Goebbels: perfil psicológico del mayor manipulador de la historia

El jefe del aparato de propaganda nazi mostraba una serie de rasgos de personalidad característicos.

Joseph Goebbels
Este político de la Alemania Nazi destacó por su uso de la propaganda.Wikipedia Commons

La Segunda Guerra Mundial es uno de los mayores conflictos bélicos de la historia del que se tienen registros fiables, uno de los más documentados y de los más recientes y conocidos por parte de la población de gran parte del globo. El ascenso al poder de Hitler, la expansión del fascismo, la progresión y escalada del conflicto hasta alcanzar niveles globales y el Holocausto son aspectos que la mayor parte de nosotros conoce.

Pero más allá del propio Hitler, tal vez no sea tan conocido el importante papel que los diferentes mandos nazis tuvieron en el conflicto y los hechos que ocurrieron durante la guerra. Uno de ellos, Joseph Goebbels, es considerado uno de los mayores manipuladores de la historia al ser el encargo de expandir, enardecer y gestionar la ideología nazi y la información respecto al conflicto como ministro de propaganda del régimen.

En este artículo presentamos un breve perfil psicológico de Joseph Goebbels, este alto mando nazi.

Joseph Goebbels: ¿quién fue?

Joseph Goebbels es una figura de gran importancia dentro del nazismo, considerado como uno de los mayores manipuladores de la historia debido al importante papel que tuvo como “Ministro de Ilustración Popular y Propaganda” al utilizar los medios para ofrecer información sesgada a los medios que facilitaron el control y dominio del régimen sobre la población de las diferentes zonas en las que se estableció, además de fomentar el miedo y alentar a la población contra colectivos concretos. Se caracterizó por emplear diversos medios, tales como la radio, los periódicos o el cine.

Goebbels utilizaba métodos diversos con los que manipular la información que proporcionaba a los ciudadanos sometidos al régimen nazi, creando diferentes máximas o principios para ello. Entre ellos destacan la individualización y agrupación de los adversarios bajo la idea de que se trata de un único enemigo, la generación de elementos inventados pero verosímiles para confundir y centrar la atención en aspectos ajenos a las noticias reales (como cuando se perdía una batalla), la exageración de situaciones para transformarlas en amenazas y el silenciamiento de aquellas noticias que favorecieran opiniones contrarias a lo estipulado, la pretensión de comunicar la opinión mayoritaria para favorecer la adscripción a la información transmitida o la adaptación de las informaciones al nivel popular.

También empleaba la repetición de la misma historia desde diferentes puntos de vista para transformarla y la generación continua de noticias para generar un flujo fuera del cual fuera difícil organizar una comprobación de cada una de ellas. Frecuentemente se adjudicaba los errores propios a los enemigos y se trataba de generar emociones potentes como el odio hacia sectores de la población (los judíos especialmente) para promover el apoyo y el mantenimiento del poder del régimen.

El papel de Goebbels en el mando nazi fue muy importante, aunque algunos autores consideran que se ha sobreestimado su posición y que no era tenido en cuenta a la hora de tomar decisiones. También se discute si su vinculación con Hitler, al cual veneraba, era tan estrecha como él parecía creer. En cualquier caso, su rol y acciones condujeron y propiciaron el mantenimiento del poder del nazismo, la propagación del antisemitismo y la persecución a éste colectivo.

Perfil psicológico de Goebbels: dificultades para establecer un perfil

A pesar de que Goebbels ocupó una posición importante y se tiene constancia de numerosos aspectos de su vida, no resulta sencillo realizar un perfil psicológico completamente válido o fiable. Dado que no se tiene constancia de que se realizara ninguna evaluación psicológica del sujeto y no hay posibilidades de realizarla al haber fallecido el sujeto, no es posible realizar un perfil psicológico exacto o adecuado.

De este modo es únicamente a partir de los datos existentes sobre sus actuaciones, los registros de su actividad y las declaraciones de allegados que es posible extraer la presencia de posibles factores de personalidad.

Aspectos inferidos a partir de su papel, actuación y declaraciones

Si bien no resulta posible establecer un perfil completamente válido de Joseph Goebbels, a continuación se destacan algunos de los rasgos de personalidad más notorios que reflejan sus acciones y actitudes a lo largo de su vida.

Sentimientos de inferioridad y autodesprecio

Goebbels era un hombre que desde la infancia se destacó por la existencia de una malformación en el pie derecho provocada por una osteomielitis que haría que fuese cojo durante toda su vida. También era corto de estatura y de complexión débil.

Asimismo a lo largo de su educación la capacidad económica familiar era precaria, con lo que tuvo que depender de la caridad de conocidos y allegados. Todo ello contribuyó a que Goebbels interiorizada una mala imagen de sí mismo, denominándose en más de una ocasión repugnante o pobre diablo.

