Así es como cambia el Cerebro de las personas con Depresión que van a Terapia

Un estudio muestra que el cerebro deprimido se transforma cuando se acude a psicoterapia.

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Durante años, se ha sabido que los tratamientos farmacológicos pueden modificar la estructura y el funcionamiento del cerebro. Sin embargo, hasta hace poco, la psicoterapia (particularmente las terapias de conversación como la cognitivo-conductual) no contaba con evidencia sólida que demostrara un efecto comparable a nivel biológico.

Pero un estudio reciente publicado en Translational Psychiatry ha aportado pruebas contundentes: parece que la psicoterapia no solo transforma los pensamientos y las emociones, sino también el cerebro físico de quienes padecen depresión. Veamos los resultados de esta investigación.

La depresión y su impacto cerebral

La depresión mayor no es simplemente un estado de ánimo bajo o una tristeza prolongada. A nivel neurobiológico, se asocia con alteraciones en regiones cerebrales implicadas en la regulación emocional, la memoria y la motivación. Entre las estructuras más afectadas se encuentran la amígdala, encargada del procesamiento de las emociones, y el hipocampo, clave para la memoria y la respuesta al estrés.

Diversas investigaciones habían demostrado que los antidepresivos y tratamientos como la estimulación eléctrica cerebral pueden aumentar el volumen de materia gris en estas áreas, lo que sugiere un proceso de recuperación o “reconstrucción” neuronal. Pero ¿puede hablar con un terapeuta provocar efectos comparables?

Un experimento en condiciones reales

Para responder a esta pregunta, un equipo de investigadores de la Universidad Martin Luther Halle-Wittenberg, liderado por el profesor Ronny Redlich y la psicóloga Esther Zwiky, diseñó un estudio con 30 pacientes diagnosticados con depresión mayor. Todos participaron en 20 sesiones de Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), realizadas en un entorno clínico real, siguiendo los estándares del sistema de salud alemán.

Como grupo de comparación, se incluyó a 30 personas sin depresión, que también fueron evaluadas mediante resonancia magnética (MRI) al inicio y al final del mismo periodo temporal. Además de las pruebas de neuroimagen, se llevaron a cabo entrevistas clínicas y cuestionarios para medir tanto la gravedad de los síntomas depresivos como el nivel de alexitimia, es decir, la dificultad para identificar y describir las propias emociones.

Cambios emocionales y neurológicos tras la psicoterapia

Los resultados fueron sorprendentes. Tras las 20 sesiones, aproximadamente dos tercios de los pacientes mostraron una mejoría clínica significativa, reduciendo notablemente los síntomas de depresión. Pero lo más interesante sucedió a nivel cerebral: las imágenes de resonancia revelaron un aumento en el volumen de materia gris en dos regiones clave para la gestión emocional: la amígdala izquierda y el hipocampo anterior derecho.

La amígdala actúa como un sistema de alarma emocional, procesando el miedo, la ira y otras emociones intensas. El hipocampo, por su parte, participa en la consolidación de recuerdos y la regulación de respuestas emocionales. Un aumento en estas estructuras sugiere que la terapia no solo ayuda a reinterpretar las emociones, sino que podría restaurar circuitos neuronales deteriorados por la depresión.

Curiosamente, los investigadores también detectaron una disminución del volumen de materia gris en otra parte del hipocampo, su región posterior, más vinculada a funciones cognitivas como la memoria espacial. Aunque este hallazgo fue inesperado, los autores proponen que podría reflejar un reajuste funcional del cerebro tras el tratamiento, más que una pérdida patológica.

La relación entre cerebro y autoconocimiento emocional

Esto sugiere que la psicoterapia podría actuar de forma selectiva, fortaleciendo ciertas funciones emocionales y cognitivas específicas, más allá del alivio general del malestar. En otras palabras, el proceso de “aprender a sentir” y “poner nombre a lo que se siente” podría tener un correlato físico en el cerebro.

Este descubrimiento representa un hito importante para la psicología clínica y la neurociencia, ya que ofrece una validación biológica del poder de la palabra como herramienta terapéutica.

Y es que, hasta ahora, la eficacia de la psicoterapia se medía principalmente a través de cuestionarios y reportes; es decir, mediante elementos básicamente verbales. Con estos resultados, se abre la posibilidad de evaluar los cambios terapéuticos de tipo orgánico, mediante imágenes cerebrales. Además, los hallazgos sitúan la psicoterapia en el mismo nivel de objetividad que los tratamientos farmacológicos, reforzando la idea de que la mente y el cerebro son dos caras de una misma moneda.

Pero ojo, a pesar de la relevancia de los resultados, los investigadores reconocen ciertas limitaciones. El estudio no incluyó un grupo de pacientes con depresión que no recibiera tratamiento, por lo que no puede descartarse que algunos cambios se deban al curso natural de la enfermedad. Asimismo, el tamaño de la muestra fue relativamente pequeño, lo que podría haber dejado sin detectar otros efectos más sutiles.

Para el futuro, los autores sugieren realizar ensayos con mayor número de participantes y un diseño controlado aleatorizado que permita confirmar los resultados. También proponen estudiar si los cambios cerebrales observados se mantienen a largo plazo y explorar su relación con otras funciones afectadas por la depresión, como el sueño, la motivación o la capacidad de disfrutar.

Javier Ares Arranz

Javier Ares Arranz

Psicólogo especialista en Depresión, Ansiedad y Pareja.

Profesional verificado
Madrid
Terapia online

Un paso más hacia la integración mente-cerebro

Estos hallazgos refuerzan una idea que gana cada vez más terreno en la psicología contemporánea: la recuperación emocional es también un proceso biológico. Las experiencias, los pensamientos y las palabras que se trabajan en terapia no se quedan en lo simbólico; modelan la estructura cerebral de manera tangible.

La psicoterapia, al promover nuevas formas de interpretar la realidad y gestionar las emociones, parece literalmente reconstruir los circuitos neuronales que la depresión había alterado. Así, más que un simple cambio de perspectiva, el proceso terapéutico representa una auténtica transformación neuropsicológica: el cerebro aprende a sentir, pensar y conectar de otro modo.

En definitiva, la ciencia confirma lo que la experiencia clínica llevaba tiempo intuyendo: hablar cura, y lo hace no solo en sentido metafórico, sino también físico. La palabra, bien guiada por la psicoterapia, puede reconfigurar el cerebro y abrir caminos reales hacia la recuperación.

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  • Zwiky, E., Borgers, T., Klug, M. et al. (2025). Limbic gray matter increases in response to cognitive-behavioral therapy in major depressive disorder. Transl Psychiatry 15, 301.

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Javier Ares Arranz. (2025, octubre 21). Así es como cambia el Cerebro de las personas con Depresión que van a Terapia. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/neurociencias/como-cambia-cerebro-de-personas-con-depresion-van-a-terapia

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