El ejercicio físico aporta muchos beneficios para nuestra salud, tanto físicos como psicológicos.
Sin embargo, hay mucha gente que simplemente decide realizar actividad física programada para mejorar su estado físico. A pesar de ello, la práctica de ejercicio físico debe ir siempre enfocada hacia el bienestar y con el objetivo de mejorar nuestra salud general.
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La realidad de entrenar los abdominales
Los abdominales son un grupo muscular que se encuentra en la zona media del cuerpo y que condiciona gran parte de nuestros movimientos. Trabajar esta zona afecta indirectamente al resto del cuerpo y mejora, por ejemplo, nuestra postura corporal. Trabajar los abdominales ayuda a prevenir lesiones, dolores y molestias.
Obsesionarse con los abdominales no es una buena opción, pues esto puede provocar que sobreentrenemos esa zona. Para aquellos que quieran trabajar su aspecto físico, si en realidad quieren marcar la zona del core, no sirve de nada pasarse horas y horas trabajando esa zona. Los mejores resultados aparecen cuando se realiza un entrenamiento mixto, es decir, de fuerza y aeróbico.
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Beneficios de hacer abdominales
Pero lejos de impacto que puedan tener nuestros abdominales en nuestra imagen corporal, desarrollar esta parte del cuerpo puede ayudarnos en nuestro día a día y nuestra vida cotidiana.
Seguramente te preguntarás: ¿Cuáles son estos beneficios? ¿Qué es lo que me aporta el trabajo abdominal, además de un bonito cuerpo? A continuación puedes encontrar la respuesta a estas preguntas.
1. Reduce el dolor de espalda
Unos abdominales fuertes son beneficiosos para la espalda, especialmente la espalda media y baja. Cuando tenemos unos abdominales poco trabajados estamos forzando la espalda a trabajar más y soportar más peso. Es por eso que es esencial trabajar el core para cualquier actividad diaria. Por ejemplo al agacharnos para coger algo.
Si repartimos el peso hacia la zona abdominal, tendremos menos riesgo sentir dolencias en la espalda. El trabajo abdominal ayuda a que este músculo pueda levantar más peso y se fatigue menos.
2. Mejora la postura
Por tanto, uno de los beneficios más importantes del trabajar esta zona del cuerpo es fortalecer los músculos abdominales, lo que ayuda a mantener una buena posición y aliviar la tensión en la espalda. Los abdominales fuertes mejoran la buena postura, lo que disminuye el desgaste de la columna vertebral.
Una mala postura es un problema porque puede conducir a complicaciones como la hernia discal y, con la edad, puede ocurrir que el desgaste de ciertas zonas de la columna haga que la postura natural quede desviada, haciendo que el peso corporal se distribuya de un modo inadecuado y, a su vez, aparezcan otros problemas.. Además, una buena postura nos hace físicamente más atractivos.
3. Ayuda a prevenir lesiones
Como puedes ver, el trabajo abdominal no solo ayuda a reducir el dolor de espalda, sino que la postura correcta a la hora de hacer cualquier trabajo diario previene lesiones. Ya sea, como se comentaba en el punto anterior, para prevenir complicaciones como una hernia discal o para evitar el dolor de lumbares al realizar un mal gesto, los abdominales fuertes nos ayudan a impedir la aparición de problemas y dolencias físicas serias.
4. Mejora el equilibrio
Trabajar los abdominales mejora el control del equilibrio corporal, pues éstos son el soporte de nuestro tronco, y si no son estos músculos los que hacen ese trabajo lo va a hacer otra parte de nuestra anatomía, es decir la espalda. Los resultados de esto pueden ser nefastos para esta parte del cuerpo. Y es que casi en cada movimiento que hacemos entra en juego la zona lumbar y, en consecuencia, puede hacer que esta última se desarrolle mucho más que la zona abdominal.
Para encontrar el equilibrio y el balance, es necesario hacer un trabajo específico de abdominales, porque sino podrían aparecer problemas como la escoliosis o la lordosis. El equilibrio entra en juego todos los días: si caminas sobre una superficie irregular o cuando tomas un paso en falso en un bordillo.
5. Respirar mejor
El entrenamiento físico y el entrenamiento de la respiración van unidos. El desarrollo de músculos respiratorios más fuertes, como el diafragma y los intercostales, se traduce en una mejor fuerza del core, según un estudio de Journal of Strength and Conditioning Research. Al mismo tiempo, un core más fuerte permite una respiración más fácil y realizada de un modo más correcto, por lo que si nos acostumbramos a ella rendiremos mejor al maximizar la cantidad de oxígeno que obtenemos.
6. Mejorar el rendimiento deportivo
Todos los deportes utilizan la parte central del cuerpo para la estabilización y la acción. Ya sea para atrapar una pelota, lanzarla o girar el torso al nadar, la función de la zona abdominal es clave.
Todos estos movimientos emanan de los músculos abdominales fuertes y, además de evitar lesiones, esto ayuda a recuperación y la curación de éstas. El entrenamiento de la zona abdominal tiene un efecto indirecto en el rendimiento deportivo. Por ejemplo, nos ayuda a chutar más fuerte, a nadar más rápido o a saltar más alto.
7. Trabajar la fuerza funcional
La fuerza funcional es la fuerza necesaria para llevar a cabo las las actividades del día a día, es decir, es la fuerza que empleas para realizar las tareas que haces habitualmente. Es normal, ya que este grupo de músculos interviene en una variedad enorma de movimientos y tareas. Trabajando la zona abdominal notarás los resultado en tus actividades cotidianas, no sólo al practicar un deporte.
8. Órganos protegidos
Entre los beneficios de tener unos abdominales fuertes encontramos que protegen nuestro órganos. La zona abdominal es una parte del cuerpo donde se encuentran mayoría de los órganos vitales de nuestro organismo, por lo que interesa que haya una capa gruesa que los mantiene bien aislados del entorno. Los abdominales actúan como escudo para protegerlos.