¿Somos más inteligentes que nuestros ancestros? Seguramente te has preguntado esto en diversas ocasiones. A priori, todo apunta a que sí. Avances tecnológicos, en medicina, en técnica espacial… en fin, el siglo XXI se abre con un sinnúmero de novedades que hacen pensar que sí, que, efectivamente, nuestro CI es más elevado que el de nuestros antepasados.
Sin embargo, un reciente estudio desmiente esta idea. Y es que la investigación, publicada recientemente en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, ha demostrado que, desde los romanos, el CI (cociente intelectual) de los europeos ha caído en 2,5 - 3 puntos, y todo apunta a que se debe a la contaminación por plomo por inhalación.
Contaminación por plomo en los europeos: el secreto está en Groenlandia
El equipo de investigadores, liderado, entre otros, por Joseph R. McConnell (Desert Research Institute, Reno), han analizado placas de hielo provenientes de Groenlandia que corresponden al periodo romano de Europa. En ellas, han encontrado rastros evidentes de altos niveles de plomo, que los pobladores europeos inhalaron y por los que sufrieron una elevada contaminación. ¿Cómo llegaron los niveles de plomo a ser tan altos? El equipo de McConnell relaciona el hallazgo con las minas y las fundiciones de plata romanas.
Históricamente, se conoce que los romanos ejercieron una importante actividad minera en toda Europa, por lo que no es descabellado proponer que fue precisamente este dinamismo en la minería lo que provocó una notable contaminación del aire que alcanzó a todo el continente.
El hecho incuestionable de que el plomo llegara hasta una región tan apartada como Groenlandia es suficientemente sugerente como para concluir que la polución llegaba a todos los puntos del Imperio romano, con las consecuencias que esto tuvo para sus habitantes.
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Veneno en la sangre
Investigaciones en poblaciones modernas demuestran lo altamente peligroso que puede ser el plomo para la salud. Se trata de una neurotoxina que puede provocar alteraciones severas, como discapacidades cognitivas, trastornos mentales e incluso problemas de infertilidad.
En realidad, cualquier flujo sanguíneo humano contiene plomo, pero si sus niveles exceden de los 3.5 µg/dL se requieren pruebas inmediatas. La presencia de altas cantidades de plomo en el organismo es altamente tóxica y constituye un auténtico veneno en la sangre, que la reparte luego a todas las partes del cuerpo.
Tendemos a pensar que la contaminación es cosa de la modernidad, pero el caso es que se han encontrado pruebas fehacientes de que la polución por plomo ha estado presente desde que el ser humano inició su actividad productiva. De sobras conocido es el caso de Ludwig van Beethoven: tras analizarse sus cabellos, se encontraron elevadas cantidades de plomo y de mercurio, seguramente provocadas por la contaminación del pescado del Danubio.
Pero, más allá de los diversos problemas de salud que comporta, ¿puede la contaminación por plomo llegar a revertir el crecimiento del CI o cociente intelectual humano?
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Un poco menos inteligentes que los romanos
El estudio concluye que, efectivamente, puede estar relacionado el aumento de los niveles de plomo y el descenso del CI. Los niveles de exposición al plomo en la época de la Pax Romana (esto es, entre el 27 a.C. y el 180 d.C.) resultaron ser increíblemente elevados: nada menos que un tercio de lo que eran en Estados Unidos durante la década de 1970. Más todavía: según McConnell, los niños estadounidenses, en la actualidad, no están expuestos a tanto nivel de plomo como los habitantes del Imperio romano…
Pero ¿cómo es posible que se emitiera tanto plomo en época romana? El investigador es claro en este sentido: por cada onza de plata, se producían aproximadamente 10.000 onzas de plomo, por lo que, mientras que los romanos fabricaban la ansiada plata, estaban introduciendo en la atmósfera una gran cantidad de plomo, que posteriormente inhalaban.
Esta inhalación produjo, según el estudio, una recesión importante en el cociente intelectual de los europeos. En concreto, los habitantes de la antigua Hispania son los que salen peor parados, pues, según McConnell, al vivir cerca de las minas más importantes, son los que respiraron más cantidades de plomo. Por otro lado, es necesario tener en cuenta también otras fuentes de contaminación, como, por ejemplo, el vino “envenenado”, al que se filtraba el plomo de los recipientes.
¿La caída del imperio romano… por plomo?
Algunos investigadores van más allá y emiten unas conclusiones que no pueden sino sonarnos un tanto sensacionalistas. Y es que ciertos eruditos de la década de 1980 admitieron que el plomo tuvo mucho que ver con la caída del imperio romano, al envenenar y enajenar a las élites romanas.
Por supuesto, esto es decir mucho, y, sobre todo, es ignorar todo el resto de las circunstancias que llevaron a la caída del imperio. En otras palabras, se trata de un reduccionismo que, de tan simple, es absurdo. Porque, si el plomo hubiera sido capital a la hora de desintegrar el imperio, también lo habría sido en el caso de los imperios posteriores, expuestos a los mismos niveles de plomo que sus antecesores.
Queda por confirmar la relación exacta entre el envenenamiento por plomo de los romanos (cuyos altos niveles están suficientemente demostrados) y el descenso del CI de la población europea en 2.000 años de historia. El estudio sigue abierto.
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