Son muchas las sustancias que existen en nuestro mundo, conformadas por múltiples moléculas que se unen de diversas formas para generar compuestos y estructuras complejas.
Algunas sustancias están configuradas por un mismo tipo de elemento o sustancia, como por ejemplo el oro o la plata, pero otras muchas son compuestos formados por múltiples tipos de sustancias, generando diversos tipos de mezclas con distintas propiedades.
Si bien se podrían clasificar de múltiples formas por norma general podemos encontrar mezclas homogéneas o mezclas heterogéneas, siendo sobre estas últimas sobre las que vamos a hablar a lo largo de este artículo.
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¿Qué es una mezcla heterogénea?
Se entiende por mezcla heterogénea a toda aquella sustancia o material formada por la unión de dos más sustancias, las cuales se combinan sin unirse y forma no uniforme. En este tipo de mezcla, así pues, los componentes están distribuidos de forma desigual: si cogemos dos fragmentos o partes de ella es probable que no observemos las mismas proporciones en el compuesto e incluso los mismos componentes.
Al contrario que en las mezclas homogéneas, todos los componentes de las mezclas homogéneas conservan sus propiedades individuales y resultan separables e incluso visibles directamente, por lo general incluso a simple vista (si bien en algunos subtipos de mezcla es necesario utilizar microscopios). Las sustancias que formen parte de la mezcla heterogénea pueden estar en cualquier estado de la materia, sea sólido, líquido o gaseoso.
La mayor parte de mezclas heterogéneas son suspensiones, que de manera habitual tienden a ser mezclas de uno o varios líquidos y un líquido y un sólido. Formado por una fase dispersa o partículas no soluble y una dispersante, se trata de un tipo de mezcla en que uno de los componentes se queda suspendido en otro. Por norma general este tipo de mezclas no son estables, y sus componentes tienden a separarse, formando sedimentos a menos que se añadan otros componentes que contribuyan a su estabilización.
Podemos encontrar múltiples ejemplos de mezclas heterogéneas en la naturaleza o entre los productos que empleamos en el día a día: el humo o la contaminación del aire, el propio aire, la arena de la playa, el granito, los helados, el queso roquefort, la sangre, la mayoría de fármacos o mezclas como la de agua y aceite, la salsa césar o las ensaladas.
¿Cómo se pueden separar sus componentes?
Como hemos mencionado, una de las propiedades de las mezclas heterogéneas se encuentra en el hecho de que es posible identificar e incluso separar sus componentes. Si bien en algunos casos estas mezclas se separan por sí mismas mediante sedimentación (pensemos por ejemplo en una mezcla de agua y aceite), en algunos casos puede ser necesario emplear algún tipo de procedimiento para separar sus componentes.
En este sentido, podemos lograr dicha separación por simple filtración, especialmente cuando estamos ante una mezcla heterogénea en la que hay un componente sólido y uno líquido. Otros métodos pueden ser la imantación (con lo que conseguiríamos separar de un líquido los componentes metálicos no solubles o la centrifugación (aprovechando la fuerza centrífuga se fuerza la separación de los componentes con un peso diferente.
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Las dispersiones o mezclas coloidales: un subtipo de mezcla heterogénea
Otro tipo de mezcla que técnicamente es una mezcla heterogénea pese a que tiene características que también la acerca a las homogéneas, y que de hecho en ocasiones se clasifican por separado como un punto intermedio entre mezcla homogénea y heterogénea, son los coloides o dispersiones coloidales.
Los coloides son mezclas de apariencia homogénea compuestas por dos o más elementos en los que uno o más de estos quedan en suspensión permanente en el otro, siendo el primero la partícula coloides (también llamada fase dispersa) y el segundo un fluido (o fase dispersante). Dicho de otra manera, se trata de mezclas en los que uno o varios de los componentes permanecen en forma de motas o gotas microscópicas que permanecen estables y no se llegan a separar.
Sin embargo, su composición no es la misma en toda su superficie, con lo que a nivel microscópico podrían distinguirse sus componentes. Dentro de este tipo de mezclas podemos encontrar distintos subtipos.
1. Emulsiones
Las emulsiones son mezclas en las que se dispersa un líquido en un sólido u otro líquido, algo presente en productos como la leche, la mayonesa o la goma.
2. Espumas
Las espumas, como la visible en cerveza o la espuma de afeitar, son mezclas heterogéneas coloidales en que un gas se dispersa sobre un líquido.
3. Aerosoles
En los aerosoles la fase dispersa puede ser o bien un líquido o un sólido, mientras que la fase dispersante es gaseado. Entre este tipo de mezclas podemos encontrar elementos tan habituales como el humo, la niebla o las nubes,
4. Soles sólidos
Se trata de mezclas coloides en que tanto partículas coloides como fluido son elementos sólidos. Es el caso de aleaciones como el acero.
5. Geles y soles
Los geles y soles también son una mezcla coloidal, conformados por un sólido que se dispersa en un líquido (los geles son sólidos semirrígidos). El flan o el lodo son ejemplos típicos.