El verano es una época del año donde toda la rutina se rompe con la llegada de las vacaciones, algo que, evidentemente, tiene un impacto en las relaciones de pareja. Precisamente de ello es de lo que charlaremos con la psicóloga Mar Estévez.
Charlando con Mar Estévez
Mar Estévez García es psicóloga y sexóloga con especialización en Psicología Clínica e Industrial, que cuenta con una trayectoria de más de 20 años de experiencia. Hoy tenemos la suerte de que visite Psicología y Mente para charlar acerca de los cambios en las relaciones de pareja ligados al verano.
¿Las vacaciones de verano suelen suponer un cambio cualitativo en las relaciones de pareja?
Y cuantitativo, pasamos de no vernos más que en horarios concretos y específicos para acciones comunes estructuradas a momentos en que el plano, la estructura se desdibujan y no hay límites ni fronteras definidos. Entramos en tierra de nadie. Y a medida que evolucionamos como personas, hemos de ser conscientes de que un par no evoluciona ni en deseos ni en necesidades al mismo tiempo y que si hay niños, hijos adolescentes, cargas familiares: “abuelos enfermos” en la propia residencia o en clínicas externas, si la sexualidad no existe más que en la imaginación, si uno de los pares no tiene ingresos, trabajo, actividades para cubrir el día de forma sana… Las vacaciones se convierten en un potencial infierno dónde todo lo que no había salido de ese caldo de cultivo puede estallar.
Recuerdo antes del COVID, como los pacientes dejaban su proceso en junio por cañas, playa, verbenas, rebajas y no volvían hasta octubre, si hijos, matrículas, libros, etc… Este año es un no parar. Las personas no saben qué quieren, cómo, no sueñan, no se atreven. Miran y señalan afuera o se están drogando de mil formas distintas para no enfrentarse a la realidad. Pero como digo siempre es mi humilde opinión personal y profesional.
¿Se puede decir que el periodo vacacional ayuda a abordar temas de la relación de pareja que hasta ese momento se consideraban tabú? Por ejemplo, en lo sexual.
Lo he introducido, humor negro sexóloga en la primera cuestión. Durante el año vamos tan de bólido y más en las situaciones que mencioné no somos 1:1… que en el momento en que dejas la rutina que además te proporciona oxitocina gracias a la disciplina, entramos en el Mundo de Oz. Es dónde dije digo digo Diego. Es que tú… Es que no me entiendes… Es que siempre es lo que tú dices… Pero fijaros, vemos la paja en el ojo ajeno, parecemos víctimas sin salida.
Siempre esperamos que el otro cubra todo y ya no somos bebés con abuelos o papis que nos aguantan o nos sueltan una guantáa o nos lo permiten todo. Somos adultos. Y si jugábamos al parchís, recordad, que cada familia juega a su manera, de pronto te encuentras en terreno desconocido, léase la oca, el ajedrez o las damas. Y todos queremos ganar sin esfuerzo.
Si en las pelis queda muy bien el polvo salvaje estilo Jessica Lange y Jack Nicholson, lo sé ha llovido mucho, encima de la mesa cocina tirando todo y echando un polvo salvaje… Y es cierto, la lluvia de adrenalina y testosterona puede llevarte a tener uno de los mejores actos sexuales de tu vida, un aquí te pillo, aquí te mato. O bromas a parte a las desgracias que escuchamos de tal pareja se han hecho daño mortal. Y digo pareja porque la violencia de género es mayormente masculina pero las mujeres no están mancas.
Pero una vez se ha producido este cambio, ¿el fin de las vacaciones hace que vuelvan las viejas dinámicas de pareja?
Si sobrevives al verano. Recuerda cuando eras niño cuando avanzaba el verano el aburrimiento hacía que desearas vuelta al cole. Sólo pensabas en los amiguitos claro. Y cuando se te acaba el libro de tareas vacacional, el deseo era más inmediato. Si encima compartes cenita o playa con algunas parejas, te comparas y buff.
Si resistes el verano en todos los sentidos y no te atreves a cerrar por vacaciones, no, por liquidación la relación, matricularte al gimnasio, las matrículas hijos, itv, lo que sea para no pensar en que no tienes valor para decir qué piensas, qué sientes, qué necesitas y depende de ti, mirarte al espejo humildemente y decir: Ésta soy yo. Quiero estar aquí. Y después ya saldrá el sol por dónde tenga que salir. Sólo tenemos una vida. El tiempo vuela, aunque estéticamente lo neguemos y lo estemos alargando. Y recuerda, tú no elegiste nacer, tus hijos tampoco. Permanecer sin hacer nada sí es tu decisión.
