Psicología y coaching: ¿Incompatibles?

¿La psicología y el coaching son dos disciplinas incompatibles?

A lo largo de nuestra vida vivimos experiencias que nos hacen desear, y necesitar, vivir un proceso de cambio. Hasta hace pocos años el profesional experto en acompañarte en este proceso era el psicólogo o la psicóloga. Sin embargo, hoy día vivimos en una vorágine de nombres, técnicas y herramientas que más que ayudar, nos confunden.

¿Cuál es el método más adecuado? ¿Es el coaching una disciplina válida, o un sinsentido? ¿Es compatible o incompatible con la psicología?

En este artículo no solo vamos a responder esta pregunta sino profundizar más en lo que realmente es importante para ti: tu bienestar y desarrollo personal, superar la situación que vives y que quisieras cambiar. Lo haremos con profundidad, descubriendo qué es realmente la psicología y el coaching, cuáles son las diferencias, y cómo puedes optar a la mejor opción para tu proceso de cambio personal.

Mi nombre es Rubén Camacho, y desde hace 11 años acompaño como psicólogo (y coach) a personas que quieren conseguir un cambio personal práctico, profundo y estable con el tiempo. Puedes encontrar mi trabajo en Empoderamiento Humano.

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Más allá de las etiquetas

Comencemos por el principio. En algunas situaciones de la vida, los seres humanos necesitamos, pasar por un proceso de cambio y desarrollo personal. Sin embargo, la gran clave es que no podemos cambiar el contexto... sino que la solución está en tu propio cambio personal, en desarrollar aspectos de ti que hacen el problema más intenso.

Esta ha sido siempre la labor del profesional en Psicología. La psicología es una ciencia y disciplina con valor académico y presente en todas las Universidades del mundo. Es decir: lo que aplica la psicología ha sido previamente contrastado y validado por el método científico (en resumen, funciona). La psicología tiene múltiples aplicaciones: el desarrollo, la educación, la parcela social, las patologías, el estudio de la personalidad o inteligencia... y sí, sobre todo la terapia o el acompañamiento para vivir un proceso de cambio profundo.

Sin embargo, no podemos negar que la Psicología, al centrarse demasiado en el ámbito clínico o académico, descuidó con los años esta labor tan básica. De ahí surgió el coaching y más tarde otras disciplinas sin valor empírico rellenaron ese vacío y se hicieron tremendamente populares. ¿Pero el coaching funciona? ¿Qué es? ¿Es una herramienta que puede realmente ayudarte u otra palabra vacía?

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Las falsas diferencias entre la psicología y el coaching

Cuando surgió el coaching (existen también ciertas discrepancias sobre cuándo surgió todo) se ofrecía como una herramienta para acompañar a personas en procesos de cambio mediante la consecución de objetivos prácticos. El coach te acompañaba de forma limpia (sin juicios o guías), ayudándote a descubrir qué fallaba y cómo podías cambiarlo. Pero... ¿esto no lo hacía ya la psicología?

Exacto. Todo lo que ofrece el coaching es algo que se puede hacer desde la psicología. ¿Por qué surge entonces el coaching? Porque la psicología terminó por ser una disciplina académica que cada vez ofrecía menos recursos prácticos a las personas en consulta.

Las terapias se visualizaban como largos y abstractos procesos. Las personas querían conseguir cambios para sus dificultades del día a día. Para tratar de diferenciarse, el coaching se definió según una serie de diferencias con la psicología... vamos a verlas.

1. La psicología trabaja con el pasado y el coaching con el presente y futuro... pero esto es rotundamente falso

Es falso que la psicología solo trabaje con el pasado. La psicología trabaja ante todo con tu realidad actual, con lo que te ocurre, y te ayuda a encontrar soluciones desde tu propio cambio personal (es decir, igual que el coaching pero con mayor evidencia académica y científica).

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2. En psicología te guían o aconsejan, el coach te ayuda a que lo descubras por ti mismo... otra vez, esto es totalmente mentira

En psicología nunca guiamos o aconsejamos. La naturaleza de la psicología no es directiva. Eres tú quien debe descubrirlo... pero el psicólogo te ayuda a que veas el problema de raíz de tal forma que no podemos hacerlo en soledad, de ahí que el cambio sea más profundo y enriquecedor.

3. La psicología trabaja con el problema y el coaching con la solución... totalmente incierto

La psicología clínica trabaja con problemas patológicos, pero siempre aporta soluciones, que además, son herramientas de cambio totalmente comprobadas.

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¿Incompatibles o no?

Entonces, si estas 3 diferencias habituales son falsas... ¿cuál es la diferencia real entre la psicología y el coaching?

La única diferencia es que la psicología es una ciencia y disciplina amplia, con valor empírico y que sigue el método científico, y el coaching solo es una herramienta práctica. Sin embargo, como hablamos, es cierto que la psicología ha descuidado la parte práctica. De ahí que el coaching se hiciera tan efectivo y popular.

Más tarde, llegó el desastre: surgieron mil y un cursos de formación de mala calidad y de ahí la palabra coaching se desvirtuó. Hoy día existen incluso cursos de 2 meses sin ningún tipo de valor.

¿Es entonces la psicología y el coaching compatibles? Totalmente. La psicología y el coaching no son enemigos, sino que el coaching ofrece al profesional en psicología herramientas más prácticas para que un proceso sea efectivo y funcione desde el principio. Un proceso de cambio debe ser práctico y profundo, constante y flexible, y sobre todo el cambio que vivas debe ser estable, para que ese cambio forme parte de ti para siempre.

Es importante entonces que no compitan, sino que la psicología absorba el coaching para que se regularice y se acabe también esa vorágine de formaciones sin calidad.

Lo más importante eres tú, la persona que necesita vivir un proceso. Si quisieras hacerlo de forma práctica para sentirte mejor pronto, pero también profunda y estable, en Empoderamiento Humano tienes una opción para agendar una sesión exploratoria conmigo. Te espero allí, y sobre todo te envío muchos ánimos... y claro, feliz 2022!