Una lesión no es sólo dolor físico, sino que irrumpe en la vida cotidiana: se ven limitadas las rutinas habituales, como la asistencia al trabajo o al centro de estudios, se reduce la independencia al no poder realizar tareas esenciales como cocinar o vestirse, también se generan cambios en la vida personal y familiar, y podríamos seguir. En el caso de los deportistas (sean profesionales o no), la lesión adquiere un tinte distinto, ya que interrumpe una actividad sumamente significativa para quien la sufre.
Sus experiencias indican que muchos de ellos transitan este período con irritabilidad, se muestran hostiles, tristes, o frecuentan tener pensamientos negativos. A pesar de que se trata de un hecho inherente al deporte —algunos autores comparan una lesión con un accidente de trabajo, en caso de los profesionales—, este fenómeno puede ser vivido como una catástrofe. Y, en algunos casos, incluso como una vía de escape de la exposición constante a situaciones de alto estrés.
La psicología deportiva se ha encargado de estudiar dichas variables psicológicas que emergen tras una lesión, y posteriormente ha elaborado intervenciones para acompañar a los deportistas durante este proceso. No obstante, distintos investigadores de esta disciplina han llegado a hallazgos que sugieren que los factores psicológicos no sólo aparecen luego de la lesión, sino que, sorprendentemente, pueden ser causantes de ella. Veamos a qué se debe esto y cuáles son las estrategias de prevención de lesiones que ha elaborado la investigación en psicología deportiva.
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¿Por qué los factores psicológicos pueden facilitar la aparición de lesiones?
Para responder a esta pregunta, es necesario partir de la siguiente idea. En investigación científica, antes de poder elaborar un plan de prevención para determinada problemática es necesario contar con conocimiento teórico que la sustente. Por tal razón, la prevención de las lesiones es solo una cara de la moneda en lo que a la labor de la psicología deportiva refiere. La otra es determinar a nivel teórico por qué motivos los factores psicológicos pueden incidir en una lesión.
Dicho esto, desde la psicología deportiva se tiende a pensar que el origen de una lesión es multifactorial. Si bien algunas lesiones tienen un origen unicausal, relacionado a un sustrato físico innegable (por ejemplo, ocasionada en una situación de tackle jugando al rugby), en general tienen múltiples causas convergentes en un momento específico. El peso de cada factor será mayor o menor dependiendo del contexto en el que el accidente ocurra.
Uno de esos factores está vinculado a lo psicológico, y dos de los principales fenómenos que han sido estudiados por los investigadores como causantes de lesiones, son el estrés y la motivación.
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El estrés como causa de las lesiones
Desde un punto de vista psicosocial, tanto los deportistas de alto rendimiento como los que practican ejercicio físico de manera amateur o por su bienestar se ven expuestos a situaciones estresantes vinculadas al ejercicio. En el caso de los profesionales, estos deben enfrentarse a las continuas demandas de mejora, a la disciplina del equipo o club al que pertenecen, y a una exigencia (tanto por parte de otros, como de sí mismos) de resultados. Por su parte, quienes hacen ejercicio físico por la salud se enfrentan a situaciones también estresantes, vinculadas a las dificultades que encuentran para lograr la adherencia a la propia actividad, para sentirse bien, y para coordinar el deporte con otras áreas de la vida, como la familia o el trabajo.
Para determinar cómo estas formas que adopta el estrés pueden ser factores causante de una lesión —o, al menos, cómo ambas variables están relacionadas—, existen dos grandes modelos teóricos. Uno de ellos argumenta que el estrés provoca una reducción del enfoque atencional del sujeto, haciéndolo propenso a lesionarse; mientras que el otro sostiene que el estrés provoca un aumento excesivo de la tensión muscular, induciendo al deportista a realizar movimientos menos precisos. Sea cual fuera la teoría explicativa desde la cual se investigue, en ambos casos queda puesta la influencia del estrés como factor psicológico sobre la mesa.
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Lesión y motivación: una relación paradójica
El papel de la motivación en las prácticas deportivas es un tema ampliamente estudiado por la ciencia. En líneas generales, la motivación se ha vinculado a la necesidad de alcanzar el logro, concepto que cuenta con dos vertientes: lograr el éxito y evitar el fracaso.
Se considera que los deportistas que tiendan a evitar el fracaso estarán focalizados en el sentimiento de vergüenza asociado, por lo que su rendimiento será peor en situaciones de evaluación social como el deporte. Por lo tanto, valorarán las actividades deportivas como estresantes, tendiendo a experimentarlas como tales, y, en consecuencia, ser más susceptibles a la lesión.
No obstante, algunos de los investigadores que han indagado acerca de la posible relación entre la motivación de los deportistas y el riesgo a sufrir lesiones arribaron a resultados cuanto menos curiosos. En un estudio llevado a cabo con jugadores profesionales de balonmano, se halló que los deportistas con niveles de motivación más altos también tenían un riesgo mayor a sufrir lesiones moderadas. Paradójico, ¿no? La interpretación que se elaboró para estos resultados fue que algunas de las actitudes que tienen tanto deportistas como entrenadores y que están ligadas a lo motivacional —por ejemplo, la idea de dar lo mejor de uno sin pensar en el dolor o las consecuencias que pueda ocasionar— tiene relación con la emisión de conductas de riesgo. Por lo tanto, esto puede desembocar en el sobreentrenamiento y, de tal modo, la posibilidad de lesión aumenta.
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¿Cómo puede un psicólogo deportivo prevenir una lesión?
Teniendo en cuenta dichas elaboraciones teóricas, los investigadores han propuesto programas de intervención psicológica para la prevención de lesiones. Estos se centran en su mayoría en el entrenamiento psicológico de habilidades generales (por ejemplo, ligadas a la gestión del estrés) con el propósito de que éstas repercutan en la incidencia de las lesiones deportivas.
Algunos de los contenidos que incluye un programa de prevención psicológica para lesiones en este ámbito son el entrenamiento en técnicas de control de la activación (como la relajación progresiva) y el control de la atención, imágenes o pensamientos del deportista. También se propone llevar a cabo un ajuste de objetivos, de modo que estos sean realistas mientras se vuelven progresivamente más exigentes; como así también se promueven análisis de videos y espacios donde se simulen condiciones de competición.
Upad Psicología Y Coaching
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Centro de Psicología en Madrid
En función de esto, podríamos decir que la ayuda de la psicología deportiva en la prevención de lesiones es bifronte, ya que no sólo genera conocimiento acerca de cómo las variables psicológicas afectan a la posibilidad de lesiones, sino que también elabora intervenciones para prevenirlas.