Resentimiento

Los anteriormente citados sentimientos de inferioridad hicieron de él un hombre resentido, debido a que a menudo fue humillado en la infancia y ya en la adultez acumulara diversos fracasos como el no ser aceptado en el ejército por su discapacidad, fracasos amorosos y fracasos en sus aspiraciones como escritor.

Este resentimento se vería potenciado por la derrota y las condiciones de la Alemania de después de la Primera Guerra Mundial, y haría que se adscribiera al régimen nazi y que posteriormente extendiera el odio hacia los judíos y la expansión de la ideología de Hitler y su partido.

Astucia e inteligencia

Ya desde pequeño Goebbels destacaba por una elevada inteligencia, y en la adultez diseñó y aplicó una gran cantidad de mecanismos propagandísticos teniendo en cuenta los diferentes medios a su disposición (empleando el conjunto de los medios de comunicación y las artes para ello).

Elevada capacidad de manipulación

Goebbels no llegó al puesto de ministro de propaganda por azar: se caracterizaba por saber canalizar y transformar las emociones, actitudes y creencias de la población alemana de la época y dirigirla. Asimismo era buen conocedor de la comunicación humana y sus efectos, así como de la persuasión. Era común que tergiversara los hechos de cara a que diferentes catástrofes y masacres fueran entendidas por la sociedad como algo necesario y positivo, se relacionara con el enemigo y ocultara diferentes hechos e informaciones a la comunidad.

Necesidad de reconocimiento y dependencia

Una de las características más notorias de Goebbels era su necesidad de ser reconocido, derivada de su sentimiento de inferioridad y de su narcisismo. Esta necesidad de reconocimiento se observa a menudo en la abnegación y el trato hacia su líder, a quien llegaría a tratar como si fuera un mesías.

Meticulosidad

Otro de los rasgos que parecen despuntar del ministro de propaganda nazi es la existencia de un elevado grado de meticulosidad. Ello es perceptible en el hecho de que tuvo en cuenta no solo los medios más habituales como la radio y la prensa sino también el conjunto de las artes a la hora de elaborar su propaganda, así como en la elaboración de un sistema que permitiera mantener a la población controlada y dirigida hacia los ideales e ideologías del nazismo.

Deseo de poder

Otro aspecto extrapolable a partir de la conducta de Goebbels es la presencia de un fuerte deseo de poder, vinculado a la necesidad de reconocimiento. Ello le conduciría a codearse con miembros de la alta sociedad alemana y su gran implicación en la formación de un aparato de propaganda intrincado que encumbrara a Hitler y al nazismo.

Fanatismo

Goebbels manifestaba, tanto a nivel público como en sus diarios, un exacerbado nivel de fanatismo hacia Hitler y el nazismo. A pesar de que en alguna ocasión no estuvo de acuerdo con sus decisiones, le consideraba un mesías y poco menos que un semidiós, según indica su diario. Este fanatismo puede verse en sus discursos, especialmente en aquellos realizados durante los últimos días de la guerra en los que pedía o la victoria o el sacrificio de su pueblo.

Dramatismo

Tal y como sucede con otros dirigentes nazis como el mismo Hitler, Goebbels tenía facilidad para recurrir al dramatismo, tanto en su oratoria como en su vida personal. También puede verse en el modo de acabar con su vida, suicidándose junto a su esposa tras matar a sus hijos un día después de que su líder hiciera lo mismo (lo que a su vez es reflejo de su fanatismo hacia su líder y hacia los ideales del nazismo).

Falta de empatía y crueldad

Los mensajes transmitidos y la manipulación de la imagen de personas y colectivos como los judíos o los soviéticos hacen pensar en una falta de empatía, arrojando a la población a odiar a parte de la ciudadanía, justificando asesinatos y matanzas, organizando disturbios o incluso estipulando durante su etapa como jefe de distrito de Berlín la deportación de todos los judíos de su distrito hacia Auswitch y otros campos de concentración.

Narcisismo

Según Longerich, autor de una de las últimas biografías de Goebbels y basada en gran medida en los diarios de éste, Goebbels poseía rasgos narcisistas. Tendía a exagerar sus logros, a considerarse un intelectual y a deformar la realidad para que se ciñera a su ideal. También tenía una elevada necesidad de reconocimiento y era frecuente que buscara el contacto con la élite social. Asimismo, es característica su falta de empatía hacía el pueblo judío o la arrogancia con la que se refería a sus enemigos.

Referencias bibliográficas:

  • Doob, L.W. (1985). Goebbels y sus principios propagandísticos. En De Moragas, M. (ed.): Sociología de la comunicación de masas. Barcelona; Gustavo Gili
  • Longerich, P. (2012). Goebbels. Una biografía. RBA Libros.
  • Thacker, T. (2010). Joseph Goebbels. Vida y muerte. Navarra, España: Planeta.

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