Podemos leer que el hombre llegó a la Luna o que nunca lo logró, observar el informe de los resultados de un experimento científico o podemos ver por televisión lo que creemos que puede ser una manifestación multitudinaria.
Podemos creer en ello o no hacerlo, teniendo en cuenta que lo que nos llega de los medios, lo que leemos, lo que nos cuentan… todo ello puede ser, producto de un error o deberse a intereses u opiniones sesgadas.
Hoy en día tenemos que ser capaces de dudar de todo, reflexionando y evaluando lo que percibimos y/o lo que nos comunica. Es por ello que podemos preguntarnos por la capacidad para realizar esta criba. ¿Qué es el pensamiento crítico y cómo desarrollarlo?
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Pensamiento crítico: definiendo el concepto
El pensamiento crítico es la capacidad manifestada por el ser humano para analizar y evaluar la información existente respecto a un tema o determinado, intentando esclarecer la veracidad de dicha información y alcanzar una idea justificada al respecto ignorando posibles sesgos externos.
Aplicamos el pensamiento crítico para intentar discernir la realidad de lo que nos dicen y percibimos a partir del análisis de los razonamientos empleados para explicarla. De una forma análoga a lo que proponía Descartes, se trata de dudar de las informaciones, dogmas y axiomas absolutos que nos rodean hasta que nosotros mismos podemos darles veracidad o por lo contrario ignorarlas. Con ello, se busca tener una idea justificada de la realidad y no aceptar ciegamente lo que otros nos digan.
Este tipo de pensamiento, vinculado con el escepticismo, ayuda al ser humano a crear su propia identidad, apareciendo a lo largo del desarrollo y siendo especialmente visible en la adolescencia y a partir de ella. No se trata de llevar la contraria al mundo, sino de ser capaces de elaborar nuestro propio punto de vista en base a la comprobación y contrastación de datos. Lo que se pretende con el pensamiento crítico es eliminar falacias y sesgos que comprometen la objetividad de los datos investigados.
El pensamiento crítico está muy relacionado con otras capacidades tales como la creatividad, la lógica o la intuición, permitiéndonos elaborar nuevas estrategias y formas de ver y percibir las cosas. Tener buena capacidad de pensamiento crítico nos ayuda a evitar el conformismo y a avanzar como seres humanos, evitando que existe un único modo de ver el mundo.
Pensamiento crítico y no desiderativo
Antes hemos indicado que el pensamiento crítico nos sirve para no dejarnos llevar por la opinión de los demás y considerar esta algo totalmente cierto y correcto. Sin embargo, no hay que confundir el pensamiento crítico con actuar en base a nuestros impulsos.
Si bien ser crítico con lo que se da por cierto es de gran ayuda para superarnos y crear nuevos modos de ver el mundo, eso no quiere decir que tengamos que depender de lo que creamos sin más. Ello podría llevarnos a pensar que lo que deseamos o pensamos de algo es la verdad, lo que a su vez puede llevarnos a cometer sesgos cognitivos.
Por ejemplo, una persona con depresión mayor puede creer que su estado no va a cambiar nunca y que todo aquello que intente no tiene la menor importancia. Ello no quiere decir que así sea, encontrando (sea solo o con ayuda profesional) en su vida cosas positivas que le ayudarán a mejorar su estado.
El pensamiento crítico en sí implica ser capaz de dejar de lado las diferentes falacias y sesgos para centrarse en buscar una verdad lo más justificada y razonable posible, buscando pruebas y evidencias respecto a que lo que se dice o hace sea verídico. Se basa en la búsqueda de la objetividad, obviando los elementos subjetivos y manipulativos que otras personas o incluso uno mismo puede introducir en el análisis de la información.
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¿Qué habilidades implica tener pensamiento crítico?
Hemos hecho una descripción de lo que es pensamiento crítico. Sin embargo cabe preguntarse ¿qué es necesario exactamente para tenerlo? Tener un pensamiento crítico supone que el individuo que lo tiene posee en algún grado las siguientes habilidades o rasgos.
1. Capacidad de reflexión
Para ser capaz de tener una mentalidad crítica es necesario ser capaz de reflexionar sobre las cosas en términos abstractos. Es decir, ser capaz de asociar la información que nos llega con su significado a un nivel tanto superficial como profundo, así como las implicaciones que dicha información tiene con respecto al resto de la realidad.
2. Flexibilidad
El pensamiento crítico implica la capacidad de dudar de que lo que percibimos o creemos percibir sea cierto, aceptando la posibilidad de que existan otras alternativas diferentes de la o las propuestas. Así, es necesaria cierta flexibilidad mental que nos permita visualizar que otras perspectivas diferentes de la habitual pueden ser objetivas y producir los resultados buscados.
3. Lógica y detección de sesgos
La capacidad de visualizar la lógica o falta de ella en las cosas que analizamos, así como los posibles fallos y sesgos puedan tener las afirmaciones y pensamientos respecto a ellas, resulta fundamental en este aspecto. Si no somos capaces de detectar aspectos concretos de la argumentación que no se acaben de corresponder con la realidad o a los que les falte explicación, no es posible hacer una crítica fundada.
