Son muchas las formas en que las personas llevamos a cabo actos que, ya sea a corto o largo plazo, y de forma directa o indirecta, podrían ser potencialmente peligrosas para nuestra integridad.
La tendencia autodestructiva hace referencia a toda una serie de conductas que se consideran dañinas para la persona quien las lleva a cabo. Suele verse muy a menudo en trastornos mentales, además de estilos de personalidad disfuncionales.
Veamos más a fondo cuál es la definición exacta de este constructo de la personalidad, además de ver sus causas y trastornos asociados.
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Tendencia autodestructiva ¿a qué nos estamos refiriendo exactamente?
En un sentido estricto, por tendencia autodestructiva se hace referencia a una serie de conductas que pueden suponer un daño, físico, emocional o psicológico, para la persona quien las lleva a cabo. Las conductas propias de las personas con este tipo de tendencia constituyen todo un continuum, es decir, las hay más graves y las hay menos graves, pero todas ellas pueden acarrear un riesgo para la integridad del individuo.
No se debe confundir ‘tendencia autodestructiva’ por ‘autolesión’ como si fueran términos sinónimos. No lo son, pero el segundo se podría englobar dentro del primero. La autolesión, además de los intentos suicidas, se consideran conductas propias de una persona que tiende a la autodestrucción, dado lo claramente perjudicada que se puede ver su integridad física.
Sin embargo, dentro de la etiqueta de ‘tendencias autodestructivas’ haríamos referencia a todo un conjunto de conductas que pueden ser deliberadas, planificadas, ser producto de un impulso o ser adquiridas como un hábito y realizarse de forma automática. Es decir, hay conductas autodestructivas que pueden ser más sutiles que otras.
Sea como sea, este tipo de tendencias, aunque las puede mostrar una persona sin psicopatología grave alguna, se han relacionado con trastornos del tipo esquizofrenia y trastorno límite de personalidad, además de disponer de un estado anímico alterado, como en la depresión, el trastorno bipolar o en los trastornos de ansiedad.
Este tipo de comportamientos tienden a ir en aumento. A veces pudiera parecer que la persona los controla, o que le da la sensación de que realizándolos tiene un mayor control de su ansiedad asociada. Otras pudiera pensarse de que quienes lo realizan solo pretenden llamar la atención, sin embargo, esto puede ser un indicativo de que requieren ayuda y que no se les está dando la adecuada atención e importancia.
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Formas en las que se manifiesta
En función de lo directamente relacionadas que estén con el peligro de muerte de la persona, se habla de dos tipos de conductas autodestructivas.
Por un lado tenemos las conductas autodestructivas directas, que se darían cuando la persona quien tiende a este tipo de actos está realizando acciones que pueden acabar en tragedia, como son los intentos suicidas o las autolesiones.
En cambio, nos referimos a conductas autodestructivas indirectas cuando estas contemplan la muerte o la pérdida de integridad física o mental como un efecto indeseado, aunque sea de forma consciente. Ejemplos de este tipo de conductas serían el tabaquismo o las adicciones a diferentes sustancias, las cuales dirigen a la persona a una muerte lenta y se engloban dentro de las conductas parasuicidas. También se consideraría conducta autodestructiva indirecta la práctica de deportes de alto riesgo.
Este tipo de comportamiento suele llevarse a cabo como si fuera un mecanismo para hacer frente a las adversidades de la vida diaria, especialmente cuando el individuo se siente sobrepasado por las mismas.
Las conductas autodestructivas se pueden manifestar como un mecanismo para mantener alejada a la gente. Por ejemplo, si estando en pareja se tiene miedo de estropear la relación, para evitar ser el responsable del fin de la pareja, la persona con este tipo de tendencia puede llevar a cabo acciones que animen al otro miembro de la relación a abandonarla. Así, en vez de hacerle frente al miedo de que la pareja se rompa, los individuos con autodestructivas hacen que sea el otro quien estropee primero la relación.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, este tipo de comportamientos no se dan de forma tan rebuscada. En trastornos mentales como los de la conducta alimentaria, esto es, anorexia, bulimia y adicción a la comida, alcoholismo, adicciones varias y trastorno límite de personalidad se pueden observar este tipo de comportamientos. También se considera tendencia autodestructiva la adicción al sexo, especialmente cuando esta implica el tomar riesgos como no ponerse la apropiada profilaxis ante enfermedades de transmisión sexual.
Posibles causas detrás de este comportamiento
Las posibles causas detrás de la tendencia autodestructiva se pueden remontar, en la mayoría de los casos, a una infancia y adolescencia poco saludables. La persona quien lleva a este tipo de conductas, especialmente en los casos más graves como lo son las autolesiones y las adicciones a sustancias, en muchas ocasiones ha vivido abuso sexual o físico durante su niñez, lo cual se ha cristalizado en forma de trauma que aparece en la adultez en forma de comportamientos disfuncionales.
También se puede asociar este tipo de tendencia a características de personalidad, en especial en aquellas personas quienes se sienten muy inseguras y confían poco en sus fortalezas, pese tenerlas. Este tipo de personas se sienten inseguras con muchos aspectos de su vida, como en la pareja, preguntándose cosas como ‘¿cómo puede querer a alguien como yo?’ o, estando en el trabajo o en el colegio, preguntarse "¿cómo voy a ser capaz yo de hacer todo lo que me están pidiendo hacer, si no valgo nada?".
El grado de habilidad o éxito objetivo que tenga la persona en diferentes áreas de su vida no parece influir en la tendencia autodestructiva. Es decir, hay personas quienes se les da muy bien ciertos aspectos, como pudieran ser el deporte o el estudio que, creyendo que no se merecen el éxito o tienen poca autoestima, se autoboicotean.
Un factor determinante en el tener una estilo de personalidad con tendencia autodestructiva es el no recibir el adecuado cuidado por parte del entorno más cercano, ya sea el familiar o el grupo de amigos. Hay personas que realizan actos autodestructivos en un intento de llamar la atención y, a la vez, como síntoma del problema psicológico detrás de esta conducta. El consumo de tabaco, especialmente entre adolescentes, podría interpretarse como una búsqueda de ayuda y recibir atención de sus padres.
¿Es posible cambiarlo?
Como ya íbamos diciendo, hay diversidad de comportamientos que se engloban dentro del paraguas de "tendencia autodestructiva". No es lo mismo el fumar que el coger un cuchillo y hacerse profundos cortes en el brazo. Sin embargo, independientemente de la gravedad de la conducta autodestructiva que esté llevando a cabo el paciente, lo más recomendable en todos los casos es acudir a terapia psicológica.
No todas las personas quienes realizan este tipo de conductas son conscientes de su tendencia autodestructiva, y a veces hasta le restan importancia. Sea como sea su grado de conciencia del problema, es recomendable que el entorno familiar y seres queridos cercanos le incentiven a acudir a un profesional, sea psicólogo, psiquiatra o médico, para profundizar en el problema y ver cuál es el riesgo para su vida.
Muchas de estas conductas se deben a un problema psicológico detrás, el cual causa malestar y un alto grado de disfuncionalidad en la vida de la persona. Es conveniente hacer ver a la persona cuál es la causa de la situación en la que se encuentra, cómo es posible mejorar y, mediante constancia, empezar a ver los resultados en forma de mejora.
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