Imagina que tienes un amigo que consume al menos medio litro de gaseosa al día. Se dio cuenta de que era algo nocivo para él, así que decidió dejar de tomarla. De pronto, para sustituir ese hábito, comenzó a comer galletas de chocolate cada vez que le provocaba tomar gaseosa.
Hoy no hablaremos sobre gaseosas ni galletas de chocolate, pero con esto queremos darte una introducción al tema de las adicciones cruzadas. Vamos a conversar sobre qué son, por qué ocurren, cómo reconocerlas y, lo más importante, qué se puede hacer para enfrentarlas de una forma realmente útil.
Empieza hoy tu viaje de bienestar
Accede a una amplia red de psicólogos calificados. Empatía y experiencia a tu servicio.


Entendiendo las adicciones cruzadas
Las adicciones cruzadas ocurren cuando una persona que ha tenido una adicción, al intentar dejarla, comienza a depender de otra sustancia o comportamiento. Esto no siempre pasa de forma consciente. A veces, lo que parece una “alternativa inofensiva” se convierte en un nuevo foco de dependencia.
Este fenómeno puede involucrar tanto sustancias (como alcohol, medicamentos, cigarrillos o cafeína), como conductas (comer en exceso, usar redes sociales de manera impulsiva, comprar de forma compulsiva o incluso hacer ejercicio en exceso). Lo que tienen en común es que generan una sensación de alivio o placer parecida a la adicción original.
En algunos casos, las personas mantienen varias adicciones activas al mismo tiempo; en otros, sustituyen una por otra. Y ese reemplazo puede pasar desapercibido por un buen tiempo, hasta que vuelve a causar malestar.
- Artículo relacionado: "Cómo afrontar las recaídas en la adicción sin rendirse"
¿Cómo, cuándo y por qué ocurren?
Las adicciones cruzadas suelen aparecer en etapas en las que una persona deja una sustancia o comportamiento que le producía placer o alivio. Esto puede suceder durante la desintoxicación, en la etapa de abstinencia o incluso mucho tiempo después, cuando ya parecía que todo estaba bajo control.
Cuando una persona deja una adicción, su cuerpo y su mente necesitan tiempo para ajustarse. En ese proceso pueden aparecer ansiedad, dificultad para dormir, tristeza o una sensación de vacío difícil de explicar. Y, claro, frente a todo eso, es muy fácil que aparezca la necesidad de buscar algo que ayude a calmar ese malestar, aunque sea por un rato.
Por ejemplo, alguien que deja el alcohol puede empezar a consumir medicamentos para dormir, sin que nadie lo note al principio. O alguien que supera una adicción a los videojuegos puede comenzar a pasar horas en redes sociales con la excusa de “solo estar viendo cosas”.
Hay muchas razones por las que esto ocurre. Algunas personas tienen una predisposición más alta por temas genéticos, psicológicos o sociales. También influye mucho la falta de apoyo, los cambios en el entorno o el hecho de no tener herramientas claras para manejar el estrés, la tristeza o la ansiedad sin recurrir a una vía rápida de escape.
Y lo que es más complejo: muchas veces, esa nueva adicción no da señales claras de serlo. Como no es tan dañina a simple vista como la anterior, cuesta más identificarla y ponerle límites.
- Quizás te interese: "Las nuevas formas del Juego Patológico en la era de Internet"
¿Cómo se enfrentan las adicciones cruzadas?
Ahora sí, vamos a lo importante: ¿qué se puede hacer cuando hay una adicción cruzada, o para prevenir que aparezca durante un proceso de recuperación?
Lo primero es detectar la sustitución. Esto puede parecer sencillo, pero a veces no lo es. Una señal clave es preguntarse si el nuevo comportamiento o consumo está cumpliendo la misma función que cumplía la adicción anterior. Si se está usando para escapar de emociones, llenar un vacío o evitar un malestar constante, conviene prestarle atención.
A partir de ahí, lo ideal es trabajar con un enfoque terapéutico. La mayoría de las veces, se requiere acompañamiento profesional, porque estas adicciones suelen enredarse con la historia personal, el entorno familiar y los mecanismos emocionales que uno usa para sobrellevar la vida.
Los tratamientos más comunes combinan distintas herramientas, como:
- Terapia cognitivo-conductual, para identificar los pensamientos y hábitos que mantienen el ciclo de dependencia.
- Entrevista motivacional, que ayuda a fortalecer el deseo de cambio.
- Psicoeducación, para entender cómo funciona la adicción y aprender nuevas formas de afrontar el día a día.
- Trabajo con la familia o redes de apoyo, porque el entorno influye muchísimo, ya sea para bien o para mal.
También es importante cambiar el estilo de vida de forma más amplia. La única finalidad no es evitar ciertas sustancias o comportamientos, sino también crear nuevas rutinas, tener espacios de descanso real, relaciones más sanas, objetivos propios y una forma distinta de gestionar el estrés.
En casos más graves, puede ser necesario un tratamiento más intensivo, como una internación o una desintoxicación médica supervisada. Pero, incluso en esos casos, lo esencial sigue siendo el cambio de fondo en la manera de vincularse con el placer, el control, la ansiedad y las emociones. Y, algo que no se suele decir pero es clave: no todas las adicciones cruzadas aparecen por descuido. A veces, simplemente surgen porque dejar una adicción es complejo y el cuerpo busca compensaciones. Por eso, en lugar de culparse, es mucho más útil observar lo que está ocurriendo con honestidad y sin excusas.
Para reflexionar
Después de todo lo que hemos comentado, es evidente lo importante que es estar atentos a los cambios de comportamiento que se dan después de dejar una adicción, y no asumir que “todo está bien” solo porque se ha dejado atrás la sustancia o hábito más evidente.
Frente a las adicciones cruzadas, la mejor herramienta es la conciencia: saber cómo funcionamos, qué estamos buscando al actuar de cierta manera, y qué necesitamos para construir una vida menos dependiente y más elegida. Y, sí, eso se puede trabajar con ayuda profesional y también de la gente amada.


Newsletter PyM
La pasión por la psicología también en tu email
Únete y recibe artículos y contenidos exclusivos
Suscribiéndote aceptas la política de privacidad