Los datos sobre las cuentas bancarias de los ex-jugadores de la NBA son, en muchos casos, sorprendentes. Algunos supieron invertir correctamente sus fortunas y lograron acrecentar si cabe su patrimonio.
Sin embargo, la estadística revela que el 60% de las estrellas de la mejor liga del mundo se arruinaron en un lapso de solo 4 años desde su retirada.
Chris Herren: jugador NBA y drogadicto
Una gran parte de estos deportistas viven una vida marcada por las alabanzas, el dinero y las compañías dudosas desde su etapa colegial, momento en que empiezan a despuntar en el deporte y el olor del dinero futuro se va intensificando. Son tratados como estrellas y su entorno les empuja a convertirse en máquinas baloncestísticas y publicitarias para rentabilizar rápidamente su talento. Estas dos facetas subordinan la necesidad de cuidar la educación, tanto formal como informal de los jóvenes, sobre todo teniendo en cuenta que muchos jugadores provienen de familias con graves problemas económicos.
La procedencia humilde de muchos jugadores afroamericanos, de familias conflictivas y desestructuradas, redunda en unas expectativas desmedidas ante el creciente éxito del vástago. Casos los hay para dar y tomar. Uno de las más célebres fue la triste historia de Len Bias, atlético alero de 2,03 metros de estatura. Su paso por el college (entre los 16 y 18 años) y la universidad (entre los 18 y los 22) fue fulgurante, siendo designado All-American en su curso freshman.
Las comparaciones de Len Bias con Michael Jordan se tornaron una constante en los medios, y finalmente fue elegido en el Draft del año 1986, en la segunda posición por los Boston Celtics. Para los menos instruidos en el noble deporte de la canasta, esta elección supone decir que Bias firmó su primer contrato por un equipo de la NBA siendo seleccionado como el segundo mejor jugador joven del planeta.
A sus 22 años, Bias era el hombre más feliz del mundo, y ante ese contrato garantizado de varios millones de dólares, fue a celebrarlo con sus amigos. Esa misma noche, la joven promesa Len Bias falleció por una arritmia cardíaca causada por una sobredosis de cocaína.
Len Bias jamás pudo disputar un encuentro en la NBA, y su muerte supuso un tremendo shock para su familia, sus allegados y todo el mundo del deporte en general. La NBA tardó años en recuperarse de ese varapalo, y el caso de Bias inauguró ciertas medidas de protección y de control a los jugadores universitarios.
La tormentosa vida de Chris Herren
La vida de Chris Herren es digna de una película de Hollywood. Su larga relación con las drogas, que le llevó al borde de la muerte en varias ocasiones, merece ser explicada.
Natural de Fall River, un pequeño pueblo del estado de Massachussets, Herren fue un niño prodigio con el balón anaranjado. Su físico explosivo, su buena estatura para desenvolverse en la posición de base (1,90m) y su estilo de juego mágico y trepidante hicieron de él uno de los grandes atractivos de la liga universitaria, así como uno de los mejores proyectos de futuro de la NBA. Fue precisamente e****n su etapa universitaria en Boston, cuando Herren coqueteó por primera vez con las drogas.
Chris Herren tenía una cierta fama de chico problemático y descarado. Durante su etapa anterior, en el instituto, había sido cazado varias veces bebiendo alcohol, incluso en las horas previas de partidos importantes. Obviamente, el salto del alcohol a la cocaína era grande.
Un control de sustancias ilegales de la liga universitaria detectó el positivo por consumo de cocaína en la sangre de Herren. El joven jugador había sido pillado otra vez, y en este caso con una droga dura en sangre. Los dirigentes de la Universidad de Boston decidieron echarlo del equipo. Herren recaló en la mediocre Universidad de Fresno, en California. Su situación en esas latitudes empeoró de manera fatal: Herren tuvo constantes remordimientos y sufrió una grave depresión por culpa de la vergüenza causada por la revelación pública de su devaneo con las drogas. Se consideraba un fracasado por haber fallado a su pequeño pueblo, donde era un ídolo. Su familia y todos los habitantes de Fall River tenían grandes expectativas puestas en él, y sintió que el asunto de las drogas les había defraudado definitivamente y que su imagen pública nunca volvería a ser la misma.
El jugador estrenó su periplo en Fresno prometiendo no volver a consumir ningún tipo de sustancia ilegal. Promesa que, años después, se reveló incumplida.
A pesar de todo, Herren fue progresando en la pista hasta convertirse en uno de los mejores jugadores de la liga universitaria, promediando estadísticas de escándalo, que solo se veían enturbiadas por su gran irregularidad. Aun así, el mundo del baloncesto le veía con grandes opciones de ser escogido en el Draft, cosa que finalmente sucedió.
