El impacto del Estrés en la Salud mental y Física

Pocas son las personas que en la actualidad no han oído hablar sobre el estrés o lo han experimentado en algún momento de su vida. Las altas exigencias laborales, sociales y familiares, entre otros, son aspectos que nos empujan a entrar en la rueda del estrés y, posteriormente, sufrimos las consecuencias tanto a nivel físico como mental.

A lo largo de este artículo exploramos con profundidad el impacto que el estrés puede tener en nuestra salud mental y nuestra salud física. Sin embargo, primero hablaremos de los aspectos clave a tener en cuenta en relación con el estrés y, finalmente, mencionaremos algunas estrategias que pueden ser útiles para manejar el estrés y, así, minimizar el impacto.

Aspectos clave del estrés

El estrés es una respuesta normal de nuestro organismo ante las amenazas percibidas, bien sean reales o imaginarias. En determinadas situaciones, se activan mecanismos que nos permiten incrementar los recursos personales para poder hacer frente a la situación que nos hace sentir en peligro. Estas situaciones varían en función de cada persona.

El estrés es una respuesta adaptativa siempre y cuando nos permita hacer frente a la situación y que el aumento de nuestros recursos nos permita satisfacer las demandas. Los problemas derivados del estrés se ponen de manifiesto cuando permanecemos en este estado de hiperactivación durante más tiempo del que nuestro organismo puede sostener.

En otras palabras, podríamos decir que nuestro organismo está preparado para hacer frente a estímulos peligrosos que aparecen de forma puntual. Sin embargo, no está preparado para vivir en un entorno en el cual está permanentemente en peligro. El problema es que, en la actualidad, son muchos los estímulos que, aunque quizá no ponen en riesgo nuestra integridad física, nuestro organismo interpreta como peligrosos.

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Impacto del estrés en la salud mental

Vivenciar estrés de forma continuada puede tener un grave impacto en nuestra salud mental y emocional. Habitualmente, encontramos que los trastornos de ansiedad y los ataques de pánico están muy relacionados con épocas prolongadas de un elevado estrés. Por si fuera poco, es habitual que las personas se muestren más irritables, con menos capacidad para conectar, menos deseo sexual y más desbordadas emocionalmente, en términos generales.

Además de las respuestas fisiológicas que veremos posteriormente, suelen darse pensamientos anticipatorios, intrusivos y catastróficos que generan mucho malestar a las personas. Estos pueden acabar desencadenando dificultades y alteraciones emocionales.

Puede aparecer dificultad para conectar con el placer y que, a su vez, aparezcan sentimientos de desesperanza. Además, pueden darse importantes dificultades de concentración, alteraciones de memoria y dificultades de aprendizaje.

También puede aparecer sintomatología depresiva. En algunas ocasiones, se ha observado que las personas tienen una mayor tendencia a desarrollar adicciones a sustancias nocivas que, inicialmente, sienten que les ayudan a paliar los síntomas del estrés.

Sin duda, todo lo expuesto hasta el momento, puede tener un grave impacto sobre la autoestima de la persona. El estado de nuestro sistema nervioso determina la forma en la que interpretamos el mundo, a nuestro entorno, a nosotros/as mismos/as y también las cosas que nos pasan.

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Los efectos del estrés en la salud física

En cuanto al impacto que se puede observar a nivel de salud física, también son muchos los aspectos importantes a destacar. Puesto que nuestro cuerpo se mantiene en alerta constante, son diversos los sistemas que pueden verse afectados.

Por un lado, nuestro sistema cardiovascular puede manifestar esta situación en forma de hipertensión, taquicardia y, en los casos más graves, accidentes cerebrovasculares o ataques cardíacos. Este sistema es especialmente vulnerable al estrés, de la misma forma que lo es nuestro sistema inmunológico. Al verse este alterado, somos más vulnerables a contraer ciertas patologías.

Otra de las estructuras básicas de nuestro cuerpo que también suele verse afectada frecuentemente es el sistema digestivo. Pueden aparecer todo tipo de problemáticas gastrointestinales y, hoy en día, se sabe que esto, a su vez, tiene un fuerte impacto en nuestra salud emocional. Nuestro cerebro y nuestro sistema digestivo están conectados.

Finalmente, es importante destacar que el estrés suele acompañarse de una elevada sensación de fatiga y agotamiento que, muchas veces, cursa con tensión y dolores musculares inespecíficos y sin causa orgánica. Además, suelen alterarse los patrones del sueño y de la alimentación.

Todo esto puede generar otro tipo de problemáticas cutáneas, por ejemplo, como podrían ser el acné, el eczema, la dermatitis, etc. En adición, cada vez es más la evidencia que defiende que el estrés prolongado puede tener un impacto en los ciclos menstruales de las mujeres.

Estrategias para manejar el estrés

Es importante que cada persona tome conciencia de qué situación o situaciones están causando tanto estrés. No podemos olvidar que, aunque aquí se ha hablado del impacto en la salud física y emocional, el impacto puede extenderse al resto de áreas de la vida de una persona.

Además del autoconocimiento y la autorreflexión, es crucial cultivar espacios de autocuidado e incorporarlos en nuestras rutinas diarias. Es de máxima importancia poder conectar con nuestras necesidades y, en la medida de lo posible, atenderlas. Esto será diferente para cada persona y cada situación.

Habitualmente, estrategias como las técnicas de relajación, el establecimiento de límites y aprender sobre comunicación asertiva suelen ser aspectos elementales. No obstante, como no hay una receta mágica, si la situación está siendo desbordante, recomendamos pedir ayuda profesional especializada.