4. Teoría de la mente
Es necesario tener en cuenta que todas las afirmaciones y opiniones son elaboradas por seres humanos, que presentan sus opiniones en base a lo que ellos consideran correcto. Así pues, el conocimiento puede estar sesgado incluso a propósito, si se busca con su transmisión un objetivo.
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5. Capacidad de dudar de las cosas
Para no aceptar cualquier explicación es necesario ser capaz de cuestionarse la veracidad de ésta. Sin embargo, es necesario que las dudas se circunscriban a lo razonable, pues de lo contrario se podría dudar de todo principio existente. Y si bien sería un tipo de pensamiento crítico, el escepticismo excesivo no llevaría a ninguna resolución.
6. Motivación y curiosidad
Para dudar de algo es de gran utilidad que aquello de lo que dudamos nos sea significativo. Podemos ser críticos con algo que no nos importe, pero la presencia de una motivación alta y de curiosidad respecto al tema o a los argumentos dados implica que se intentará buscar una solución veraz y justificable.
Métodos para potenciar el pensamiento crítico
El pensamiento crítico es una capacidad de gran utilidad y hoy en día muy buscada por la sociedad, tanto a nivel laboral como en otros aspectos de la vida. Por ello es de gran interés ser capaz de potenciarlo. Con este fin disponemos de diversas actividades y hábitos que nos pueden ser de utilidad.
1. Intenta mantener una mente abierta
Todos tenemos nuestras opiniones sobre lo que nos rodea. Sin embargo, para pensar de forma crítica es necesario tener en cuenta que la nuestra o la explicación que la sociedad ofrece puede no ser la única ni la más certera. Es más complicado de lo que parece, pero debemos permitir en nuestra mente la aceptación de otras posturas por muy diferentes que sean de la propia.
2. Intenta entrenar la empatía
Ser capaz de ponerse en el lugar de otros facilita entender cómo han llegado a las conclusiones a las que han llegado. Alguna actividad que puede facilitar la empatía es la realización de role-playings, el teatro, o la expresión y comunicación de las emociones y pensamientos a los demás.
3. Participa activamente en debates
La mejor forma de aumentar la competencia en una capacidad es ejercitarla. Por ello, la participación en foros y debates resulta de gran utilidad, al confrontarse en ellos las opiniones, creencias y datos encontrados por diferentes personas.
4. Analiza textos y vídeos
El análisis de diferentes materiales puede ayudar a mejorar la capacidad de pensamiento crítico. Resulta especialmente importante observar los posibles objetivos o los motivos que puede tener una persona para crear dicho material. Puede empezarse por material sencillo y claramente basado en elementos subjetivos, como las columnas de opinión o elementos publicitarios. Posteriormente podemos avanzar incorporando material más técnico y aparentemente objetivo.
5. Evita los efectos bandwagon y underdog
Muchas personas se suman a una opinión debido a que es o bien apoyada por la mayoría o bien ignorada por ésta. Es necesario que nuestro pensamiento no se vea influido por el hecho de que otros presten más o menos atención al hecho o información en cuestión.
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6. Cuestiona estereotipos
La sociedad genera de forma constante estereotipos respecto a una gran cantidad de temas. Intenta escoger uno de ellos y buscar información que lo ponga en cuestión para ver hasta qué punto sirve para explicar la realidad.
7. Busca y compara elementos contradictorios
Es sencillo encontrar publicaciones sobre temas controvertidos sobre los que no hay una opinión general clara ni absolutamente cierta. Buscar dos opiniones confrontadas y analizar cada una de ellas permite observar qué puntos débiles tienen dichas argumentaciones, ayudando a ser capaz de analizar otras futuras informaciones.
8. Investiga y fórmate
De cara a poder discutir algo es necesario saber de qué estamos hablando. Estar informado sobre lo que acontece en el mundo nos va a permitir poner en perspectiva las informaciones que recibamos del exterior, incluyendo el propio medio por el que nos hemos informado.
9. Aprende a separar la información de lo que esta te provoque
Las emociones nos ayudan a dar un significado interno a lo que nos sucede y vivimos. Sin embargo, en muchos casos provocan que nos comportemos o pensemos de determinada manera únicamente en base a dichas sensaciones. Esto nos puede llevar a considerar lo que algo nos hace sentir como la única verdad.
10. Intenta hacer caso a tu intuición
A pesar de lo dicho en el punto interior, a veces nuestra mente actúa de una forma concreta que no podemos explicar racionalmente. La intuición se conceptualiza en ocasiones como el resultado del procesamiento inconsciente de la información, es decir, como la realización de un análisis interno de la información que a nivel consciente no hemos procesado. Sin embargo hay que tener en cuenta que esta intuición también puede estar sesgada.
11. Aprende a aceptar el cambio y la incertidumbre
El pensamiento crítico requiere que aceptemos que no siempre tendremos respuestas claras o definitivas. El cambio y la incertidumbre son parte inherente del aprendizaje y la reflexión. Ser capaz de tolerar estas situaciones nos permite explorar nuevas ideas sin sentirnos abrumados por la necesidad de tener siempre certezas.
Aceptar que la realidad puede ser cambiante y que nuestras ideas pueden evolucionar con el tiempo es un paso clave para desarrollar una mentalidad abierta y crítica.
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