En las últimas décadas, ha habido un aumento de investigaciones centradas en explorar cómo la edad del padre en el momento de la gestación puede estar relacionada con la salud de sus hijos. Se ha hecho un especial hincapié en comprender la posible relación con determinadas patologías de salud mental.
A lo largo de este artículo explicamos qué dice la ciencia sobre este tema. Hablamos sobre los motivos que la ciencia ha descubierto que nos llevan a considerar tan importante la edad paterna en la actualidad y las implicaciones que esto puede tenerse. Además, también analizamos los diferentes trastornos asociados a la avanzada edad paterna.
¿Por qué es importante la edad paterna?
El estilo de vida en nuestra sociedad ha cambiado de forma radical en relativamente pocos años. Esto, junto con otros muchos factores, ha llevado a que muchas personas, tanto hombres como mujeres, retrasen su decisión de ser padre o madre. Durante siglos y siglos, prácticamente se ha considerado que lo único que importaba para determinar el pronóstico del embarazo, parto y desarrollo de la criatura eran aspectos relacionados con la madre. Desde su estado de salud hasta las posibles patologías.
Es cierto que el paso del tiempo afecta a la fertilidad en la mujer. La gestación es más difícil y puede haber más complicaciones tanto en el embarazo como en el parto. La salud del feto puede verse afectada también. No obstante, hoy en día sabemos que la ciencia ha demostrado que todo esto puede verse afectado también por factores paternos como la edad de este en el momento de la gestación.
¿Con qué trastornos se ha relacionado la edad avanzada en los padres?
Las investigaciones realizadas en los últimos años han señalado que la edad del padre en el momento de la gestación es un posible factor de riesgo para el desarrollo de diversas condiciones de salud mental y del neurodesarrollo. Entre ellas, se destacan algunas como el autismo, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, la esquizofrenia y el trastorno bipolar. A continuación damos información más detallada sobre cada uno de ellos.
Autismo
El trastorno del espectro autista, también conocido por sus siglas (TEA), es una condición del neurodesarrollo que se caracteriza por dificultades en el ámbito relacional, la comunicación social y por la presencia de patrones de comportamiento, interés o aficiones restringidas y repetitivas. Diversos estudios han encontrado que los hijos de padres mayores de 45 años tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar autismo. Otros estudios han confirmado esta idea de que a mayor edad paterna, más riesgo.
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad, también conocido como TDAH por sus siglas, es la otra condición del neurodesarrollo con la que se relaciona un mayor riesgo de que los hijos presenten TDAH con la edad paterna avanzada en el momento de la gestación. Curiosamente, algunos estudios también sugieren que existe riesgo cuando el padre es muy joven.
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por dificultades persistentes en la atención sostenida y en el control de los impulsos. Se suele diagnosticar durante la infancia y en algunos casos también cursa con hiperactividad. Interfiere en el aprendizaje, el rendimiento escolar y las interacciones sociales.
Esquizofrenia
La esquizofrenia es un trastorno mental, clasificado dentro de los considerados graves, que afecta a la forma en la que la persona percibe el mundo, piensa, siente y también a la forma en la que actúa. Puede llegar a causar una pérdida de contacto con la realidad. Estudios poblacionales han detectado que cuando el padre tiene entre 40 y 45 años o más, el riesgo de que el hijo desarrolle esquizofrenia es considerablemente mayor.
Trastorno bipolar
El trastorno bipolar también es una entidad diagnóstica dentro de los trastornos mentales considerados graves. Se caracteriza por cambios drásticos en el estado de ánimo que van de la manía (euforia y mucha energía) a la depresión (tristeza extrema y falta de energía) y que tienen una fuerte repercusión en la vida de la persona.
De la misma forma que sucede con los trastornos y condiciones anteriores, las investigaciones señalan que la edad paterna avanzada en el momento de la gestión incrementa las probabilidades de que los hijos desarrollen este trastorno.
¿Por qué influye la edad del padre?
Aunque hasta el momento se ha estudiado mucho más a fondo el impacto que puede tener la edad de la mujer al quedarse embarazada, en los últimos años se ha investigado mucho para comprender mejor el impacto que la edad del padre en la gestación puede tener a corto, medio y largo plazo para el bebé. Se ha observado que los espermatozoides, como se producen de forma constante y continuada —a diferencia de los óvulos femeninos—, son susceptibles a ir acumulando mutaciones genéticas. Estas son espontáneas, es decir, no estaban en los genes de los progenitores.
Se considera que este tipo de mutaciones puede alterar el desarrollo cerebral y, como consecuencia, incrementar la vulnerabilidad a desarrollar determinados trastornos psicológicos. Además, existen también factores epigenéticos —modifican la expresión de los genes sin cambiar la secuencia del ADN— que también pueden transmitirse de padres a hijos.
¿Qué implicaciones tienen estos descubrimientos?
Es importante tener en cuenta que el hecho de que la edad avanzada del padre en el momento de la gestación es un factor de riesgo, esto no implica que se vaya a desarrollar seguro cualquiera de esta —u otras— condiciones. La edad paterna es un factor más dentro de los muchos que intervienen en el desarrollo de la salud física y mental de una persona. En caso de que existan antecedentes familiares quizá puede ser interesante para algunas familias consultar con profesionales las preocupaciones existentes.
A nivel social, es necesario potenciar los recursos relacionados con la salud mental para poder garantizar tanto la atención temprana como el diagnóstico. Además, se debe fomentar la investigación sobre otros posibles factores intervinientes para tener una mayor comprensión.
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