Psicología pericial en el ámbito laboral: qué es y para qué sirve

Estos son los aspectos en los que la psicología forense y la psicología organizacional se solapan.

Psicología pericial en el ámbito laboral

Dentro de los múltiples ámbitos de la psicología forense, el laboral es uno de los que están más en auge en los últimos años.

En este artículo exploraremos las principales casuísticas que esta rama de la psicología jurídica encuentra dentro del mundo de las organizaciones.

La psicología pericial en el ámbito laboral: características y funciones

La Psicología cada vez está más presente en nuestras vidas, y siendo el trabajo una de las principales actividades del ser humano, este campo no iba a ser una excepción. Es por eso que la psicología forense en el ámbito laboral está adquiriendo cada vez más importancia, y es que la labor del perito psicólogo es imprescindible para ayudar a valorar una serie de patologías y otras cuestiones relacionadas con el entorno organizacional.

Además, la salud en el trabajo es una preocupación de total actualidad, y la legislación relativa a ello cada vez es más rica y amplia. Esto hace que hoy en día se contemplen una serie de patologías de carácter psicológico, asociadas a la actividad laboral, que en ocasiones requieren de un informe pericial para demostrar su existencia y tomar las medidas judiciales oportunas para atajar la situación.

Pero en realidad la labor del psicólogo forense laboral puede ser mucho más amplia, puesto que esta disciplina aborda problemáticas muy diferentes. Se pueden englobar en cuatro tipos diferentes.

1. Capacidad para ser contratado

Por normativa legal, para firmar un contrato de trabajo, la persona ha de estar en plenas facultades psicológicas para obrar, por lo que pueden darse casos en los que, al existir determinada psicopatología, el psicólogo forense ha de redactar un informe pericial que permita discernir si la persona está capacitada o no para desarrollar la actividad laboral.

2. Aptitud para poder trabajar

Otro campo en el que puede actuar el perito psicólogo laboral es el que tiene que ver con la aptitud laboral, suponiendo que un caso haya llegado a los juzgados al haber un desacuerdo sobre si un trabajador está capacitado para ejercer un determinado trabajo, al contar con una patología psicológica que, presuntamente, le estaría limitando o impidiendo realizar determinadas tareas, imprescindibles para ese puesto.

3. Incapacidad e invalidez

Por supuesto, la función de la psicología pericial en el ámbito laboral es fundamental para evaluar determinados casos de incapacidad o invalidez cuyo origen provenga de una psicopatología.

En este caso, el perito tendría que evaluar, primero, si realmente existe dicha psicopatología, y segundo, si esta está impidiendo realmente el ejercicio normal de sus tareas en ese puesto de trabajo o en cualquiera. Este informe será crucial para la posterior determinación del grado de incapacidad concedido, o bien de invalidez, si es que el informe concluye que, efectivamente, el trabajador se está viendo impedido por las causas expuestas

Al igual que con las dolencias físicas, estas evaluaciones son imprescindibles para que un profesional, en este caso el perito psicólogo, se asegure de que no se está dando una simulación, pues es una problemática relativamente habitual en el contexto de las indemnizaciones y de los subsidios, y por ello requiere de las máximas garantías para evitar el fraude.

Pero también existen los casos opuestos, en los que el afectado, a pesar de, efectivamente, tener una patología que le impide realizar sus tareas, trata de disimular para regresar a su puesto cuanto antes. Igualmente, estos casos han de ser identificados, para garantizar su salud ante todo.

4. Psicopatología laboral

Por último, otra de las importantes tareas del psicólogo forense dentro de la empresa sería evaluar si una psicopatología ha sido fruto de un accidente de trabajo, y por lo tanto ha de ser considerada como tal a efectos legales (prestaciones, plazos, etc.).

Factores de riesgo psicológicos en el trabajo

El contexto laboral es uno de los entornos en los que el ser humano pasa más tiempo en su día a día, y por lo tanto resulta clave tener controlados todos los factores de riesgo psicosociales que pueden generarse en el lugar de trabajo, pues de lo contrario los empleados podrían sufrir consecuencias en su estado de salud, que pueden ir desde los primeros síntomas del estrés hasta dolencias crónicas que afecten a nivel muscular, cardíaco, respiratorio, digestivo, dermatológico, dentro de los síntomas físicos, pero por supuesto también a nivel psicológico. De hecho, generalmente suele darse una combinación de sintomatología física y psicológica.

Estos factores se considerarían, por lo tanto, riesgos laborales, y la organización debe velar por eliminarlos o reducirlos en la medida de lo posible para que los trabajadores no sufran consecuencias o lo hagan de forma mínima. Aquí entra un aspecto importante, y es que es fundamental tener en cuenta las características de la persona, ya que los factores psicosociales se dan por la interacción entre el individuo y el entorno.

Por ejemplo, una tarea que una persona determinada realiza sin ningún tipo de problema, como puede ser llamar por teléfono a clientes para venderles un producto, puede suponer un reto inabordable para otra persona diferente, que sufrirá una gran ansiedad cada vez que descuelgue el teléfono para llamar.

Para evaluar todos estos riesgos se utilizan tanto métodos cuantitativos, ya sean cuestionarios y demás, fáciles y económicos de realizar, como cualitativos, donde entrarían entrevistas más amplias, que nos aportan mucha más información pero también son más costosas a nivel de recursos.

