Las 6 hormonas del estrés y sus efectos en el organismo

Estos son los tipos de hormonas que más influyen en nuestra respuesta ante situaciones estresantes.

Cerebro 3D.
Estas sustancias causan alteraciones en el organismo ante situaciones estresantes.Gtresonline

Son diversas las maneras en las que una persona puede responder frente a una situación estresante, puesto que esta constituye una respuesta subjetiva y personal que dependerá de cómo la persona perciba y experimente dicha situación.

Sin embargo ,existen una serie de procesos y reacciones fisiológicas comunes a todas las personas. Estas reacciones vienen desencadenadas por una serie de efectos producidos por las hormonas relacionadas con el estrés.

¿Qué es el estrés?

Cuando una persona experimenta un estado de tensión y ansiedad durante un período de tiempo continuo está viviendo lo que se conoce como estrés. Este estado puede originar todo un abanico de afecciones físicas así como una molesta sensación de pesadumbre en la persona que lo sufre.

Por lo tanto, las dos características principales de los estados de estrés son:

  • Origen psicológico del estrés, por el cual un elemento percibido como estresante por la persona induce una serie de cambios en la actividad física y orgánica.
  • Intervención de las distintas hormonas relacionadas con el estrés, las cuales son las responsables de dichas alteraciones físicas.

Estas hormonas son liberadas desde el cerebro hasta todos los rincones de nuestro cuerpo, provocando, tal y como se comenta, un gran número de cambios físicos y fisiológicos.

Alteraciones hormonales

La principal estructura relacionada con los estados y respuestas de estrés es el sistema neuroendocrino, el cual se activa ante la aparición de acontecimientos o situaciones estresantes acelerando el funcionamiento de las glándulas adrenales.

Esta activación provoca una serie de reacción en cadena en la que las distintas hormonas, siendo el cortisol la hormona con más peso dentro de estas reacciones y la cual altera en mayor medida el funcionamiento corporal.

No obstante, existen diversas hormonas implicadas en los procesos de estrés, las cuales se ven afectadas por la acción del cortisol.

Hormonas relacionadas con el estrés

Como se menciona anteriormente, las hormonas implicadas en la respuesta de estrés actúan sobre otras hormonas modificando su acción sobre el cuerpo.

1. Cortisol

El cortisol se ha establecido como la hormona del estrés por antonomasia. La razón es que el cuerpo, ante circunstancias estresantes o de emergencia, produce y libera grandes cantidades de esta hormona, la cual sirve como detonante para responder a dicha situación de forma rápida y hábil.

En circunstancias de normalidad la energía que genera nuestro cuerpo va dirigida a ejecutar las diferentes tareas metabólicas que mantienen el equilibrio de las funciones corporales. Sin embargo, ante la aparición de un evento estresante el cerebro genera una serie de señales que viajan hasta las glándulas adrenales, las cuales comienzan a liberar grandes cantidades de cortisol.

Una vez liberado el cortisol, este se encarga de la descarga de glucosa en sangre. La glucosa genera una gran cantidad de energía en los músculos, los cuales pueden moverse con mayor rapidez y ofrecer una respuesta al estímulo mucho más inmediata. Cuando el elemento estresante desaparece, los niveles de cortisol se restauran y organismo vuelve a la normalidad.

Esta respuesta no es para nada perjudicial para la persona, en tanto en cuanto no se mantenga en el tiempo. Cuando esto ocurre comienzan a aparecer síntomas causados por una desregulación hormonal. Entre estos síntomas se encuentran:

  • Irritabilidad
  • Cambios de humor
  • Fatiga
  • Cefaleas
  • Palpitaciones
  • Hipertensión
  • Bajo apetito
  • Afecciones gástricas
  • Dolor muscular
  • Calambres

2. El glucagón

La hormona llamada glucagón se sintetiza mediante las células del páncreas y su principal foco de actuación se centra en el metabolismo de los hidratos de carbono.

El cometido principal de esta hormona se basa dejar que el hígado libere glucosa en los momentos en los que nuestro cuerpo la necesita, bien por una situación estresante con el objetivo de activar los músculos o bien porque los niveles de glucosa en sangre sean bajos.

Ante una situación de emergencia o estrés, el páncreas libera grandes dosis de glucagón al torrente sanguíneo para cargar de energía nuestro cuerpo. Este desequilibrio hormonal, aunque útil en situaciones de amenaza puede resultar peligroso en personas que padecen algún tipo de diabetes.

