La capacidad que tienen las personas para asimilar la información que les rodea mediante la observación, el estudio y la experiencia es conocida como aprendizaje. Pero esta capacidad de aprendizaje no es igual en todas las personas.
El modelo de estilos de aprendizaje creado por David Kolb distingue cuatro tipologías de aprendizaje según la forma en la que las personas prefieren tratar con la información de su entorno. A continuación describimos este modelo y explicamos las posibles limitaciones de este.
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Características del modelo de Kolb
El psicólogo estadounidense David A. Kolb diseñó en 1984 un modelo sobre estilos de aprendizaje en el que se teorizaba que existen tres grandes agentes que modulan los estilos de aprendizaje de cada persona. Estos tres agentes son la genética, las experiencias vitales y las demandas de nuestro entorno.
Con el tiempo este modelo se ha convertido en uno de los supuestos acerca del aprendizaje con más reconocimiento y unos de los más utilizado en nuestros días.
Según el modelo de estilo de aprendizaje desarrollado por Kolb cuando una persona quiere aprender algo esta debe procesar y trabajar la información que recoge. Para que este procesamiento de la información se realice de manera óptima deben completarse cuatro fases distintas. Son las siguientes.
1. Experiencia concreta (EC)
Deben darse lugar las experiencias inmediatas y específicas que dan pie a la observación.
2. Observación reflexiva (OR)
La persona reflexiona acerca de lo que está observando y elabora una serie de hipótesis generales sobre lo que la información recibida pueda significar.
3. Conceptualización abstracta (CA)
A continuación, a raíz de estas hipótesis se forman los conceptos abstractos y las generalizaciones.
4. Experimentación activa (EA)
Finalmente, la persona experimenta o practica con estos conceptos en otros contextos o situaciones.
Cuando la persona finaliza todas estas etapas del proceso, la secuencia se reinicia para seguir adquiriendo más conocimientos e información.
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Las tipologías de alumnos
La realidad es que las personas tienden a especializarse en una o dos de las cuatro fases que hemos visto. Dado que Kolb advirtió de este hecho, elaboró cuatro tipologías de alumnos según la forma en la que estos prefieren trabajar la información.
Estos alumnos se clasifican en:
- Alumnos activos o divergentes.
- Alumnos reflexivos o asimiladores.
- Alumnos teóricos o convergentes.
- Alumnos pragmáticos o acomodadores.
Estas categorías, que serán explicadas una por una en el siguiente punto, hacen referencia al tipo de aprendizaje en el que se especializa una persona. En función de en la categoría que esta se encuentre le será más fácil o difícil asimilar la información, esto dependerá de la forma en la que se le presente y según se trabaje en el aula.
Teniendo en cuenta estas cuatro fases y el concepto de especialización, sería necesario que los educadores presenten la información de cada una de las materias de tal forma que se aseguren de estar cubriendo todas las fases del modelo de Kolb. Así se facilitaría el aprendizaje de todos y cada uno de los alumnos independientemente de la fase en la que se encuentren y, además, se reforzarán las fases en las que están menos especializados.
El sistema educativo actual no suele tener esto demasiado en cuenta, otorgando más valor y priorizando la fase de conceptualización y teorización. Esto ocurre sobre todo en los niveles de educación secundaria y superiores, donde se favorece a los alumnos más teóricos en detrimento de aquellos más pragmáticos; a excepción de algunas materias concretas.
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El estilo de aprendizaje según Kolb
Tal y como se describe anteriormente, Kolb elabora una clasificación de los estilos de aprendizaje según las preferencias que tengan los alumnos a la hora de manejar y asimilar la información que se les presenta.
1. Alumnos activos o divergentes
Las características distintivas de los alumnos activos o divergentes incluyen una involucración y un compromiso completo y sin ningún tipo de prejuicio. Estas personas tiene a aprovechar al máximo el momento y suelen entregarse a los acontecimientos.
Se sienten entusiasmados ante cualquier tipo de actividad novedosa a la cual se entregan completamente. No obstante, tienden a aburrirse con facilidad, por lo que en el momento en el que pierdan el interés en una empezarán con otra diferente.
Otra punto que define a estas personas es que tienden a actuar antes de pensar bien las consecuencias.
Aprenden mejor cuando
- Cuando la actividad les suponga un desafío.
- Les proponen actividades cortas y concisas.
- Cuando se sienten emocionados con la actividad.
Aprenden peor cuando
- Cuando son actividades a largo plazo.
- Tienen un papel pasivo en la actividad.
- Deben asimilar, analizar e interpretar datos.
- Tienen que trabajar en solitario.
2. Alumnos reflexivos o asimiladores
Estos alumnos se caracterizan por observar los acontecimientos y tratar la información desde muchos puntos de vista distintos. Su especialidad es la de recolectar la información y examinarla minuciosamente antes de realizar sus hipótesis.
Su manera de trabajar les obliga a ser cautelosos con sus conclusiones, analizando todas las consecuencias de sus acciones antes de realizarlas. Siempre observan, atienden y prestan atención a todos los detalles antes de realizar cualquier aportación.
Aprenden mejor cuando
- Cuando pueden observar detenidamente la información que les rodea.
- Cuando les ofrecen tiempo de analizar y reflexionar antes de actuar.
- Cuando pueden pasar desapercibidos.
Aprender peor cuando
- Se les obliga a tener protagonismo o ser en centro de atención.
- Cuando no se les da el tiempo suficiente para realizar una tarea.
- Cuando se les obliga a actuar sin reflexionar antes.
3. Alumnos teóricos o convergentes
Este tercer tipo de alumnos tiende a acomodar e integrar la información convirtiéndola en teorías complejas y con una lógica fundamental sólida. Su pensamiento se organiza de forma secuencial, recorriendo una serie de pasos antes de generar cualquier tipo de conclusión.
Tienen a examinar y resumir toda la información, y valoran por encima de todo la lógica y la razón, por lo que se sienten desorientados ante actividades que no poseen una lógica evidente y los juicios subjetivos.
Aprenden mejor cuando
- Les presentan modelos objetivos, teorías y sistemas.
- Cuando la actividad supone un desafío.
- Cuando pueden investigar y rastrear información.
Aprenden peor cuando
- Se les presentan actividades imprecisas, confusas o inciertas.
- Actividades muy subjetivas o emocionales.
- Cuando les tienen que trabajar sin un marco teórico de referencia.
4. Alumnos pragmáticos o acomodadores
Los alumnos pragmáticos se sienten cómodos poniendo en práctica los nuevos conocimientos, las teorías y las técnicas que van aprendiendo. Les disgusta tener que estar debatiendo estas teorías o tener que reflexionar continuamente la información que se les presenta.
En resumen, son personas prácticas, realistas, con una gran capacidad de resolución de problemas y que siempre buscan la mejor manera de hacer las cosas.
Aprenden mejor cuando
Se les ofrecen actividades en las que puedan relacionar las teorías con situaciones prácticas. Cuando pueden observar cómo se realiza una actividad. Cuando pueden poner en práctica lo que deben aprender.
Aprenden peor cuando
- Cuando se presentan actividades abstractas que no se relacionan con la realidad.
- Cuando la actividad no tiene una finalidad establecida.
- Cuando no pueden relacionar la información con situaciones prácticas.
Críticas al modelo de Kolb
Este modelo ha sido ampliamente criticado por aquellos que defienden que existe muy poca evidencia que respalde la existencia de estos estilos. Una revisión de este modelo realizada a gran escala concluyó que no existía suficiente investigación ni evidencia empírica que respalde la existencia de estos estilos.
Asimismo, sus detractores insisten en que Kolb no tuvo en cuenta cómo la cultura y el contexto moldean el proceso de aprendizaje.