Psicopatología laboral

Ahora exploraremos algunas de las problemáticas psicopatológicas que pueden darse más habitualmente en el entorno de trabajo, a raíz de los factores de riesgo psicosociales vistos anteriormente.

1. Estrés en el trabajo

El estrés laboral es la patología más frecuente en este contexto. Conlleva una serie de síntomas tanto fisiológicos como emocionales. Su aparición está causada por la percepción de una discordancia entre los recursos físicos y psicológicos que la persona posee y las imposiciones de su puesto de trabajo. Dicho desequilibrio puede provenir de las condiciones ambientales (ruido, luz, etc.), las características de las tareas a realizar (por ser repetitiva, compleja, etc.), roles poco claros, relaciones interpersonales problemáticas, y más.

Las causas más habituales suelen ser una carga excesiva de trabajo, problemas de relación con los superiores o los compañeros o una percepción de no control sobre la actividad a realizar. Pero, como ya hemos dicho, todas estas cuestiones dependen en gran medida de las características de la propia persona, puesto que lo que desencadena estrés laboral para uno no lo hace para otros, es una cuestión que depende de cada individuo, lógicamente.

Como el estrés en el trabajo puede provenir de causas muy diversas, la forma de evaluación ha de ser amplia, de manera que no se nos escape ninguno de los factores que pueden estar afectando al empleado. Además, como ya hemos visto, han de estudiarse siempre en relación al sujeto, ya que la percepción siempre va a ser subjetiva y lo que importa es cómo lo siente el individuo, porque es lo que realmente le está afectando.

Por último, es importante tener en cuenta que el estrés se vuelve patológico cuando está mantenido en el tiempo o cuando su intensidad es demasiado alta, puesto que un pico de estrés en un momento puntual no constituiría una psicopatología. De hecho, muchos estudios confirman que un nivel moderado de estrés hace a las personas más eficientes en su desempeño.

2. Síndrome del quemado

El síndrome del quemado o de burnout es un concepto que se ha popularizado en los últimos tiempos. Tendría lugar cuando la situación de estrés en el trabajo se ha mantenido durante tanto tiempo que sus efectos se han hecho crónicos. Una persona que sufre de burn-out va a tener una concepción muy negativa de su trabajo así como de aquellos que allí se encuentran. Experimentará un agotamiento mental y se sentirá despersonalizado e ineficaz.

Igualmente, para evaluar este trastorno es necesario contemplar absolutamente todas las variables que puedan estar afectando, pero lo que es más importante, también la percepción de la propia persona de las mismas, pues es la clave que va a explicarnos de dónde procede el problema. Existen escalas específicas para evaluar el burnout, como el MBI.

3. Acoso psicológico

Otro fenómeno del que se ha escrito mucho en los últimos años es el mobbing, o acoso psicológico en el trabajo, ocupando multitud de estudios dentro de la psicología pericial en el ámbito laboral.

Es muy importante no confundir posibles dificultades interpersonales, con superiores o compañeros, de la conducta que realmente supone el mobbing, y que consiste en un maltrato psicológico continuado hacia el individuo. Las causas de este hostigamiento pueden estar relacionadas con propios factores del trabajo, pero no necesariamente ha de ser así.

Para poder hablar de mobbing, el acoso psicológico ha de prolongarse en el tiempo, no puede ser un único evento sucedido de manera aislada (lo cual sería un conflicto inter-personal). Estas conductas se ejercen desde una posición de poder que no tiene por qué corresponderse con la jerarquía que se ocupa en la empresa, puesto que el acoso puede provenir de un compañero de igual categoría e incluso de un subordinado.

Las formas en las que se puede acosar psicológicamente en el trabajo se agrupan en estas cinco categorías:

  • Conducta contra la reputación.
  • Conducta contra el desempeño del trabajo.
  • Manipulación de la información.
  • Trato desigual.
  • Degradación en el organigrama.

Es fundamental identificar los casos de acoso psicológico cuanto antes y ponerles fin, pues sus repercusiones van mucho más allá de lo laboral, pudiendo desencadenar efectos físicos, psicológicos e incluso problemas en sus relaciones sociales y familiares. En los casos más extremos puede llegar a desembocar en suicidio, por lo que se trata de una cuestión muy seria que debe ser controlada para que no ocurra nunca, y si ocurre, que se resuelva con la mayor rapidez.

Referencias bibliográficas:

  • Clemente, M. (2016). Manual de psicología jurídica laboral. Madrid. Delta Publicaciones Universitarias.
  • Trijueque, D.G., Acevedo, R.T., Marina, S.D. (2017). La psicología forense en el ámbito laboral: una aproximación teórica. Praxis.
  • Trijueque, D.G. (2007). El acoso psicológico en el lugar de trabajo: una aproximación desde la psicología forense. Psicopatología Clínica Legal y Forense.

Luis Martínez-Casasola (Madrid, 1988) se licenció en Psicología en la UAM y cuenta con un máster en Psicología Forense por la URJC y el COP de Madrid, así como con una especialización en recursos humanos. Tras varios años de experiencia en la redacción de contenidos web, ahora colabora como divulgador para medios especializados en el ámbito de la Psicología y la salud.

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