3. Prolactina

A pesar de que esta hormona sea conocida por su implicación en la secreción de la leche durante el periodo de lactancia, los niveles de prolactina pueden verse seriamente afectados ante situaciones de estrés que se prolongan en el tiempo, llegando a provocar hiperprolactinemia.

Tal y como su propio nombre indica, la hiperprolactinemia se refiere a un incremento de los niveles de prolactina en sangre. Esta mayor presencia de prolactina en sangre inhibe, mediante diferentes mecanismos, la liberación de hormonas hipotalámicas encargadas de la sintetización de estrógenos.

Como consecuencia, la inhibición de las hormonas sexuales femeninas acarrean en la mujer la reducción de los estrógenos, alteraciones menstruales e, incluso, falta de ovulación.

4. Hormonas sexuales

Ante circunstancias estresantes, las hormonas sexuales conocidas como testosterona, estrógenos y progesterona ven perturbado su funcionamiento normal.

4.1. Testosterona y estrés

La testosterona, hormona sexual masculina por mérito propio, es la encargada del desarrollo de las características sexuales masculinas, así como de la respuesta sexual.

Cuando la persona experimenta niveles de estrés altos durante largos periodos de tiempo, la producción de testosterona disminuye, ya que el cuerpo prioriza la liberación de otras hormonas como el cortisol, más útiles ante situaciones de estrés o peligro.

Fruto de este sometimiento prolongado a los efectos de la inhibición de la testosterona, la persona puede experimentar problemas sexuales como impotencia, disfunción eréctil o falta de deseo sexual.

Oros síntomas vinculados con la reducción de los niveles de testosterona son:

  • Cambios de humor.
  • Fatiga y cansancio constante.
  • Problemas para conciliar el sueño e insomnio.

4.2. Estrógenos

Como se menciona anteriormente, los altos niveles de estrés disminuyen la liberación de estrógenos, perturbando el funcionamiento sexual normal de la mujer.

No obstante, la correspondencia entre estrógenos y estrés se produce de forma bidireccional. De forma que los efectos del estrés contribuyen a la reducción del nivel de estrógenos y al mismo tiempo estos ejercen una función protectora ante los efectos del estrés.

4.3. Progesterona

La progesterona se elabora en los ovarios y entre sus muchas funciones se encuentra la de ajustar el ciclo menstrual e intervenir en los efectos de los estrógenos, con la finalidad de estos no sobrepasen su estimulación de crecimiento celular.

Cuando una mujer se ve sometida a situaciones o contextos estresantes durante mucho tiempo, la producción de progesterona disminuye, causando una gran cantidad de efectos y síntomas tales como fatiga extrema, aumento de peso, cefaleas, alteraciones en el humor y falta de deseo sexual.

Conclusión: un nexo entre la psicología y la fisiología

La existencia de las hormonas del estrés muestra hasta qué punto el sistema endocrino está vinculado a nuestros estados mentales y a nuestros estilos de comportamiento. La liberación de uno u otro tipo de hormona es capaz de producir cambios medibles tanto en las dinámicas neurobiológicas del organismo como en la frecuencia de aparición de ciertas acciones.

Así pues, constatamos una vez más que la separación entre los procesos fisiológicos y los psicológicos es una ilusión, algo que utilizamos para comprender la compleja realidad del funcionamiento del ser humano, pero que no se corresponde necesariamente con una frontera presente de manera natural en la biología de nuestros cuerpos.

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Psicóloga Sanitaria y Sexóloga

Licenciada en Psicología por la Universitat de València. Especializada en Sexología Clínica y Terapia de Pareja por el Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP) donde, entre otras cosas, descubrió su pasión por la psicología de la infertilidad. Para completar su formación clínica, realizó el Máster de Psicología General Sanitaria en la Universitat de Valencia.

Ha desempeñado labores de psicóloga en diversos centros, entre ellos la Unidad de Salud Mental del Hospital Clínico Universitario de Valencia y el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) en Barcelona.

Actualmente, Isabel compatibiliza su trabajo con un blog divulgativo llamado “Sexplícitamente Hablando”. En el que reflexiona sobre aspectos psicológicos de las relaciones personales y sobre la sexualidad.

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