Cada vez más niños y adolescentes hacen un uso excesivo del móvil y las redes sociales, y muchos acaban desarrollando una adicción. Según la OMS, 1 de cada 10 menores presenta un consumo de riesgo. ¿Cómo identificar si nuestros hijos están enganchados y qué podemos hacer para ayudarlos? Psicólogos y expertos en ciberseguridad lo explican.
Javier Feliz, psicólogo y director de operaciones del Programa Desconecta, de atención educativa a los menores y sus familias, asegura a Psicología y Mente que “la razón principal por la que hay tanta adicción a las redes sociales es porque están diseñadas precisamente para eso: para enganchar”. Tienen mecanismos como el scroll infinito, algoritmos que detectan lo que gusta y lo que no, y están llenas de estímulos que refuerzan ese comportamiento. En definitiva, “son canales constantes de dopamina”, señala.
El experto asegura que esto afecta en mayor medida a los niños y adolescentes, puesto que aún no tienen su identidad completamente formada, y especialmente a aquellos que están en situaciones de vulnerabilidad o que tienen baja autoestima. Esa combinación -juventud, búsqueda de identidad y refuerzos inmediatos- hace que sean más propensos a engancharse.
Por su parte, Bruno Pérez Juncà, experto en ciberseguridad y privacidad, Perito Judicial Informático Forense, asegura a esta revista que las redes son ‘‘herramientas’’ que permiten a los más jóvenes medir ciertos indicadores ‘‘como por ejemplo, la popularidad’’. ‘‘Los ’me gusta’ o likes se convierten en métricas visibles que alimentan su autoestima y percepción social”.
Además, según Pérez Juncà, las redes sociales actúan como un medio de comunicación personal, donde cada niño o adolescente puede mostrar la imagen que desea proyectar, aunque muchas veces no se corresponda con la realidad. Esta disociación también permite abstraerse del mundo real, observar las vidas ajenas e, inevitablemente, compararse. En muchas ocasiones, los niños buscan en el entorno digital esa atención constante que no reciben en casa, concluye el experto.
6 señales de que tu hijo podría tener adicción a las redes sociales
La OMS define adicción como una enfermedad física y/o psicoemocional que crea dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación. Aunque tradicionalmente se relacionaba adicción con el consumo de substancias, las nuevas tecnologías han entrado de lleno en esta definición. Tanto es así que en los últimos años se ha acuñado un nuevo término, la nomofobia, que es el miedo irracional y extremo a estar sin el teléfono móvil o a no poder utilizarlo, especialmente por el hecho de no poder acceder a las redes sociales. Por lo tanto, se considera que un menor es adicto a las redes sociales cuando hace un uso abusivo de estas y su bienestar emocional depende de ello.
Feliz avanza que hay “ciertas señales de alerta”. Entre ellas, destaca:
- Bajada en el rendimiento académico y las responsabilidades en general.
- Cambios en la forma de relacionarse con su entorno, mayor aislamiento, estrés, irritabilidad y hasta comportamientos más agresivos.
- Cansancio, alteraciones en el sueño y/o el apetito.
- Problemas de concentración y de comprensión.
- Abandono o disminución de actividades deportivas o sociales.
- Malestar o enfado cuando no hay conexión a Internet o ante la imposibilidad de usar el móvil.
¿Cómo ayudar a los hijos a usar bien las redes sociales ?
Ante esto, para este psicólogo lo primero que debemos hacer como padres es “dejar de hablar solo de adicción y empezar a diferenciar entre uso, abuso y adicción. El uso va a estar ahí, y no pasa nada; el problema es el abuso y, sobre todo, cuando se convierte en dependencia”, explica.
Feliz considera imprescindible que los padres establezcan unos horarios determinados en los que a sus hijos les esté permitido usar sus dispositivos electrónicos, así como otras franjas del día en las que no puedan hacerlo. Es decir, poner límites. Para ello, también es recomendable promover la realización de otro tipo de actividades fuera de las pantallas y que fortalezcan las relaciones sociales cara a cara, con la familia y los amigos.
En segundo lugar, apunta este experto, los padres deben supervisar todos los contenidos a los que acceden sus hijos y vigilar con quienes interactúan online. También deben explicarles qué son las redes sociales, cuál es su realidad (no todo es lo que parece) y los riesgos que conlleva usarlas de forma excesiva y/o incorrecta. Es decir promover la educación digital.
Practicar con el ejemplo, añade Feliz, es una buena forma de empezar. Cuando los comportamientos del menor excedan lo esperable o haya señales claras de abuso o adicción a las redes sociales, es necesario que los padres mantengan una conversación seria con sus hijos y les expongan claramente el problema. Según el experto, lo recomendable en estos casos es buscar ayuda profesional lo antes posible.
Para terminar, Bruno Pérez Juncà, alerta que, por su propia naturaleza, las redes sociales no son seguras y que no somos conscientes de cómo se puede usar en nuestra contra cierta información que publicamos. Por ello, el experto nos lanza una última reflexión: ¿Es realmente necesario que los niños y adolescentes usen las redes sociales? Si lo hacen, apunta, están expuestos a una competencia continua.
¿Te interesa este contenido?
¡Suscríbete a “La vida con hijos”!
Nuevo newsletter de contenido exclusivo sobre crianza, educación y pareja.
Al unirte, aceptas recibir comunicaciones vía email y aceptas los Términos y Condiciones.
