¿Cómo puedo preparar a mis hijos para el 'mundo real'?

Consejos para ponérselo fácil a tus hijos a medida que se integran en el mundo de los adultos.

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Cada vez más padres y madres se preocupan por brindar a sus hijos e hijas los mejores cuidados. Cuidan tanto el aspecto emocional y la forma de comunicarse con ellos/as y en casa como otros aspectos también importantes como son la alimentación, la actividad física, el sueño, la higiene y el uso de las pantallas y las redes sociales.

Puesto que, como padres conscientes, intentan hacer lo mejor que pueden dentro de sus posibilidades es comprensible que les preocupe qué va a pasar con sus hijos una vez empiezan a ser más autónomos y estén en contacto con la realidad. Estos padres y madres saben que, en muchas ocasiones, sus hijos encontrarán realidades muy diferentes a las que han vivido en casa y que esto puede tener un fuerte impacto en ellos.

A lo largo de este artículo te explicamos cómo podemos acompañar a nuestros hijos en algunas de estas áreas mencionadas que tanto preocupan a muchos progenitores. No podemos hacer que vivan en una burbuja donde todo sea “perfecto”, pero sí podemos ayudarles a navegar en un mundo donde todo cambia sin perder su esencia.

¿Qué quiere decir prepararlos para el mundo real?

Tal y como decíamos previamente, como padres y madres tomamos las decisiones que consideramos que más van a beneficiar a nuestros hijos e hijas. A veces, estas están alineadas con los criterios que la sociedad considera válidos o aceptables, pero a veces no.

Preparar a nuestros hijos para el mundo “real” implica darles herramientas para lo que van a encontrar más allá de los valores y las dinámicas familiares. En este sentido, es importante que como figuras de referencia les ayudemos a cultivar criterio, resiliencia, empatía y autoconocimiento.

A continuación, vamos a explorar algunas de las áreas que más dudas y miedos generan a muchos cuidadores. Es importante que recordemos que no se trata de que lo hagan como nosotros queremos, sino de permitirles explorar para que aprendan a tomar decisiones de forma autónoma y consciente.

Alimentación y relación con la comida

En los últimos años, han incrementado los alimentos precocinados, productos ultraprocesados y la popularización de comestibles que poco aportan al organismo y están diseñados para generar adicción. Por otro lado, hay muchos mensajes a nivel social sobre dietas, cánones de belleza imposibles y un sinfín de aspectos relacionados con la apariencia física que tienen un fuerte impacto en la salud mental de la persona.

Nuestra responsabilidad como cuidadores es hacer todo lo posible para que las criaturas tengan una relación lo más sana posible con la alimentación. Para ello, debemos ofrecer variedad de alimentos sin forzar o presionar, mientras que normalizamos todos los tipos de alimentos.

Debemos evitar juicios sobre la comida y el físico. No hay comida buena o mala. Tampoco es recordable prohibir o demonizar alimentos. El objetivo principal es enseñarles a escuchar su cuerpo para que puedan disfrutar sin culpa de lo que ingieren.

Todo esto se logra con paciencia, pero también siendo ejemplo. Es importante comer con presencia, sin distracciones que nos desconecten de nuestras señales de hambre y saciedad. Además, debemos evitar usar la comida como premio o castigo.

Uso de la tecnología y las redes sociales

El uso de la tecnología, las pantallas y las redes sociales se ha convertido en una de las mayores preocupaciones entre los padres, madres y profesionales que trabajan con niños de la actualidad. De hecho, más que el uso, preocupa el abuso que se está llevando a cabo.

Las aplicaciones que usan, así como los videojuegos, se diseñan con la intención de enganchar a las personas. Usan mecanismos que activan áreas cerebrales encargadas de la gratificación inmediata y esto tiene un fuerte impacto en su desarrollo.

La tecnología forma parte de nuestro día a día y no podemos evitarlo. Por eso, enseñarles a hacer un uso consciente, responsable y crítico de la tecnología es tan necesario. De nuevo, no se trata de prohibir —porque esto suele aumentar el deseo—, se trata de enseñarles a hacer un uso que les cuide y de fomentar el pensamiento crítico sobre lo que consumen.

Responsabilidad personal

Es importante que nuestros hijos e hijas tengan la capacidad de hacerse responsables de sí mismos. Para que, a largo plazo, puedan ser autónomos y funcionales, es necesario que les enseñemos a organizar su tiempo, tomar decisiones alineadas con sus valores y asumir la responsabilidad de sus elecciones.

Estas habilidades se van desarrollando con el tiempo, se puede empezar con rutinas o tareas simples e ir proponiendo cosas más difíciles a medida que crecen. Siempre debemos adaptar los aprendizajes a su edad y momento evolutivo.

Otro aspecto que les puede resultar útil —y del que probablemente no van a aprender mucho en la escuela— es la educación financiera. Es importante transmitirles el valor de las cosas, la importancia del trabajo y el esfuerzo. Enseñar la diferencia entre necesidad y deseo es crucial.

Disciplina basada en la conexión

Nada de todos estos aprendizajes se van a dar si no tenemos un estilo educativo que nos permita ser la guía de nuestros hijos e hijas. Si no hay conexión antes de corregir o guiar, el mensaje no llega o no se almacena. Cuando los niños y las niñas se sienten vistos y comprendidos están más dispuestos a cooperar.

Esto no implica que no podamos poner límites, al contrario. Ser la guía de nuestros hijos nos permite ayudarles a sostener emociones tan desagradables como la frustración de una forma saludable. Esto les ayuda a ser más resilientes y tener habilidades de regulación emocional.

Tratar a los niños y las niñas con respeto a la vez que brindarles nuestro amor incondicional es necesario para que puedan sentirse seguros. Esto tiene un impacto positivo en su desarrollo emocional, psicológico e incluso físico. Enseñarles a comunicarse de forma asertiva también les ayudará a cuidarse a nivel individual, pero también relacional, en un futuro.

Responsabilidad social y empatía

Dado que vivimos en sociedad, no podemos descuidar el punto de las relaciones sociales. Ayudarles a cultivar la empatía y la inteligencia emocional desde la infancia es clave. Cuando nosotros nombramos y validamos sus emociones estamos contribuyendo a que esto suceda.

Existe una tendencia a nivel social que va cada vez más hacia el individualismo. No obstante, somos seres sociales y, nos guste o no, necesitamos de los demás. Por eso es importante que entre todos y todas construyamos mirando por el bien común.

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  • Clarke‑Fields, H. (2019). Raising Good Humans: A mindful guide to breaking the cycle of reactive parenting and raising kind, confident kids. Shambhala.
  • Linehan, M.M. (2021). Building a life worth living. New York: Random House Trade Paperbacks.
  • Siegel, D. J., & Bryson, T. P. (2012). El cerebro del niño. Alba Editorial.

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Nerea Moreno. (2025, julio 29). ¿Cómo puedo preparar a mis hijos para el 'mundo real'?. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/desarrollo/como-puedo-preparar-a-mis-hijos-para-el-mundo-real

Psicóloga

Nerea Moreno es graduada en psicología, con mención en psicología clínica, por la Universidad de Barcelona. Cursó el Máster en Psicología General Sanitaria con la Universidad Autónoma de Barcelona. Posteriormente, se formó como experta en psicología de las emergencias y catástrofes. Tanto esta formación como la experiencia laboral en el campo, supusieron para Nerea el descubrimiento de un nuevo mundo: el trauma. Desde entonces, trabaja desde un enfoque integrador y no ha parado de formarse en trauma, sistema nervioso, apego, duelo y emociones.

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