¿En vacaciones se producen significativamente más infidelidades que durante el resto del año?
Según mi experiencia, siempre se han cometido. Y habría que definir infidelidad porque con la imaginación, internet, salones de masaje de siempre, no hace falta que penetremos en otros terrenos, humor de sexóloga de nuevo. Es más difícil diría porque estamos más despendolados por la falta de rutina y cuesta mucho más justificar ausencias, gastos, de mente seguro. Mi experiencia profesional me dice que sería otoño y primavera, qué dicen la sangre altera.
¿Las expectativas de disfrutar del ocio durante varios días seguido puede hacer que los noviazgos y matrimonios insatisfactorios sean aún más frustrantes?
Si no tienen nada en común, sí. Recuerda que el enamoramiento son unos nueves meses, un año, quince meses a lo sumo… Estar atontolinado te hace aceptar cosas que en otras ocasiones y con otras personas te echarías las manos a la cabeza. Te frustras porque ves que no eres capaz de romper y poner punto final a la relación.
Que has caído: “ya cambiará” o “ya le cambiaré yo”. Qué hacemos, ya nuestros padres y antes, nos vamos a vivir juntos, actualmente, más que boda iglesia, es más preocupante la hipoteca y ya no te cuento quién: “Ay estamos embarazados” después de meses de terapia. Hablo de personas que la pareja se droga, etc… pero cómo la voy a dejar. Eso o te vas a hacer un viaje carísimo a un lugar paradisíaco, pantalla o luz de gas para no ver ni sentir la realidad y lo anterior viene después. Menos mal que somos el sapiens sapiens.
¿En casos en los que las vacaciones de verano contribuyan a que aparezca una crisis de pareja, qué suele ser más habitual: que ese “bache” aparezca en el periodo vacacional, o que aparezca justo después, cuando ambos se vean en la necesidad de volver a la rutina de siempre?
Ambos casos. Si durante el período se realiza ese viaje paradisíaco que decía solteros o en luna de miel. La de hiel puede aparecer para Navidad. Es como que se amplifica. Los baches están siempre y o eres un equipo, sin cabezas cortadas, y todos a una o hasta la mayor tontería os hará saltar y será esa chispa que se expande y te inunda y salen por tu boca sapos y culebras, todo lo que tenías guardado y ni lo sabías conscientemente, eso y palabras que ni sabías conocías. La violencia verbal hace tanto daño como la física. Cómo podemos cuestionar a las víctimas de violencia física, si cuando nos rompen en dos y avergüenzan seguimos ahí. ¿Por si acaso…? ¿Por si acaso qué…?
La rutina es una medicina pero no la solución. Hay que mirar con el corazón y a los ojos y decir te quiero pero no a mi lado. Hay amores que matan. No literalmente, si los sueños, las pasiones, la vida son 3 días, dos nublados y en cuanto cumples 40 corren que vuelan. Y, por desgracia, las apps de citas no buscan en el amor verdadero, más bien, “la pasión turca”.
¿Qué se puede hacer desde la terapia de pareja o la terapia sexual para ayudar a quienes están en una relación que pasa por uno de estos cambios?
Ser el espejo. Aunque te tiren una piedra y te resquebrajen. La canción de Mecano, “hacer balance de lo bueno y malo”… La imaginación: Y si un cometa viene en 3 meses y nos quita del medio a todos, qué echarás de menos, por qué, cuándo, cómo. Ídem que te aliviará y te quitará un peso de encima. No hablo de desearle al otro nada malo, si no ser realista y ver el toma y daca, que hacéis ahí, porque seguís ahí, para qué.
Y poner metas y fechas, hitos, retos, ejercicios y ver cómo reacciona cada uno y la pareja. Desde el principio, no lo he dicho pero que tire la primera piedra quién no pongas excusas o cuente o se cuente mentiras para seguir adelante. Cuando ya no cumplen su función, mírate al espejo, céntrate y asume: “A otra cosa mariposa”, cómo, lo que decimos en Coaching, si quieres un para qué, encontrarás la manera más adecuada de conseguir el objetivo. Feliz verano.