“Mujer de 28 años hallada muerta en su casa. Su marido llamó poco después a las fuerzas policiales con el fin de confesar su asesinato, para posteriormente dispararse en la cabeza con una pistola”
Este tipo de noticias, lamentablemente, son publicadas o emitidas con cierta frecuencia por los medios de comunicación ante la comisión de un delito. Cuando ocurren este tipo de actos, los servicios policiales y la justicia actúan, investigando lo sucedido y teniendo en cuenta una amplia variedad de conocimientos a la hora de determinar qué ha podido ocurrir y por qué ha ocurrido, en base a las pruebas.
La ciencia que se ocupa de estudiar el delito y sus causas, las maneras de evitarlo y la manera de actuar con los delincuentes es la criminología. Sin embargo, hay un elemento imprescindible que no aparece entre los anteriores… ¿Dónde queda la víctima? Existe una disciplina, actualmente insertada dentro de la criminología, que se encarga de su estudio: la victimología.
¿Qué es la victimología?
Acuñado por el psiquiatra Fredric Wertham, este término hace referencia a la disciplina científica derivada de la criminología que estudia a las víctimas de la delincuencia en las diversas fases de victimización.
La creación de esta disciplina ha permitido tanto el estudio como el tratamiento de víctimas y familiares de todo tipo de delitos, que la criminología tradicional ignoraba para centrarse en la figura del delincuente. Se trata de una disciplina científica relativamente joven, hallándose sus inicios científicos en los años treinta.
Dicha disciplina tiene numerosas variantes que han ido focalizando su atención en diferentes aspectos y teniendo diversas interpretaciones de la realidad. Sin embargo, todas las teorías y perspectivas habidas tienen en común su objetivo de estudio.
Se puede decir que, de algún modo, la victimología centra su atención precisamente en las personas que se encuentran en una mayor situación de vulnerabilidad y que, por consiguiente, son las primeras que necesitan que se estudie el tipo de experiencias por las que pasan, sus fuentes de malestar y las posibles soluciones.
Objeto de estudio de la victimología
El principal objeto de estudio de esta disciplina es la víctima y sus características, así como su relación con el delincuente y su rol dentro de la situación delictiva.
Concretamente se analiza el conjunto de factores que provocan que la persona se convierta en víctima, tanto si la situación ha sido provocada por una segunda persona o se debe a la propia actuación o azar (como un accidente laboral por ejemplo), la relación de los hechos con la ley vigente y la posible reparación de daños y la relación entre los aspectos que pueden provocar que una persona sea víctima y la ocurrencia del crimen.
¿Qué es una víctima?
Para comprender mejor este objeto de estudio, cabe definir qué se entiende por víctima. Según la resolución 40/34 del 1985 de la Asamblea General de la ONU, se entiende como tal el sujeto/os que hayan sufrido daños físicos, psicológicos o emocionales, o un ataque y disminución de sus derechos fundamentales como consecuencia de acciones u omisiones que violen la legislación.
Del mismo modo, sus allegados o personas que hayan sufrido daños por asistir a la víctima también serán considerados como tales.
Así pues, se entiende que el daño que experimentan las víctimas no es un fenómeno aislado que solo afecta individualmente, sino que quien la sufre está insertado en un tejido social por el que se transmite el malestar y el deterioro de la calidad de vida.
Metodología
Como disciplina científica, la victimología se ha situado siempre en una posición empirista, haciendo hipótesis inductivas a partir de los casos observados. De este modo, requiere de encuestas y observaciones de casos y víctimas para poder desarrollar hipótesis válidas que puedan contribuir a explicar los procesos de victimización.
Elementos biopsicosociales, relación con el sujeto que comete el crimen y el crimen son pistas fundamentales de cara a elaborar un estudio consistente de la víctima y su situación en el crimen. Sin embargo, esta ciencia debe tener en cuenta tanto la necesidad de su uso inmediato como la de asemejarse a otras ciencias naturales y sociales.
Las técnicas empleadas son la observación de la realidad, el estudio y análisis de casos y estadísticas, entrevistas y técnicas provenientes de otras ciencias tales como psicología, medicina, historia, economía o informática, entre otras.
El principal mecanismo por el que la victimología puede actuar es a través de la denuncia de un crimen, junto a la testificación de los afectados. Incluso la ausencia de estos elementos resultan una fuente importante de información, habida cuenta de que se refleja la postura de los diversos grupos sociales e individuos respecto al sistema.
Tipos de víctimas
Como ciencia que estudia a las víctimas de infracciones penales, numerosos autores han realizado diversas clasificaciones sobre tipologías de víctimas.
Una de ellas es la de Jiménez de Asúa, quien divide a las víctimas en:
1. Víctima determinada
Se considera como tal aquella que es escogida voluntariamente por el criminal, no siendo su elección producto del azar. Un ejemplo serían los crímenes pasionales, venganzas o crímenes llevados a cabo por familiares o allegados.
2. Víctima indiferente
Escogida al azar. El crimen podría realizarse con cualquier otra persona sin que ello produjera ningún cambio en el criminal. Un ejemplo de ello podrían ser el fraude o los timos, como los trileros. También se observa en algunos actos criminales llevados a cabo por psicópatas y asesinos en serie.
3. Víctima resistente
Aquella víctima que es capaz de presentar resistencia y defenderse, o que es atacada a causa de o a sabiendas de que el sujeto iba a defenderse.
4. Víctima coadyuvante
No siempre que se da una situación en que un sujeto es víctima de un crimen éste es un sujeto sin vinculación con el hecho criminal. De este modo, existen víctimas que participan de forma activa en el delito, si bien es posible que actúe bajo coacción.
Papel en la protección de la víctima
Al margen de estudiar a la víctima y el proceso a través de la cual se ha convertido en tal, la victimología también tiene un papel muy destacado en la actuación posterior al crimen.
Concretamente, su ámbito de estudio permite la creación de servicios a las víctimas, contribuyendo junto a psicólogos y otros profesionales a preparar programas de asistencia, como la creación de centros de crisis, pisos de protección oficial, programas de protección de testigos. Asimismo, la información y el apoyo prestados a las víctimas son en general los servicios más importantes.
Por otro lado, también se realizan esfuerzos para prevenir las dinámicas de relaciones personales que suelen generar la aparición de víctimas. De este modo, la victimología está en contacto con muchas ramas de la psicología y las ciencias forenses.
Precaución ética
Como ciencia que establece un estrecho contacto con las víctimas de delitos, la victimología debe tener especial precaución en los procedimientos empleados a la hora de ejercer su actividad. Hay que tener en cuenta que la víctima de un delito, además de sufrir el delito per se, se ve sometida al estrés y tensión que produce el proceso de investigación (reviviendo asimismo el suceso, muchas veces traumático), y posteriormente lidiar con las consecuencias (físicas, psicológicas, sociales o laborales) producidas por el delito.
En este sentido, la victimología ha de procurar no causar con su aplicación en la práctica no causar una victimización secundaria y/o terciaria, es decir ha de procurar prevenir la realización de daños en la víctima por el mero hecho de relatar, repetir o revivir experiencias traumáticas, tanto a nivel institucional como social.
Referencias bibliográficas:
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