¿Por qué reacciono así con mi hijo? La proyección en la crianza

Un mecanismo psicológico que puede emerger sin darnos cuenta al criar a los hijos.

¿Por qué reacciono así con mi hijo? La proyección en la crianza
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¿Alguna vez has sentido que te has desbordado al ver llorar a tu hijo/a? Es normal, esto le sucede a todos los padres y madres en alguna ocasión durante la crianza. Sin embargo, algunas personas sienten que se desbordan con frecuencia ante reacciones emocionales intensas de sus criaturas y esto les genera mucho malestar.

En este artículo hablamos sobre la proyección en la crianza. Si eres de esas personas que sienten que reaccionan de forma desproporcionada y no entienden por qué, es probable que este concepto te sirva para comprender un poco mejor qué puede estar sucediendo. Quizá, entonces, puedas tratarte de forma más compasiva.

Empezamos hablando sobre qué es la proyección emocional para poder explicar cómo se manifiesta o expresa en la crianza. Seguidamente, continuamos profundizando en el tema para comprender por qué proyectamos sobre nuestros hijos e hijas y, finalmente, planteamos algunas ideas que pueden ser útiles en este tipo de situaciones.

¿Qué es la proyección emocional?

¿Habías escuchado alguna vez el término proyección dentro del mundo de la psicología? Si has respondido que sí, es probable que entonces te haya venido a la cabeza la definición del psicoanálisis. Según esta corriente psicológica, es un mecanismo de defensa que consiste en negar una emoción o deseo interno y atribuírselo a otra persona sin tener consciencia de que, en realidad, es propio.

Sin embargo, la idea que traemos hoy de proyección no es exactamente esta. Basándonos en enfoques más actuales y emocionales (teoría del apego, neurociencia afectiva, enfoque de trauma, etc.) usamos el concepto de proyección emocional para hacer referencia a aquellos momentos en los que reaccionamos con una intensidad que no se corresponde con lo que está sucediendo.

Hoy en día disponemos de evidencia empírica más que suficiente como para saber que todo aquello que vivimos a lo largo de la vida —pero especialmente durante el desarrollo en la infancia y adolescencia— deja huella en nuestro organismo. Así pues, el impacto de lo que hemos vivido puede interferir en nuestra forma de reaccionar ante determinados estímulos en el presente, seamos conscientes de ello o no.

¿Cómo se manifiesta la proyección en la crianza?

Dado que cada persona es diferente, puede experimentar esta proyección emocional de forma única. Sin embargo, al hablar de cómo se manifiesta este fenómeno en la crianza, hay algunos aspectos que se experimentan con elevada frecuencia y que generan mucho malestar a madres y padres.

Tal y como mencionábamos inicialmente, la mayoría de padres y madres se han sentido desbordados en algún momento de la crianza. Sin embargo, algunos/as expresan sufrir “explosiones” emocionales ante determinadas situaciones (llanto de la criatura, rabietas, etc.) de forma continuada sin llegar a comprender por qué les sucede esto.

Por otro lado, también hay personas que lo que experimentan es una especie de irritación constante en el día a día. Es decir, quizá no “explotan” con tanta frecuencia, pero sí sienten mucha intensidad en aspectos concretos de la vida diaria.

Sea como sea, es importante comprender que estos comportamientos o respuestas emocionales que nuestros hijos están experimentando pueden estar despertando memorias emocionales que están grabadas en nuestro organismo desde hace tiempo. Quizá a nivel consciente o quizá a nivel inconsciente.

Con mucha frecuencia, a las personas les cuesta comprender por qué están reaccionando de una forma tan intensa ante determinadas situaciones puesto que les cuesta conectar de forma consciente con la experiencia propia que les está generando tanto sufrimiento.

