Las Depresiones Aisladas en Niveles Altos (DANA) son fenómenos climáticos que, aunque naturales, generan un impacto profundo tanto a nivel físico como emocional en las comunidades que las padecen. Este tipo de evento meteorológico se caracteriza por la acumulación de aire frío en altitudes elevadas, que contrasta con el aire más cálido en las capas inferiores, desencadenando lluvias torrenciales y tormentas intensas.
¿Cuál es el impacto psicológico de la DANA?
Estas condiciones severas provocan a menudo inundaciones, deslizamientos y daños significativos en infraestructuras, viviendas y entornos naturales. Sin embargo, los efectos de la DANA no son únicamente materiales; también afectan de forma importante a la salud mental de las personas, especialmente cuando estos eventos se vuelven recurrentes en una región.
1. Impacto en el Estrés y la Ansiedad
La experiencia de vivir un evento climático severo como la DANA genera altos niveles de estrés y ansiedad en las personas afectadas. La incertidumbre sobre la magnitud del evento, los posibles daños, y la seguridad de familiares y bienes materiales genera un estado de hipervigilancia que puede durar mucho más allá del fin de la tormenta. Durante la DANA, el miedo y la tensión se ven alimentados por los pronósticos y noticias que alertan a la población de los riesgos y posibles evacuaciones.
Este estrés puede convertirse en ansiedad crónica, especialmente si el individuo o su comunidad sufren DANA recurrentes. La percepción de que este fenómeno es inevitable y que puede causar graves daños cada vez que ocurre crea una sensación de impotencia y vulnerabilidad, que puede intensificar la ansiedad anticipatoria. Para quienes ya padecen trastornos de ansiedad, las tormentas de gran magnitud pueden desencadenar episodios o agravar sus síntomas, ya que los eventos se experimentan como una amenaza constante.
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2. El Trauma y el Estrés Postraumático
En muchos casos, el impacto psicológico de la DANA va más allá del miedo momentáneo y puede llevar a desarrollar trastornos de estrés postraumático (TEPT). Las personas que han experimentado situaciones de riesgo durante la tormenta —como evacuaciones forzadas, pérdida de bienes o lesiones físicas— suelen revivir estas experiencias de forma intensa, con pensamientos intrusivos o pesadillas que pueden durar meses o años.
El TEPT no se limita a quienes han tenido contacto directo con los daños, sino que también puede afectar a quienes han visto a familiares o vecinos sufrir pérdidas graves. Las personas con TEPT derivado de desastres naturales pueden sentir que están constantemente en peligro, aun cuando la tormenta ha pasado, lo que genera una sensación de alerta permanente y dificulta su retorno a la normalidad. La percepción de seguridad en el hogar y el bienestar emocional quedan profundamente afectados, generando una alteración en sus actividades diarias.
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3. Efectos en la Comunidad: Empatía y Apoyo Social
Un aspecto importante a considerar es cómo estos eventos pueden afectar a las comunidades en su conjunto. Cuando se experimenta una DANA, las comunidades suelen mostrar un fuerte sentido de unidad y apoyo social. La necesidad de reconstruir, tanto material como emocionalmente, fomenta el desarrollo de la empatía y el apoyo mutuo.
Sin embargo, la capacidad de una comunidad para recuperarse emocionalmente depende de múltiples factores, como el acceso a recursos de ayuda y apoyo psicológico. En áreas con menos recursos, los efectos psicológicos tienden a ser más intensos y duraderos, ya que las personas deben lidiar con el trauma de la pérdida sin el apoyo necesario para la reconstrucción. En cambio, en comunidades donde hay programas de ayuda efectiva y psicológica, el proceso de sanación suele ser más rápido y menos traumático.
El apoyo social es crucial en estos contextos porque ofrece un espacio para compartir experiencias y encontrar consuelo en quienes han pasado por situaciones similares. Las redes de apoyo permiten que las personas expresen sus emociones y alivien parte de la carga emocional que llevan, un factor esencial para evitar el aislamiento y la angustia prolongada.
4. El Papel de los Niños y Adolescentes
Los niños y adolescentes son particularmente vulnerables a los efectos psicológicos de la DANA. La exposición a situaciones de peligro, así como a la alteración de sus entornos seguros, como el hogar o la escuela, puede generarles miedo, inseguridad y estrés a largo plazo. Para ellos, la percepción de peligro es mayor debido a su limitada capacidad para comprender y procesar lo que está ocurriendo, lo que aumenta la posibilidad de que experimenten ansiedad o desarrollen miedos irracionales a la lluvia y las tormentas.
En este grupo, es esencial un apoyo emocional continuo que les permita comprender la situación y reducir el impacto de la DANA en su desarrollo. Los padres, educadores y cuidadores juegan un papel fundamental al brindar una estructura y transmitirles seguridad. La terapia de juego, los ejercicios de expresión emocional y las actividades grupales son recursos útiles para ayudar a los niños y adolescentes a lidiar con el trauma de manera adaptativa.
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5. Importancia del Apoyo Psicológico en el Proceso de Recuperación
Para mitigar el impacto psicológico de la DANA, es fundamental que las personas afectadas tengan acceso a servicios de salud mental. La intervención temprana puede ser crucial para prevenir el desarrollo de trastornos mentales severos y mejorar la capacidad de afrontamiento de las personas. La terapia psicológica, tanto individual como grupal, ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, fomentando una visión más positiva y esperanzadora de la situación.
Melissa Santamaría
Melissa Santamaría
Psicóloga clínica/ Experta en el tratamiento de los trastornos de ansiedad y estrés/Master en Psicología clínica y psicoterapia/Doctorado en psicología clínica de la salud
La terapia cognitivo-conductual (TCC) y las técnicas de manejo del estrés son particularmente efectivas en estos casos, ya que ofrecen herramientas concretas para enfrentar el miedo, la ansiedad y el estrés postraumático. Asimismo, la intervención de programas de apoyo comunitario es vital para que las personas encuentren un sentido de cohesión y pertenencia, promoviendo el bienestar emocional a nivel grupal y social.
Conclusión
Los efectos van desde estrés y ansiedad hasta el trauma y el estrés postraumático, especialmente en aquellos que han experimentado pérdidas personales. Para minimizar el impacto emocional, el acceso a recursos de salud mental y el apoyo de la comunidad son esenciales en el proceso de recuperación y adaptación frente a desafíos extremos.