Hoy, Octubre de 2022, a dos años y medio del inicio de la pandemia del coronavirus, quienes trabajamos desde hace mucho en salud estamos viendo cómo las personas aún siguen mostrando de alguna manera los efectos psicológicos de haber atravesado esta etapa que nos cambió la vida a todos.
Una adaptación resistida al aislamiento físico que en muchos casos se convirtió también en el aislamiento emocional propio de estar solo/a, incertidumbre, miedo a enfermar, pérdida del empleo, ruptura o abandono de ciertos vínculos personales por la distancia física impuesta, cambio de hábitos y abandono también de varios de ellos…
Y ahora, volver a la normalidad parece más bien una frase hecha, porque la normalidad actual no es ni será la de tiempos pasados. En fin, todo ello hace que las personas necesitemos ser acompañadas en nuestros "malestares cotidianos", y si tu agobio o desazón muchas veces se debe a que ya "cargaste tu mochila" demasiado de todo eso que te enumeré recién, otras tantas puede deberse simplemente a que necesitás gestionar tus emociones de manera diferente, sanar en el más amplio sentido y seguir tu vida más liviano/a y feliz.
Soy psicóloga, coach de vida y de empresas, y directora de su mi consultora CoachingyPsicología, desde hace casi veinte años. En todo este tiempo, ha trabajado con centenares de personas, para gestionar lo mejor de sí mismos, vivir y trabajar con mejor calidad. Hace no mucho, descubrí en mí algo que me gusta llamar: "es invisible a tus ojos ... y se llama estrés". No sin darme más de un porrazo con síntomas físicos de malestar no atribuibles a ningún cuadro específico, y después de pasar por mucho cansancio que por entonces ni comprendía de dónde o de qué provenía, me di cuenta de que eso se llamaba estrés.
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Aprendiendo a vivir sin problemas de estrés
Es un cuadro complejo, que comencé a investigar, muy propio de esta época actual que te acabo de describir, y que yo misma estudio y trabajo actualmente, desde tres áreas en las que te ayudo a equilibrarte, resolver tus conflictos, armonizarte y finalmente darte herramientas de autorregulación personal.
1. En tu vida cotidiana
La primera de esas áreas es tu vida cotidiana. Si estás abrumada/o por diferentes exigencias -sean familiares, de trabajo o aún sociales-, estás emprendiendo un nuevo proyecto laboral o personal, o simplemente por diversos motivos no tienes casi tiempo para tu propio cuidado y descanso... ¡A no desesperar! Estás dentro del gran porcentaje de personas en el mundo que día a día viven esta realidad pero también se estresarán en el corto o mediano plazo.
Así que en esta área se trabaja en:
- Una ecuación para cambiar tu estado de ánimo rápidamente y mantenerlo todo el día... ¡Porque esa es la clave!
- Cómo redirigir energías para lograr responder a tus responsabilidades cotidianas.
- Cómo hacer tu trabajo diario sin sacrificar tu salud ni postergar tus proyectos más preciados.
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2. En las relaciones significativas
La segunda de las áreas que sin duda puede estresarte es la de tus relaciones, en especial tus relaciones de pareja. Y sí: cuanto más íntima es una relación... Más posibilidades tienes de que te estrese. Esta es casi otra de mis ecuaciones favoritas.
Es así, en el terreno del amor o bien de las relaciones familiares, siempre se producirán diferencias, discusiones y por supuesto conflictos que pondrán a prueba no sólo tus sentimientos, sino también tu capacidad personal (tanto física como emocional) para responder, componer la situación, resolverla ... Y lo más complejo a veces: seguir adelante con el vínculo, sin sentir que quedaste dañada/o o bien dañaste al otro.
Eso sí: que puedas superar estas situaciones, no quita que, a veces, puedas y te convenga terminar con una relación que para vos se ha convertido en tóxica.
Así que en esta área ponemos manos a la obra para resolver conflictos relacionales, sobre todo apuntando a que puedas sanear ese vínculo, aportar equilibrio, armonía y conversaciones también saludables, para que pueda crecer, si así lo decides, y sostenerse en el tiempo.
Por supuesto que en esta área es importante:
- Distinguir cuándo una relación puede ser tóxica o no (y qué hacer para manejarla y eventualmente terminarla).
- Encontrar herramientas para salir de los conflictos de pareja y familiares, antes que éstos te agoten, y lo peor: por no resolverlos, te vuelvan cíclicamente, cobrándote cada vez más energía personal.
- Evitar y/o superar emociones negativas, de las que enferman que se originan cuando empieza el conflicto mismo.
3. En el desarrollo personal
La tercera área que hay que atender, si quieres vivir sin estrés, es la de tu desarrollo espiritual. Más allá de que logres manejar tu agobio cotidiano y/o tus relaciones conflictivas, también es superefectivo que diariamente te prepares para que cada vez más estas situaciones pasen por tu vida sin desestabilizarte, ni mucho menos dejarte en estados de ánimo o emociones negativas, como la tristeza, el miedo, el enojo, o la apatía en sí misma.
Por eso en esta tercera área te invito a:
- Trabajar con prácticas de meditación.
- Hacer ejercicios espontáneos de Mindfulness que te apartan de la tensión.
- Desarrollar tu sensor interno para detectar cuándo estás al límite de entrar en estrés, para salir de ahí rápidamente.
Nada ocurre de un día para el otro, pero un buen proceso de acompañamiento personal en estas tres áreas, te aseguro que te puede ayudar mucho a superar este cuadro, tan típico de nuestra época, y uno de los mayores responsables tanto de la enfermedad física como psicológica de millones de personas en el mundo.
Mónica Reta
Mónica Reta
Lic. en Psicología - Coach ontológico profesional
Te dejo mi frase favorita, por si la quieres guardar y que a mí me identifica muchísimo en lo personal: “Despertar a una vida de propósito y presencia es lo único que necesitas para ser feliz”
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