En los últimos 20 años ha aumentado notablemente el número de niños diagnosticados con TDAH en nuestro país y en los países de nuestro entorno, lo cual ha desatado las alarmas tanto en padres como en profesores.
Esto ha llevado a poner más atención a la hora de distinguir entre casos de trastorno por déficit de atención, por un lado, y la simple curiosidad y tendencia a querer jugar de los niños y niñas, por el otro.
Y es que detectar a tiempo la presencia de esta alteración es clave para ofrecerles a los pequeños de la casa todo el apoyo que necesitan tanto en la escuela como en el contexto familiar.
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¿Cómo diferenciar entre los niños con TDAH y los niños muy activos?
El trastorno por déficit de atención (TDAH) es uno de los trastornos del neurodesarrollo más habituales de los que pueden surgir en la etapa infantil, y uno de los más estudiados en el ámbito de la psicología y la salud.
Sin embargo, en ocasiones la línea entre este trastorno y una personalidad muy activa de niños movidos o curiosos es difusa y difícil de trazar.
En este sentido, veamos cuáles son las claves para distinguir entre una cosa y la otra, aunque debes tener en cuenta que el diagnóstico definitivo solo puede ser realizado por profesionales.
Características de los niños movidos
Los niños movidos o que tienen mucha actividad diaria no presentan ninguna alteración, patología ni trastorno que requiera tratamiento ni, por lo general, necesitan ser evaluados por un profesional. Esto es evidenciable cuando el niño con comportamiento movido o curioso es capaz de controlarse en determinadas situaciones y su naturaleza no interfiere en sus resultados académicos.
Para clarificar más en profundidad la personalidad de los niños movidos y su naturaleza, a continuación presentamos sus principales características.
1. Son curiosos
La principal motivación que tienen los niños movidos, activos, traviesos y revoltosos es la curiosidad que sienten por el mundo que les rodea y su necesidad de explorarlo.
Esto ocasiona que estos niños puedan tener algunas dificultades puntuales para estar tranquilos en un sitio, guardando silencio y sin moverse durante un tiempo determinado, motivo por el cual a menudo su comportamiento puede ser confundido con el TDAH. Sin embargo, esto no les ocurre con una frecuencia diaria.
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2. Son capaces de prestar atención
Como cualquier niño normal de su edad, los niños movidos o activos son capaces de prestar plena atención fácilmente a cualquier tema, siempre que este les interese, algo que por lo general no podrá hacer un niño con TDAH.
De igual manera, un niño normal con tendencia a ser movido podrá atender de manera consciente a cualquier cosa que le interese, concentrándose e incluso preguntando cosas sobre ese mismo tema para aprender más.
3. Distracciones normales
Cuando un tema no es de su interés, los niños movidos pueden llegar a distraerse y focalizar su atención en otros estímulos que les resulten más interesantes; sin embargo, esto no ocurre ante todas las tareas relativamente complejas que afrontan, y pasa sobre todo con elementos que les ofreen una estimulación bastante intensa (un altavoz con música, un ave exótica en una jaula, etc.).
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4. Travesuras propias de su edad
Los niños movidos suelen ser traviesos debido a su gran actividad durante el día, pero por lo general no llegan a enzarzarse en peleas, algo que tiende a ocurrir con demasiada frecuenia en los casos de TDAH que no han sido tratados.
Las travesuras realizadas por estos niños suelen ser las propias de sus edades y nivel de desarrollo y tienen lugar en un contexto de alegría, creatividad, motivación y buen humor.
5. Son capaces de establecer relaciones sociales
Estos niños no presentan ninguna dificultad en el ámbito social y son capaces de establecer relaciones sociales normales tanto con compañeros de su misma edad como con amigos de fuera del colegio o profesores.
La capacidad de interactuar socialmente de una manera sostenible y consistente está intacta en este tipo de niños movidos y suelen tener amigos e incluso ser populares en su grupo-clase.
6. Casi siempre tienen en cuenta las normas de convivencia
Por último, los niños movidos conocen bien las normas de convivencia y los límites que se establecen hacia determinadas conductas o actividades prohibidas, y las tienen en cuenta al decidir qué hacer (aunque a veces decidan transgredirlas).
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Características del TDAH
El TDAH es un trastorno completamente distinto al de un niño con personalidad movida o con exceso de actividad y presenta una serie de características y afectaciones específicas hacia la persona que lo presenta.
A continuación veremos cuáles son las características principales del TDAH en contraposición con los niños y niñas movidos que no presentan trastorno alguno.
1. Dificultades constantes a la hora de prestar atención
Los niños y niñas con TDAH presentan serias dificultades para prestar atención de manera sostenida en el tiempo, así como para escuchar, seguir indicaciones o pautas, apreciar matices o detalles y también a la hora de jugar o realizar tareas conjuntas.
A diferencia de los niños movidos, que sí pueden prestar atención, los niños con TDAH tienen grandes dificultades para realizar las actividades complejas y que suponen realizar una secuencia de acciones relativamente complejas, y en general para seguir el ritmo académico de sus compañeros de clase.
2. Necesidad de no parar quietos
Los niños con TDAH suelen levantarse con frecuencia en situaciones donde deben estar sentados y viceversa, entrando en un estado de incomodidad y malestar cuando deben estar callados y en silencio.
Además de eso, otros síntomas habituales del TDAH son los golpes en la mesa con las manos, los golpes con los pies; corretear en momentos en los que no está permitido; trepar o subirse a todo tipo de superficies y hablar excesivamente cuando no toca.
3. Se distraen también con elementos que no son muy estimulantes
Se distraen con gran facilidad incluso con las cosas más insignificantes, anecdóticas y sin importancia, ya que cada estímulo, por pequeño que sea, puede llamar su atención y hacerles desatender sus obligaciones.
Esto genera una gran ansiedad, malestar y frustración en los niños con TDAH, quienes intentan por todos los medios concentrarse, sin éxito, para realizar correctamente cualquier actividad en la escuela o en casa.
4. Ansiedad
Como hemos indicado, la incapacidad para funcionar normalmente como el resto de sus compañeros, habitualmente genera ansiedad y estados de malestar en los niños, así como una gran afectación en su salud mental.
La ansiedad se da a menudo en situaciones que requieren calma y quietud, o bien en momentos en los que deben esperar durante un tiempo determinado. Esta ansiedad puede dar lugar a la aparición de otras alteraciones de la salud mental.
5. Mayor predisposición al enfado
La agresividad y otras conductas inadecuadas con otros niños o bien con adultos y con sus padres son una forma de canalizar su malestar y su frustración debido a las consecuencias del TDAH que no ha sido tratado en terapia.
De igual manera, los niños con TDAH tienen verdaderos problemas para jugar normalmente con otros niños, ya que suelen ser vistos como demasiado intensos a la hora de llevar a cabo cualquier juego o actividad conjunta que requiera organización y orden.
6. Marcadas dificultades en las relaciones
Las dificultades de relación de los niños con TDAH que no han acudido a terapia se producen por sus problemas a la hora de seguir las normas sociales, así como por su tendencia a hablar mucho y a tener un comportamiento social indiscreto.
Los niños con TDAH tienen dificultades para hacer amigos, ya que no saben comportarse como lo hacen los niños de su edad y sus interacciones sociales son impulsivas, incómodas e impertinentes.