Así pues, es necesario comprender que, en muchas ocasiones, lo que nos está desbordando o es el comportamiento de nuestros hijos en sí, sino nuestra propia historia: nuestras heridas emocionales, nuestras carencias y las emociones asociadas a todas estas memorias. Sin duda alguna, nuestras experiencias pasadas influyen en la forma en la que interpretamos a nuestros hijos/as y en cómo nos relacionamos con ellos/as.

¿Por qué proyectamos sobre nuestros hijos?

Darnos cuenta de que las respuestas que damos a nuestros hijos no va en proporción a lo que está sucediendo puede ser realmente doloroso y generar mucha culpa. Sin embargo, es importante que no perdamos la mirada compasiva hacia nosotros/así mismos/as y nos recordemos que somos humanos y tenemos heridas.

Si esas heridas de la infancia no han sido procesadas, elaboradas, resignificadas e integradas se van a manifestar en el presente. Es comprensible que muchas personas se pregunten por qué proyectamos con nuestros hijos. Si bien es cierto que proyectamos en todas nuestras relaciones, las experiencias con los hijos pueden ser más intensas porque ellos están en el mundo sin filtros (actúan sus emociones porque su cerebro está en desarrollo).

Además, no podemos obviar el hecho de que la crianza es, en sí, una experiencia que plantea retos y desafíos constantemente. De hecho, son muchas las personas que sienten que al convertirse en padres y madres han descubierto una nueva faceta de ellos que desconocían y esto también puede hacer que algunas personas conecten con un dolor intenso porque revisan su historia.

Como conclusión, podríamos decir que nuestros hijos nos confrontan con nuestra propia historia, nuestras heridas y carencias. Al relacionarnos con ellos establecemos vínculos y, a la vez, de alguna forma se relacionan con los vínculos que establecimos de forma primaria con nuestros cuidadores en la infancia. Si no revisamos y rebajamos este aspecto, es fácil repetir dinámicas y patrones de forma inconsciente.

¿Qué podemos hacer al respecto?

Darnos cuenta de que esto nos está sucediendo es el primer paso. Muchas personas tienden a intentar evitarla o minimizarla cuando, en realidad, lo que debemos tratar es de fomentar la autoobservación. Aunque pueda parecer algo simple, es crucial; sin tomar consciencia de que esta dinámica nos genera malestar a nosotros y a nuestros hijos, no podemos cambiar nada.

En este sentido, es importante que nos tratemos con compasión y recordemos que somos personas humanas, con heridas emocionales. Cuando la intensidad de nuestra respuesta emocional sobrepasa lo que sería esperable para una situación determinada tenemos una señal de que algo en nuestro mundo interno necesita atención.

Así pues, para cultivar la autoobservación, el autoconocimiento y la conciencia podemos preguntarnos qué hemos sentido en ese momento y si esa emoción nos recuerda a algo de lo que hemos vivido previamente. No siempre tendremos una respuesta clara o evidente y, por ello, es recomendable hacer un proceso psicoterapéutico que permita explorar el mundo interno e integrar las experiencias dolorosas.

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  • Chávez, M. A. (2017). Tu hijo, tu espejo: Un libro para padres valientes . Grijalbo.
  • Gutman, L. (2005). La maternidad y el encuentro con la propia sombra. Del Nuevo Extremo.
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Nerea Moreno. (2025, mayo 29). ¿Por qué reacciono así con mi hijo? La proyección en la crianza. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/desarrollo/por-que-reacciono-asi-con-hijo-proyeccion-en-crianza

Psicóloga

Nerea Moreno es graduada en psicología, con mención en psicología clínica, por la Universidad de Barcelona. Cursó el Máster en Psicología General Sanitaria con la Universidad Autónoma de Barcelona. Posteriormente, se formó como experta en psicología de las emergencias y catástrofes. Tanto esta formación como la experiencia laboral en el campo, supusieron para Nerea el descubrimiento de un nuevo mundo: el trauma. Desde entonces, trabaja desde un enfoque integrador y no ha parado de formarse en trauma, sistema nervioso, apego, duelo y emociones.

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