Su etapa en la NBA
Herren contrajo matrimonio y tuvo un hijo antes de debutar en la NBA. Su esposa fue un apoyo incondicional ante sus graves problemas psicológicos y de adicción, y amortiguó los frecuentes altibajos del base, quien no mostraba ningún signo de sus problemas en público. Fue elegido el número 33 del Draft por los Denver Nuggets. Herren estaba delante de una prueba de fuego con su contrato profesional firmado y la posibilidad de hacerse un hueco entre los mejores. Una oportunidad no solo de triunfar deportivamente, sino de tomar responsabilidad sobre su vida y dejar atrás sus demonios.
En su primer año como profesional, Herren fue atado en corto por los jugadores veteranos de los Nuggets, como Antonio McDyess y Nick Van Exel, ambos líderes y estrellas consagradas de la liga. Solo verle llegar por los pasillos para acudir a su primer entreno, Van Exel lo interceptó y , acompañado del gigante McDyess, le soltó a Herren: “Chico, conocemos tu currículum, así que te vigilaremos de cerca”. Así lo hicieron, y el propio Herren reconoció muchos años después que fue una de sus temporadas más sanas.
Un chico de 22 años jugando en la NBA, ganando millones de dólares. Y totalmente fuera de control. Su vida fue deteriorándose a una velocidad pasmosa. En su segunda temporada, Herren fue traspasado a los Boston Celtics, uno de las franquicias más laureadas de la NBA, y su ciudad natal. El hijo pródigo volvía a casa. En esa etapa empezó a usar un fármaco llamado oxicodona, un analgésico que se empleaba frecuentemente para aliviar los dolores propios de las lesiones en articulaciones y músculos. Pero Herren perdió el control y comenzó a tomar oxicodona compulsivamente.
La narración de los hechos del propio Herren es espeluznante, y a pesar de que públicamente mostraba una imagen de un jugador de baloncesto más, psicológicamente estaba destrozado, incapaz de desengancharse y con una ansiedad que le desbordaba.
De Boston a Turquía: un temporero del baloncesto
Su discreta temporada desencadenó su salida de Boston, y Herren dejó tierras americanas para fichar por el Galatasaray de Turquía, equipo que se disponía a disputar los playoffs. Allí logró números muy destacados. Al año siguiente, recaló en China, donde también se consolidó como un base efectivo. Su buen rendimiento acallaba dudas sobre su posible estado mental o sus problemas extradeportivos. Como muchas veces ocurre en el mundo del deporte, la faceta humana de los protagonistas queda reducida a la nada por la intensidad de los focos en la cancha de juego.
En esta vida hermética, Chris Herren había pasado de la oxicodona a más y más tipos de estimulantes. Había comenzado a consumir heroína, una de las drogas más peligrosas. Según sus propios relatos, tuvo a su disposición todo tipo de drogas en cualquiera de los países que visitó.
La enésima recaída
El jugador cayó en una vorágine de drogas, desesperación, depresión y locura. En su infierno particular, ni siquiera sus dos hijos podían ser razón suficiente para superar sus adicciones. Estuvo al borde del suicidio en varios momentos, consciente de que era una carga para su familia. Sus constantes recaídas estaban costándole la salud a su mujer. Herren relata que, en uno de sus constantes delirios, abandonó a su familia y vivió por unos días como vagabundo, después de beber alcohol junto a un sintecho en la calle.
Su historia parecía estar sentenciada. Fue ingresado en un centro de desintoxicación gracias a una antigua amistad de su madre, fallecida años antes. Poco a poco, Herren fue saliendo del hoyo, no sin contantes batacazos y recaídas. El director del centro donde Herren se encontraba internado le permitió salir unas horas de las instalaciones para poder asistir al nacimiento de su tercer hijo. Justo después de tal acontecimiento, Herren fue a buscar alcohol a una tienda de licores.
Al enterarse de este episodio, su mujer le dijo que si no volvía al centro para terminar su desintoxicación no querría volver a verlo jamás. Volvió, y allí coincidió con uno de los asistentes, quien, después de presenciar varios incumplimientos de las normas internas y al tanto del dolor que provocaba a su esposa e hijos, espetó a Herren:
“¿Por qué no llamas a tu mujer y la dejas en paz de una vez? ¿No te das cuenta de que estás hundiendo a tu familia?”
Superación
Chris Herren logró vencer al diablo. En la actualidad, se encuentra totalmente rehabilitado y se dedica a impartir conferencias y charlas a lo largo de los Estados Unidos para contar su historia y crear conciencia entre el público, especialmente los jóvenes, sobre el efecto de las sustancias.
Las drogas marcaron su carrera, que podría haber sido asombrosa, y su vida personal. Herren ya no juega en la NBA, pero sí puede enorgullecerse de haber salido adelante, de haber conseguido ser un ejemplo. Actualmente vive junto a su esposa e hijos, y comenta que, después de muchos años, puede rasurarse mirándose al espejo cada mañana.
Un documental que narra toda su vida
No te pierdas el documental sobre la vida de Chris Herren: