. Pero hay casos más difíciles que otros, y en alumnos, el terapeuta debe posicionarse más allá del marco de la terapia y sus objetivos.
El abuso sexual, físico y psicológico es algo bastante común; el problema es que el silencio y el miedo suelen dominar a la mayoría de las personas que lo sufren. En el consultorio, aquellos que ponen al terapeuta en una situación más difícil son los niños y niñas, pues hay casos que llegan por sospecha de abuso sexual. En estas situaciones, el psicólogo debe indagar, recopilar y verificar si el abuso es real.
Cuando el terapeuta encuentra que dicho abuso está sucediendo, es su trabajo avisar a los padres, pero, ¿Qué sucede si el abusador es alguien de la familia nuclear y ninguno de ellos toma cartas en el asunto? Esta es una cuestión muy seria, pues es aquí donde debemos romper esa confidencialidad más allá del marco de la familia. Esto dependerá del país en el que ocurra, pero en la mayoría de casos, el psicólogo debe reportarlo inmediatamente a otros familiares y a las autoridades correspondientes. Toma nota, solo debes romper la confidencialidad más allá del marco familiar si ninguno de los encargados del niño o niña hace algo para detener esta situación.
2. Pacientes suicidas
Otro caso muy habitual en el consultorio tiene que ver con los pacientes que sufren depresiones, en especial depresiones graves. Como resumen, aquellos que sufren un trastorno depresivo mayor suelen presentar ciertas características como tristeza, desesperanza, pérdida de energía, pérdida o aumento del apetito, problemas para conciliar el sueño y pensamientos o actos suicidas.
Estos pacientes suelen tener crisis si no están llevando el tratamiento adecuado de psicoterapia y si no toman los antidepresivos de la mano de un psiquiatra. Lo más indicado es que al notar ideas, planificaciones o actos suicidas se trabaje con la familia y se la prepare para estar al tanto del paciente.
¿Qué se hace cuando ningún miembro de la familia está enterada de que el paciente quiere o planea suicidarse? Es este momento donde debes romper la norma de confidencialidad y avisar a los padres, hermanos o familiares más cercanos.
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3. Procesos judiciales
En ocasiones atenderemos pacientes que son referidos por algún juzgado o alguna institución de justicia. Esto significa, que quizá en algún momento sea necesaria nuestra presencia en el proceso, por lo tanto, romper el secreto profesional.
Hay muchas situaciones que pueden llegar a este punto, y todas ponen a los psicólogos en situaciones complejas. Por eso mismo sugiero conocer bien las leyes y la responsabilidad que tenemos con ellas los psicólogos, dependiendo del marco legal del país.
4. En situaciones de riesgo
Cualquier situación que ponga en riesgo la vida del paciente o de otras personas cercanas a este (o no cercanas si el caso es grave), obligarán al psicólogo o psicoterapeuta a romper este secreto profesional, independientemente de si esto ocurre en el marco de un proceso judicial o no.
Recuerda que…
Estas situaciones son muy especiales, y por esa misma razón el psicoterapeuta rompe el secreto profesional, con el fin de proteger y brindar el mejor servicio. De lo contrario el psicoterapeuta no debe romper este compromiso.